/ sábado 10 de febrero de 2024

Pegasus, Andrés Manuel y Lenia

Pegasus es un software desarrollado en Israel que se utiliza para intervenir los teléfonos celulares y espiar las conversaciones que se realicen ya sea por llamadas o por mensajería de texto; su nombre surgió en México, por primera vez durante la administración de Enrique Peña Nieto como Presidente aunque los reportes señalan que se adquirió para su uso en nuestro país en 2011, al final de administración de Felipe Calderón; como sea, desde entonces ha sido tema de debate por el uso y manejo que el gobierno le ha dado; para no variar, se trata de una de las tantas promesas presidenciales que no se han cumplido.

Según un reporte de The New York Times, Pegasus llega a México en 2011 luego de que un grupo de israelíes de la empresa NSO Group presentaran el proyecto a los militares mexicanos quienes ni tardos ni perezosos buscaron hacerse de ese producto que les permitiría intervenir las conversaciones telefónicos de dispositivos móviles sin poder ser detectados y así, una vez que el trato se cerró, nuestro país le abrió las puertas al mundo del espionaje estatal a este software que, pese a todo, no es tan popular como pudiera parecer.

Y es cierto, mucha gente aún no sabe qué es y cómo funciona Pegasus, y es que en realidad muy poca gente lo sabe; obviamente los israelíes que los hicieron y vendieron por el mundo pero en México hay personal que incluso en la milicia desconocen su funcionamiento y, más aún, su alcance real en la capacidad de intervenir líneas telefónicas o el número de líneas que pueden ser intervenidas realmente.

Su desarrollo ha generado que las compañías que brindan servicios de mensajería instantánea hayan buscado generar nuevas formas de brindar seguridad en una constante lucha entre el poder enviar mensajes encriptados y seguros y el no poder hacerlo; incluso, cuando Pegasus salió a la luz en la administración anterior, las aplicaciones anunciaron cambios que parecían dejar inservible la herramienta de espionaje pero no fue así, por lo que se sabe, Pegasus sigue vigente como el software espía más potente del mundo.

Por si esto no fuera suficientemente malo para nuestro país, nuestro gobierno nos solo fue el que le abrió las puertas al software para su uso en el mundo, también es el que más utiliza la herramienta a nivel mundial, así lo señalan los reportes que se tenían a mediados de 2023 sobre su uso; la cercanía de los procesos electorales no lo ha hecho menos interesante.

Pegasus es extraordinariamente potente en la realización de su trabajo. Puede infectar un teléfono sin dejar huella alguna de intrusión y extraer todo lo que ese dispositivo tiene: cada correo electrónico, mensaje de texto, foto, video, cita del calendario, todo mientras vigila lo que haces con el dispositivo, también en tiempo real.

Esta herramienta puede grabar todas las pulsaciones del teclado, incluso cuando se utilizan aplicaciones cifradas, y también es capaz de vigilar a través de la cámara del teléfono o escuchar a través de su micrófono (algo que también hacen, por cierto, muchas compañías para obtener información sobre sus usuarios, la diferencia es que en estos casos se firma un contrato que informa de estas escuchas, aunque nadie lo lea) pero lo especial de Pegasus es que sigue funcionando aún si el dispositivo parece estar apagado (parece porque evidentemente no lo está).

Entre lo supuestamente positivo de esta herramienta y para lo que en teoría se habría adquirido por el gobierno mexicano, es que se usa (o se usó, no sabemos ahora cómo se utiliza) para luchar contra la delincuencia ayudando a desarticular bandas dedicadas a la trata de personas o en apoyo para la detención de personajes importantes de los cárteles criminales.

El problema es que, una vez que vio sus capacidades, el gobierno lo ha utilizado para el espionaje de civiles (empresarios, periodistas, defensores de derechos humanos y políticos de oposición, principalmente, hasta donde se sabe) con fines de dar seguimiento a ciertos temas o para conocer información que pueda ser utilizada en las siguientes elecciones o para alguna negociación de conveniencia.

El entonces candidato Andrés Manuel López Obrador aseguró que, de llegar a la Presidencia de la República, no solo cancelaría los contratos militares con NSO Group (que por cierto forma parte de la lista negra de empresas en Estados Unidos por el uso de espionaje de sus dispositivos) sino que transparentaría todo lo relacionado para saber a quién se ha espiado, por cuánto tiempo y con qué objetivo. Una mentira más a la larga lista presidencial.

Ya como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador no solo no canceló el contrato ni ordenó la apertura de la información sino que, renovó el contrato con la empresa israelí y ha emprendido una lucha feroz no solo para mantener oculta la información relacionada con Pegasus sino que, además ha emprendido una feroz campaña para eliminar, para desaparecer a las instancias no gubernamentales (sí, los órganos autónomos mencionados en las propuestas de reforma constitucional) que podrían tener ingerencia en que esta información se haga pública.

La organización R3D.MX ha dado cuenta puntual de todo esto a través de su investigación “Ejército espía” disponible en línea en la pagina https://ejercitoespia.r3d.mx mostrando lo poco a lo que se ha podido acceder y dejando ver lo mucho que este software se utiliza como herramienta de espionaje a la sociedad.

Más aún, en esta misma semana, la ministra presidencial (recordar que es la única ministra en la historia del este país que ha sido nombrada directamente por el Presidente) Lenia Batres, se enredó en un discurso sin sentido que el propio Cantinflas envidiaría para justificar porque votó en contra de la información sobre los contratos de Pegasus se transparenten como ha ordenado el INAI. La ministra del Presidente hace lo que puede para evitar lo que apenas seis años atrás exigían: la cancelación de Pegasus y laapertura de la información sobre sus contratos y uso como herramienta de espionaje al pueblo de México.

Pegasus, Lenia y Andrés Manuel están unidos en una trama a la que ni el propio Presidente ha podido esquivar en sus conferencias mañaneras como ha hecho con otros temas, además todo ocurre en el contexto de señalamientos que apuntan a la cercanía de los hombres más cercanos al mandatario con la los líderes criminales de México. AMLO están una encrucijada que lo podría llevar a cumplir su sueño de pasar a la historia destacando como Presidente pero quizás no sea como él hubiera querido.

Pegasus es un software desarrollado en Israel que se utiliza para intervenir los teléfonos celulares y espiar las conversaciones que se realicen ya sea por llamadas o por mensajería de texto; su nombre surgió en México, por primera vez durante la administración de Enrique Peña Nieto como Presidente aunque los reportes señalan que se adquirió para su uso en nuestro país en 2011, al final de administración de Felipe Calderón; como sea, desde entonces ha sido tema de debate por el uso y manejo que el gobierno le ha dado; para no variar, se trata de una de las tantas promesas presidenciales que no se han cumplido.

Según un reporte de The New York Times, Pegasus llega a México en 2011 luego de que un grupo de israelíes de la empresa NSO Group presentaran el proyecto a los militares mexicanos quienes ni tardos ni perezosos buscaron hacerse de ese producto que les permitiría intervenir las conversaciones telefónicos de dispositivos móviles sin poder ser detectados y así, una vez que el trato se cerró, nuestro país le abrió las puertas al mundo del espionaje estatal a este software que, pese a todo, no es tan popular como pudiera parecer.

Y es cierto, mucha gente aún no sabe qué es y cómo funciona Pegasus, y es que en realidad muy poca gente lo sabe; obviamente los israelíes que los hicieron y vendieron por el mundo pero en México hay personal que incluso en la milicia desconocen su funcionamiento y, más aún, su alcance real en la capacidad de intervenir líneas telefónicas o el número de líneas que pueden ser intervenidas realmente.

Su desarrollo ha generado que las compañías que brindan servicios de mensajería instantánea hayan buscado generar nuevas formas de brindar seguridad en una constante lucha entre el poder enviar mensajes encriptados y seguros y el no poder hacerlo; incluso, cuando Pegasus salió a la luz en la administración anterior, las aplicaciones anunciaron cambios que parecían dejar inservible la herramienta de espionaje pero no fue así, por lo que se sabe, Pegasus sigue vigente como el software espía más potente del mundo.

Por si esto no fuera suficientemente malo para nuestro país, nuestro gobierno nos solo fue el que le abrió las puertas al software para su uso en el mundo, también es el que más utiliza la herramienta a nivel mundial, así lo señalan los reportes que se tenían a mediados de 2023 sobre su uso; la cercanía de los procesos electorales no lo ha hecho menos interesante.

Pegasus es extraordinariamente potente en la realización de su trabajo. Puede infectar un teléfono sin dejar huella alguna de intrusión y extraer todo lo que ese dispositivo tiene: cada correo electrónico, mensaje de texto, foto, video, cita del calendario, todo mientras vigila lo que haces con el dispositivo, también en tiempo real.

Esta herramienta puede grabar todas las pulsaciones del teclado, incluso cuando se utilizan aplicaciones cifradas, y también es capaz de vigilar a través de la cámara del teléfono o escuchar a través de su micrófono (algo que también hacen, por cierto, muchas compañías para obtener información sobre sus usuarios, la diferencia es que en estos casos se firma un contrato que informa de estas escuchas, aunque nadie lo lea) pero lo especial de Pegasus es que sigue funcionando aún si el dispositivo parece estar apagado (parece porque evidentemente no lo está).

Entre lo supuestamente positivo de esta herramienta y para lo que en teoría se habría adquirido por el gobierno mexicano, es que se usa (o se usó, no sabemos ahora cómo se utiliza) para luchar contra la delincuencia ayudando a desarticular bandas dedicadas a la trata de personas o en apoyo para la detención de personajes importantes de los cárteles criminales.

El problema es que, una vez que vio sus capacidades, el gobierno lo ha utilizado para el espionaje de civiles (empresarios, periodistas, defensores de derechos humanos y políticos de oposición, principalmente, hasta donde se sabe) con fines de dar seguimiento a ciertos temas o para conocer información que pueda ser utilizada en las siguientes elecciones o para alguna negociación de conveniencia.

El entonces candidato Andrés Manuel López Obrador aseguró que, de llegar a la Presidencia de la República, no solo cancelaría los contratos militares con NSO Group (que por cierto forma parte de la lista negra de empresas en Estados Unidos por el uso de espionaje de sus dispositivos) sino que transparentaría todo lo relacionado para saber a quién se ha espiado, por cuánto tiempo y con qué objetivo. Una mentira más a la larga lista presidencial.

Ya como Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador no solo no canceló el contrato ni ordenó la apertura de la información sino que, renovó el contrato con la empresa israelí y ha emprendido una lucha feroz no solo para mantener oculta la información relacionada con Pegasus sino que, además ha emprendido una feroz campaña para eliminar, para desaparecer a las instancias no gubernamentales (sí, los órganos autónomos mencionados en las propuestas de reforma constitucional) que podrían tener ingerencia en que esta información se haga pública.

La organización R3D.MX ha dado cuenta puntual de todo esto a través de su investigación “Ejército espía” disponible en línea en la pagina https://ejercitoespia.r3d.mx mostrando lo poco a lo que se ha podido acceder y dejando ver lo mucho que este software se utiliza como herramienta de espionaje a la sociedad.

Más aún, en esta misma semana, la ministra presidencial (recordar que es la única ministra en la historia del este país que ha sido nombrada directamente por el Presidente) Lenia Batres, se enredó en un discurso sin sentido que el propio Cantinflas envidiaría para justificar porque votó en contra de la información sobre los contratos de Pegasus se transparenten como ha ordenado el INAI. La ministra del Presidente hace lo que puede para evitar lo que apenas seis años atrás exigían: la cancelación de Pegasus y laapertura de la información sobre sus contratos y uso como herramienta de espionaje al pueblo de México.

Pegasus, Lenia y Andrés Manuel están unidos en una trama a la que ni el propio Presidente ha podido esquivar en sus conferencias mañaneras como ha hecho con otros temas, además todo ocurre en el contexto de señalamientos que apuntan a la cercanía de los hombres más cercanos al mandatario con la los líderes criminales de México. AMLO están una encrucijada que lo podría llevar a cumplir su sueño de pasar a la historia destacando como Presidente pero quizás no sea como él hubiera querido.