La bici color rosa con los mechones en el manubrio, Fátima la padaleó no más de una cuadra para llegar a la tienda y luego dar la vuelta. Todavía sus tíos la vieron pasar sobre la calle.
Al camión Atsuzi le bastó esos pedaleos para quitarle la vida; pasarle con las llantas por encima y luego querer huir.
El cuerpecillo quedó allí en la calle Emiliano Zapata de la Constitución Totoltepec, en Toluca, junto a su bici color rosa y unas flores.
El frenesí sobrevino después de asimilar la escena. Su tío Enrique salió corriendo a tomarla entre los brazos. Le gritó pensando que estaba dormida, o por lo menos, eso es lo que quería entender.
"Yo salí corriendo cuando me avisan, la agarré pero ya no estaba despierta", dice Enrique y sus ojos se cristalizan. Luego saca su celular y muestra una foto de su sobrina. Fátima sonríe en la foto y se le miran un par de hoyitos en las mejillas.
"Era huérfana, su mamá murió hace dos años", cuenta Enrique.
- Lee aquí la nota: Niña muere arrollada por camión en la Constitución Totoltepec
EL RECORRIDO
Durante la mañana, casi al almuerzo, Fátima tomó la orden de sus abuelos para ir a la tienda por una lata de frijoles. Era a la vuelta y la ruta la sabía de memoria la niña. Agarró unas monedas y avanzó. Luego de unos minutos llegó la noticia como balde de agua fría y todos corrieron a la calle.
"Yo estaba adentro y escuché el ruido, salí y mi niña ya estaba el suelo", dijo otra tía de Fati.
Dice que corrió a alcanzar al camión, porque no se detuvo. Hasta ese momento, sólo era sospechoso, pero el mismo operador confesaría horas más tarde lo que hizo.
"Primero decía que no sabía, que no se había dado cuenta, cómo no se va dar cuenta", recrimina el tío de Fátima.
LA RUTA
Por la avenida Emiliano Zapata, que parte a la Constitución Totoltepec en dos, a diario pasan los Atsuzi. Es la única línea de transporte público que opera en la zona. Unos más precavidos y otros hechos "demonios", cuestiona Enrique.
Uno de esos, la número 104, este jueves por la mañana pasó con el sonido a tope, revela otra de las tías de Fátima, la que vive frente al sitio donde quedó el cuerpo.
"Escuché que venía con su música, es lo que recuerdo", narra.
El chofer fue detenido una cuadra adelante por los vecinos. Allí permaneció el camión más de tres horas y media, porque los peritos debieron realizar un segundo peritaje.
LA ESCENA
Atrás, en la escena, frente a la casa de la tía de Fátima, pintaron una cruz de cal en las manchas de sangre que quedaron sobre el pavimento. También pusieron un ramito de lirios con tres veladoras, que luego con el aire del mediodía se apagaron.
Junto a los vasos de las veladoras el tío Enrique puso por un momento su celular con la foto de Fátima en la pantalla. La niña aparece, ríe de felicidad.
Justo en ese momento, mientras Enrique sostiene el celular y la foto, aparece arriba una llamada entrante del padre de Fátima; enseguida le debió avisar en la fábrica, soltarle la noticia y llorar y abrazarse.
"Su papá estaba en la fábrica, le fuimos a decir", recuerda el familiar.
A Fátima la muerte la alcanzó dos veces. Sí, dos. Hace dos años su madre perdió contra una cirrosis, cuenta una de las tías. Por eso la niña solía estar más con sus abuelos.
"Tiene otro hermano, ya casado, pero la niña se quedó sin su mamá hace dos años", relataron las tías luego que el Semefo levantó el cuerpecito de Fátima.
"¿Qué sigue?", preguntan a las tías.
"No sabemos", responden ambas en su encrucijada forzada.
