Mireya Berenice salió de su casa acompañada por su padre, se dirigía a su trabajo así que la dejaron en la parada del autobús que tomaba regularmente, sobre la carretera Jilotepec-Soyaniquilpan. Esa fue la última vez que su familia la vio con vida, pues 28 días después les notificaron que su cuerpo fue localizado en Michoacán.
Mireya, quien tenía 32 años y trabajaba en una empresa de plásticos, salió para cumplir con su horario laboral de 06:00 a 14:00 horas, pero conforme se retrasaba el tiempo de regreso a casa, su familia comenzó a preocuparse. Ese día se quedó a trabajar horas extras.
Madre de de un pequeño de 4 años, Mireya, aseguran sus familiares, estaba al pendiente de sus necesidades, por lo que no era común que se retrasara para llegar a casa, ante su retraso y al no tener noticias de ella, decidieron levantar un reporte por su desaparición en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México.
El día en que desapareció, las cámaras del Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad (C5) de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, estaban en mantenimiento, por lo que se desconoce si alguien la recogió una vez que terminó de trabajar, alrededor de las 18:00 horas.
Su familia señaló que, si bien han contado con el apoyo de las autoridades, no tienen pistas que les ayuden a determinar qué fue lo que pasó, pues la empresa donde trabajaba no ha proporcionado las imágenes de las cámaras de videovigilancia que muestran los accesos al inmueble.
Este fin de semana, los familiares de la joven madre fueron notificados sobre su localización; su cuerpo fue encontrado en el municipio de Apatzingán, perteneciente a Michoacán, sin que hasta el momento se les hayan informado las causas de muerte, por lo que están a la espera de los resultados de la necropsia de ley.