El desarrollo de vacunas alrededor del mundo para atender la pandemia generada por el Covid-19, representaba una esperanza de volver a una vida lo más cercana a la normalidad posible en los momentos más complicados de la epidemia.
Sin embargo, ahora que contamos con diversos proyectos de investigación y vacunas aprobadas para su uso de emergencia, el reto, es la distribución de estas vacunas en las zonas con el mayor número de contagios y defunciones a causa de esta enfermedad.
Pese a las negociaciones, así como la firma de acuerdos y tratados, México al igual que muchos otros países, no cuenta con las vacunas necesarias para inmunizar a gran parte de su población; todo esto mientras los efectos negativos en salud y en materia económica continúan.
Para una población nacional de poco más de 126 millones de mexicanos, al día de hoy, México tan sólo ha recibido 4 millones 691 mil 775 dosis que han permitido inmunizar a cerca de 2 millones 800 mil mexicanos; recordemos que la mayoría de las vacunas requieren de una aplicación de dos dosis en un periodo 21 a 42 días. Datos que se traducen en que tan sólo el 1.5 por ciento del total de la población en nuestro país ha sido vacunado.
Con estos datos y esta realidad, ha quedado expuesta la limitada capacidad de respuesta que el sector salud, las dependencias y en general el gobierno federal ha tenido para atender esta emergencia que afecta a todos los sectores. Con una evidente catástrofe económica cada vez más extendida e insostenible, es necesaria la generación de un plan de cobertura nacional que atienda a la mayor parte de la población; una de las esperanzas más importantes para poder hablar de reactivación económica es tener al total de la población vacunada en el menor tiempo posible.
Mientras algunos países inmunizan por millones de manera diaria, en México el punto más alto de vacunación se presentó a mediados de febrero con más de 320 mil personas vacunadas en un solo día, esto, pese a ser una de las 13 mayores economías a nivel global; en otras palabras, México pese a contar con los recursos y capacidades, la capacidad de respuesta y nuestra estrategia de vacunación ha sido sumamente limitada.
Es necesario cambiar el plan de vacunación, es imprescindible usar la infraestructura de vacunación con la que cuentan las entidades como unidades médicas, equipos y las brigadas de vacunación; esto permitirá revertir los graves problemas de logística e información que se han presentado en diversos puntos de vacunación.
Es imperativo atender esta problemática y la participación activa de los sectores públicos y privados; el reto de la vacunación es titánico y no pude depender de una sola institución ya que al día de hoy no podemos hablar de una contención de la pandemia gracias a la vacunación.
