Toluca, México.- El camión avanza más a prisa al salir de la avenida Alfredo del Mazo, cierra sus puertas y comienza el sigilo. La ruta peligrosa abarca ocho kilómetros.
"De aquí en adelante casi no levanto pasaje", explica Charly, el último operador de las corridas nocturnas.
Su unidad suena a todo volumen canciones de reguetón, con dos bafles instalados al frente, sobre la parte alta de su tablero iluminan al compás de la música hileras de pequeñas lucen azules de neón.
Prenden y se apagan en todo el camino. Relajan al ruletero y hacen que los nervios se sientan menos.
A las horas de la última corrida del día, los camiones de Flecha Blanca que llevan la ruta hasta Mayorazgo, siempre van semivacías, casi todos son obreros y albañiles que bajan en los pueblitos a pie de camino.
“Aquí adelante se suben unos (asaltantes), ya le tanteo, por eso cierro las puertas”, revela Charly al señalar un paraje oscuro y sin vigilancia.
Pasa el puente peatonal de la entrada a San Pablo Autopan, es el primer punto de asaltos. Las puertas se abren para que descienda la única mujer que va abordo. El camión se vuelve sólo de hombres.
Avanza la unidad, al igual que cambia también la siguiente canción de reguetón que suena desde el estéreo. La oscuridad afuera lo cubre todo, también al interior.
Charly sabe que la norma obliga llevar las luces encendidas al interior de su camión pero la burla para que sus focos de neón luzcan más.
“Prenden chido verda, me salieron varas”, presume.
Antes de llegar al tinaguis de Palmillas, la unidad de Flecha Blanca se detiene, dos hombres piden la parada, uno por delante con chamarra negra, seguido de otro con mochila y gorra. Son los prototipos perfectos de los grupos de asaltantes.
“Este tipo de carnales son los que no quiero subir porque pueden ser ratas”, explica Charly. Pero no pasa nada, todo queda en una falsa alarma.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), las rutas del municipio de Almoloya de Juárez, sumaron 55 denuncias de robo a transporte público durante el 2017, tanto en servicio de transporte colectivo como individual.
Aunque para la Cámara Nacional del Autotransporte Pasaje y Turismo (Canapat), la cifra es engañosa, pues lass rutas que van de Toluca a Almoloya son consideradas por los operadores como de las más peligrosas.
En la ruta Tres Caminos-El Dorado, son al menos tres paradas, donde a borda el crimen; entrada a Calixtlahuaca, Palmillas y el Dorado.
En enero pasado, fue detenida una de las supuestas bandas que cometían la mayoría de los asaltos ene sa ruta y que llevaban en lista almenos 25 asaltos, según se dio a conocer en la reunión mensual de la Canapat.
Charly en su unidad, que asemeja más a una pista de baile, que un camión de transporte público, tiene como única protección una figura de San Judas Tadeo que lleva clavada en el parabrisas, lo adornó con un florero de rosas artificiales y un escapulario. Pensar en botones de pánico, sistema gps e incluso seguro de vida, es una utopía para el chofer y el resto de sus compañeros.
“No carnalito, eso no se usa aquí, sólo con la bendición del santísimo”, exclama el camionero. Su respuesta es seca y revela una verdad dura.
Al pasar la desviación de la caseta del Dorado, Charly vuelve a abrir sus puertas, los kilómetros más peligrosos ya se pasaron. Falta la mitad del camino pero la alerta es menos.
