En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, la tarde noche de ayer llegó al penal de alta seguridad de El Altiplano, Ovidio N., hijo del Chapo Guzmán, quien fue aprehendido en Culiacán y trasladado la Ciudad de México.
A las 18:10 horas aterrizó la aeronave donde se presume iba custodiado por las autoridades y a las 18:44 horas partió un convoy desde las instalaciones de la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), con varias unidades de la Fiscalía General de la República (FGR) y el Ejército Mexicano.
Desde las 14:00 horas la movilización de elementos de la Guardia Nacional reforzó la seguridad a la entrada de este penal de máxima seguridad, ubicado a unos 20 minutos de la ciudad de Toluca.
La tensión poco a poco subió de tono en el lugar y, ante la movilización policíaca. "¿A poco traen al Chapito?", se preguntaban vecinos del lugar.
La presencia de medios de comunicación se incrementó después de las 17:00 horas tras informarse del traslado por medio de imágenes del convoy que supuestamente trasladaba a Ovidio N., al Altiplano.
Sin embargo, al filo de las 18:10 horas arribó una aeronave al interior del penal de máxima seguridad, donde formalmente, de acuerdo a información que emitieron diversos medios de comunicación, ingresó el hijo del Chapo Guzmán.
Después de 34 minutos, las sirenas de unidades de la Fiscalía General de la República (FGR), Ejército Mexicano y la Guardia Nacional se abrieron paso y arribaron a la entrada del penal federal.
Dos vehículos conocidos como “rinos”, escoltados con unidades de la Sedena, se postraron en la puerta principal y sólo uno de los vehículos entró al penal.
“A la distancia, a la distancia”, fue la frase que referían los elementos de la Guardia Nacional para indicar las maniobras de entrada, luego de coordinar el operativo de la llegada del capo.
Minutos después de las 19:08 horas, los vehículos donde supuestamente transportaban a Guzmán y que habían ingresado al Cefereso, salieron junto con el convoy y se retiraron del lugar.
