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La familia de Ana Yeni ha esperado 80 días para poder sostener el luto, llorar hondo y ponerle nombre y una foto a su tumba. Ella desapareció el 27 de marzo de este año rumbo a Temoaya y ese mismo día su cuerpo fue ingresado a las gavetas del Semefo de la Fiscalía mexiquense.
El asesinato de Ana Yeni, no solo cruza una encrucijada de injusticia, también de trámites para poder recuperar su cuerpo de la fosa común, donde fue ingresado por no estar identificada.
"Acudimos a la Fiscalía desde que desapareció, pero nunca nos dijeron que su cuerpo ya estaba allí", reprocha Verónica, prima de Ana Yeni. Su sentencia contra la autoridad crece. Es directa y reprocha porque lo único que piden es poder sepultar el cuerpo de Ana Yeni y construirle un recuerdo con su foto y su nombre.
"Solo queremos darle cristiana sepultura", añade Verónica por mensajes de inbox. Escribe a prisa y reenvía varias fotos de Ana Yeni. Han estado ansiosos por hacer viral el caso de Ana Yeni por las trabas para recuperar el cuerpo de la fosa común.
Son 80 días, 2 meses y 20 días esperando llorar hondo y aliviar la zozobra.
Desaparición
Ana Yeni se despidió de sus hijos Yazmin y Carlos, había preparado comida y salió de San Buenaventura, en Toluca, rumbo a Temoaya.
Se puso unos jeans azules, los combinó con una blusa negra y chamarra en el mismo tono. Para hacer juego, se puso zapatos negros.
El cabello se lo había teñido en tono rojizo y le llegaba hasta los hombros. Ana Yeni así aparece en varias fotos que sus hijos han compartido en las redes.
Hallazgo
El cuerpo de Ana fue hallado en un paraje de la autopista Lerma-Valle de Bravo, en jurisdicción de Temoaya.
El 7 de junio pasado, su hijo Carlos y su tío identificaron las pertenencias de Ana Yeni en los servicios periciales. El cuerpo no, porque ya lo habían ingresado a la morgue un mes atrás.
Lo que consterna a la familia es que, al día siguiente de la desaparición, el cuerpo de Ana ya estaba en las gavetas y les negaron tener un cadáver con las mismas características. Fue semanas después que la Fiscalía les pidió que regresaran a identificar las pertenencias, porque posiblemente eran de Ana Yeni.
"Su hijo Carlos y el hermano de Ana Yeni fueron a la Fiscalía", dice Verónica.
No hubo duda luego de ver los jeans, la chamarra y blusa negra, junto con los zapatos, relata Verónica. Eran de Ana Yeni, pero aún así se debió hacer una prueba de genética.
"Se realizó un estudio de ADN y fue compatible", revela la familiar.
Encrucijada
A la familia García Rodríguez les ha notificado la Fiscalía que el proceso para exhumar un cuerpo de la fosa común lleva tiempo. Podrían ser meses y años.
"Nos dicen que son muchos trámites, que podría ser hasta un año", reprocha Verónica sin entender por qué el peso de los trámites.
Según los protocolos de la Fiscalía mexiquense, las víctimas sin identificar solo pueden permanecer 20 días en la morgue. Luego de ese tiempo se depositan en la fosa común ubicada en el panteón municipal de San Felipe Tlalmimilolpan. Allí, se entierran en un espacio de seis mil metros cuadrados, al que se denomina "Terreno de Hospital".
Es un terreno plano y árido, al que por piedad, los empleados del panteón le encima cruces viejas para darles, al menos en el imaginario, una identidad.
Allí está el cuerpo de Ana Yeni hasta que culminen los trámites de exhumación. Los 80 días sin verla, pareciera que sí son una vida y una muerte.
"Jefecita, te amo mucho", expresó en una carta su hijo Carlos, quien aún espera poder recitarle esas palabras en una tumba con nombre.
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