Después de 16 años de colaborar en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, su objetivo era regresar a Toluca con su familia; sólo esperaba y ya estaba pactado que una vez que llegará el nuevo obispo auxiliar emprendía su regreso. Pero las maletas tuvieron que esperar, pues monseñor Luis Manuel López Alfaro fue nombrado obispo auxiliar de esa provincia hace apenas unos días.
En entrevista, monseñor Luis Manuel Alfaro platicó desde Chiapas como vivió este nuevo nombramiento que lo convierte en el séptimo obispo que se formó en la diócesis de Toluca.
Aunque es originario de la CDMX, llegó muy pequeño a la ciudad de Toluca en el año de 1971, donde realizó sus estudios de primaria, secundaria, preparatoria y en el Seminario cursó su formación religiosa; su nombramiento como sacerdote ocurrió en 1991.
Dentro de su trayectoria en la diócesis -narró- brindó sus servicios pastorales en el Seminario Conciliar de Toluca, Chiltepec-Coatepec Harinas, Cieneguillas-Almoloya de Juárez y Xalatlaco, así como en Santiago Tinaguistenco.
Sin embargo, refirió que una invitación del aquel entonces obispo de esta provincia religiosa en Chiapas, monseñor Felipe Arzmendi, lo llevó a ir a este estado como misionero junto con el padre Miguel Ángel Saldaña que actualmente está en Valle de Bravo.
“Mi idea era quedarme unos cinco años y regresar a la ciudad de Toluca donde esta mi familia, pero me fui quedando. En mis casi 16 años aquí fui vicario en una parroquia, párroco y prestaba servicios como vicario de pastoral hasta que me vine al Seminario y me nombraron vicario general cuando el obispo auxiliar se fue a Irapuato”, refirió.
Cuando pensó que ya había dado mucho en esta provincia eclesiástica, platicó sobre su regreso a Toluca y pactó que una vez nombrado el nuevo obispo auxiliar, regresaba a Toluca; sin embargo "las maletas tuvieron que esperar", pues el Vaticano lo designó como el nuevo obispo auxiliar de la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
“Mi familia me decía que cuándo me regresaba a Toluca; les decía que pronto. Claro que extraño a Toluca, sobre todo, cuando en este tiempo que he estado acá falleció mi papá, un hermano y varios tíos, solo se encuentra mi madre, además tengo muchos amigos; pero, bueno, acepté el nombramiento y si puedo ayudar con gusto lo haré”, narró monseñor Luis Manuel Alfaro.
Con este nuevo encargo -subrayó- se vienen nuevos retos, sobre todo en esta provincia donde se tiene una forma muy particular de trabajar y si bien existe mucha gente comprometida, también existen muchos conflictos sociales, tales como invasión de tierras y su tarea es mediar para resolverlos.
Destacó el apoyo existente por parte de la comunidad laica, así como el respaldo de parte de la diócesis y del mismo obispo, lo que lo anima, pues sabe que en esta tarea no estará solo, “ahora hay que servir donde hace falta”.
Finalmente luego de agradecer el apoyo de su familia, sacerdotes incluyendo al vicario general de la diócesis de Toluca, monseñor Guillermo Fernández Oroco, quien fue su maestro, hizo un exhortó a la comunidad católica para que este tiempo actual se fije la mirada en Jesucristo, pues ante estas dificultades, él será fortaleza, esperanza y alegría, es una salida a tantas situaciones que se vive en el mundo y que a veces no se encuentra una salida.