/ sábado 6 de enero de 2024

Política en Blanco y Negro | Salida de varias petroleras en México

El gobierno no ha podido mantener a empresas que en el sexenio pasado habían invertido en el sector energético; en esta ocasión abandonan las compañías petroleras como Shell y Qatar Energy; así como Exxon Mobil, Hokchi Energy, Chevron, China Offshore e incluso Petróleos Mexicanos, haciendo oficial su salida ante la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

La salida de grandes petroleras causa preocupación ya que se habla de poca capacidad del gobierno para atraer a inversionistas en este sector; pues los empresarios encuentran obstáculos, por lo que prefieren no participar.

El 2023 fue el año en el que se registraron más abandonos públicos de contratos para la industria de la explotación y producción de hidrocarburos. En el sexenio pasado fueron adjudicados 111 bloques; 38 de los cuales han renunciado; y 26 de ellos en el año que acaba de terminar.

Aunque parecieran pocos, ya que representan el 23 por ciento de la superficie de 184 mil kilómetros cuadrados adjudicados; se ha renunciado a 42 mil 958 kilómetros cuadrados, para explotar y producir hidrocarburos en el país.

Por solo mencionar a algunas de las petroleras que han abandonado total o parcialmente campos petroleros, en lo que respecta a aguas profundas Shell deja una superficie de 12 mil 579 km2; Chevron 4 mil 566; China Offshore 3 mil 554; y Woodside un mil 200; en aguas someras 3 mil 400 km2 Repsol y 233 Talos Energy; y en superficie terrestre 363 km2 Newpek.

La Comisión Nacional de Hidrocarburos ha manifestado que no existen penalizaciones, si a la fecha de la renuncia han cumplido con las actividades e inversiones en las que se comprometieron. Y de los contratos cancelados a la fecha solo han sido ocho de ellos que han tenido multas que pagarán al Estado y que suman 149.8 millones de dólares.

Es importante mencionar que las petroleras privadas tenían como meta la extracción de crudo de por lo menos 214 mil barriles diarios; sin embargo, en los últimos meses estuvo por debajo de los 100 mil. Además, el gobierno federal les había establecido 280 mil barriles diarios; y por esto desde la presidencia han sido criticadas por no dar resultados; llevando al gobierno morenista a cancelar el resto de las licitaciones.

Habría que reconocer que la salida masiva de las petroleras antes mencionadas ha desdibujado la esperanza de que se lleven a cabo reformas en el sector energético de México, ya que las autoridades han mencionado que no se puede adecuar algo, si existe incertidumbre.

El gobierno federal debe considerar ante la salida de estas petroleras y reevaluar la vialidad de realizar las reformas que fueron impulsadas en el sexenio pasado, y con ello modernizar la industria petrolera del país; considerando el desafío que enfrentamos a nivel mundial, revisando y ajustando las políticas y regulaciones en vigor.

Y por su parte el sector privado se encuentra a la espera de la entrada de los activos de Zama y Trión para incrementar significativamente la extracción de petróleo, pero esto llegará muy probablemente hasta la entrada de la nueva administración presidencial.

El gobierno no ha podido mantener a empresas que en el sexenio pasado habían invertido en el sector energético; en esta ocasión abandonan las compañías petroleras como Shell y Qatar Energy; así como Exxon Mobil, Hokchi Energy, Chevron, China Offshore e incluso Petróleos Mexicanos, haciendo oficial su salida ante la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

La salida de grandes petroleras causa preocupación ya que se habla de poca capacidad del gobierno para atraer a inversionistas en este sector; pues los empresarios encuentran obstáculos, por lo que prefieren no participar.

El 2023 fue el año en el que se registraron más abandonos públicos de contratos para la industria de la explotación y producción de hidrocarburos. En el sexenio pasado fueron adjudicados 111 bloques; 38 de los cuales han renunciado; y 26 de ellos en el año que acaba de terminar.

Aunque parecieran pocos, ya que representan el 23 por ciento de la superficie de 184 mil kilómetros cuadrados adjudicados; se ha renunciado a 42 mil 958 kilómetros cuadrados, para explotar y producir hidrocarburos en el país.

Por solo mencionar a algunas de las petroleras que han abandonado total o parcialmente campos petroleros, en lo que respecta a aguas profundas Shell deja una superficie de 12 mil 579 km2; Chevron 4 mil 566; China Offshore 3 mil 554; y Woodside un mil 200; en aguas someras 3 mil 400 km2 Repsol y 233 Talos Energy; y en superficie terrestre 363 km2 Newpek.

La Comisión Nacional de Hidrocarburos ha manifestado que no existen penalizaciones, si a la fecha de la renuncia han cumplido con las actividades e inversiones en las que se comprometieron. Y de los contratos cancelados a la fecha solo han sido ocho de ellos que han tenido multas que pagarán al Estado y que suman 149.8 millones de dólares.

Es importante mencionar que las petroleras privadas tenían como meta la extracción de crudo de por lo menos 214 mil barriles diarios; sin embargo, en los últimos meses estuvo por debajo de los 100 mil. Además, el gobierno federal les había establecido 280 mil barriles diarios; y por esto desde la presidencia han sido criticadas por no dar resultados; llevando al gobierno morenista a cancelar el resto de las licitaciones.

Habría que reconocer que la salida masiva de las petroleras antes mencionadas ha desdibujado la esperanza de que se lleven a cabo reformas en el sector energético de México, ya que las autoridades han mencionado que no se puede adecuar algo, si existe incertidumbre.

El gobierno federal debe considerar ante la salida de estas petroleras y reevaluar la vialidad de realizar las reformas que fueron impulsadas en el sexenio pasado, y con ello modernizar la industria petrolera del país; considerando el desafío que enfrentamos a nivel mundial, revisando y ajustando las políticas y regulaciones en vigor.

Y por su parte el sector privado se encuentra a la espera de la entrada de los activos de Zama y Trión para incrementar significativamente la extracción de petróleo, pero esto llegará muy probablemente hasta la entrada de la nueva administración presidencial.