/ domingo 26 de mayo de 2024

El Tintero de las Musas | Valorar es el significado del ser

El espíritu no se gana, se merece.

A Elenita Lino.

El espíritu no se gana, se merece. Todo valor empieza con la vida, la justicia, el bien, la verdad y la belleza, de donde se desprenden todos los demás. Honradez y dignidad; prestigio y libertad; tolerancia y sabiduría; amor y espiritualidad; identidad y solidaridad; justicia y humildad; templanza y prudencia; honor y conciencia. Si se conjuga esto con la significancia del ser, creceremos.

La crisis por la que vive el país, es el agotamiento de un conjunto de modo de vida gubernamental. Es el anuncio de que está emergiendo uno nuevo. La ecología, la seguridad nacional, la información clasificada, el manejo de grupos para tener y conformar el orden, y el estado de derecho, así como el funcionamiento de la política pública, hacen que exista la necesidad de tener al frente dignos políticos y administradores públicos de carrera.

Si un político o administrador público no entiende políticas públicas, ni percibe la crisis por la que vive el país, no entenderá ni sabrá cómo resolver ningún problema que le aqueja al mismo.

Si en realidad queremos salir adelante, necesitamos una gran toma de conciencia de lo que ocurre en nuestro país. No todas las intervenciones del Estado en la sociedad y la economía son funcionales y la capacidad de respuesta para atender problemas públicos por parte del estado administrativo, empieza a rezagarse. Éste da muestras de deterioro en esta nación. No se saben las consecuencias que un mal manejo político puedan suscitar. Y en este sentido, el voto de castigo es lo de menos.

Con esto se encaminan las Políticas Públicas: a que los funcionarios tengan una mejor preparación. Esto significa establecer conceptos como administración por resultados -no por objetivos- con gente perfectamente adiestrada en cada uno de los campos. Y por supuesto con valores.

Se trata de formar nuevos directivos en el gobierno, en la administración; mayor competencia del servidor público. Servidores públicos con capacidad multifacética.

Al concepto de eficiencia se le deben agregan indicadores de medición. Adoptar la cultura de la productividad y del desempeño. Introducir la palabra costos políticos, en los procesos de la gestión pública. El manejo de la gente que ayuda a establecer los mecanismos para elaborar las políticas públicas es importantísimo.

También entender a quienes educan, quienes orientan y quienes llevan los programas a cabo: la burocracia. Como ferrocarril en marcha, son los que jamás se han bajado.

Se pregona que el Estado de la globalidad no debe ser tan obeso, tan centralizado, tan abrumador en términos de la centralización de la economía. Sino que, los estados en la globalidad, deben ser más ágiles, con menos peso y menos tamaño.

Para los seguidores de la nueva gestión pública el ciudadano es: cliente, contribuyente, usuario y elector. Entendamos que necesitan formar grupos de trabajo, como lo hay hecho ya politólogos, economistas, sociólogos y los mismos administradores públicos, para entender que: La Administración Pública es rescatable desde el punto de vista de los procesos de Gestión. La Gerencia Pública generó buena cantidad de expectativas de calidad de vida, pero se perdió de vista que los recursos del Estado son recursos escasos, frente a las demandas múltiples: estos son problemas estructurales, no coyunturales.

Y nosotros como pueblo, nos merecemos todo lo bueno de la vida. A grandes políticos que tengan la posibilidad de hacer, no de mentir. Pero por supuesto que esto sólo lo sabe un administrador público, experto en políticas públicas, en gerencia pública, en gobernabilidad, en identidad estatal, en humildad y… en amor a su pueblo. Como cuando valorar, es el significado del ser. Porque el espíritu no se gana, se merece.

El espíritu no se gana, se merece.

A Elenita Lino.

El espíritu no se gana, se merece. Todo valor empieza con la vida, la justicia, el bien, la verdad y la belleza, de donde se desprenden todos los demás. Honradez y dignidad; prestigio y libertad; tolerancia y sabiduría; amor y espiritualidad; identidad y solidaridad; justicia y humildad; templanza y prudencia; honor y conciencia. Si se conjuga esto con la significancia del ser, creceremos.

La crisis por la que vive el país, es el agotamiento de un conjunto de modo de vida gubernamental. Es el anuncio de que está emergiendo uno nuevo. La ecología, la seguridad nacional, la información clasificada, el manejo de grupos para tener y conformar el orden, y el estado de derecho, así como el funcionamiento de la política pública, hacen que exista la necesidad de tener al frente dignos políticos y administradores públicos de carrera.

Si un político o administrador público no entiende políticas públicas, ni percibe la crisis por la que vive el país, no entenderá ni sabrá cómo resolver ningún problema que le aqueja al mismo.

Si en realidad queremos salir adelante, necesitamos una gran toma de conciencia de lo que ocurre en nuestro país. No todas las intervenciones del Estado en la sociedad y la economía son funcionales y la capacidad de respuesta para atender problemas públicos por parte del estado administrativo, empieza a rezagarse. Éste da muestras de deterioro en esta nación. No se saben las consecuencias que un mal manejo político puedan suscitar. Y en este sentido, el voto de castigo es lo de menos.

Con esto se encaminan las Políticas Públicas: a que los funcionarios tengan una mejor preparación. Esto significa establecer conceptos como administración por resultados -no por objetivos- con gente perfectamente adiestrada en cada uno de los campos. Y por supuesto con valores.

Se trata de formar nuevos directivos en el gobierno, en la administración; mayor competencia del servidor público. Servidores públicos con capacidad multifacética.

Al concepto de eficiencia se le deben agregan indicadores de medición. Adoptar la cultura de la productividad y del desempeño. Introducir la palabra costos políticos, en los procesos de la gestión pública. El manejo de la gente que ayuda a establecer los mecanismos para elaborar las políticas públicas es importantísimo.

También entender a quienes educan, quienes orientan y quienes llevan los programas a cabo: la burocracia. Como ferrocarril en marcha, son los que jamás se han bajado.

Se pregona que el Estado de la globalidad no debe ser tan obeso, tan centralizado, tan abrumador en términos de la centralización de la economía. Sino que, los estados en la globalidad, deben ser más ágiles, con menos peso y menos tamaño.

Para los seguidores de la nueva gestión pública el ciudadano es: cliente, contribuyente, usuario y elector. Entendamos que necesitan formar grupos de trabajo, como lo hay hecho ya politólogos, economistas, sociólogos y los mismos administradores públicos, para entender que: La Administración Pública es rescatable desde el punto de vista de los procesos de Gestión. La Gerencia Pública generó buena cantidad de expectativas de calidad de vida, pero se perdió de vista que los recursos del Estado son recursos escasos, frente a las demandas múltiples: estos son problemas estructurales, no coyunturales.

Y nosotros como pueblo, nos merecemos todo lo bueno de la vida. A grandes políticos que tengan la posibilidad de hacer, no de mentir. Pero por supuesto que esto sólo lo sabe un administrador público, experto en políticas públicas, en gerencia pública, en gobernabilidad, en identidad estatal, en humildad y… en amor a su pueblo. Como cuando valorar, es el significado del ser. Porque el espíritu no se gana, se merece.