Cannes.- El cineasta mexicano Alejandro González Iñárrituasombró a Cannes con el estreno hoy de “Carne y arena”, una“experiencia de realidad virtual” en la frontera surde Estados Unidos que permite una “inmersión” y “tomarconciencia” de la tragedia de los inmigrantes.
“Espectacular, terrorífico, interesante, distinto” sonalgunos de los adjetivos de los primeros privilegiados que pudieronvisitar este jueves la instalación que para poder ser vistaprecisa de invitación y obliga a realizar una reservación yasaturada y un desplazamiento a un hangar de las afueras deCannes.
El “experimento” en palabras del propio GonzálezIñárritu, invita al espectador a entrar, descalzo, y ensolitario, en una sala cubierta de arena en la que un par deoperarios le colocan una mochila y unos lentes de realidadvirtual.
Los lentes ubican al espectador entre un grupo de inmigranteserrantes en el desierto que separa México de Estados Unidos querepentinamente son descubiertos por una patrulla fronteriza.
El participante puede moverse por toda la escena, recreada porIñárritu y su cinefotógrafo mexicano Emmanuel “el chivo”Lubezki, aparentemente sin ser visto. Los choques del espectadorcon los personajes generan imágenes durante el “viaje”, quedura en torno a seis minutos y medio.
Los personajes virtuales fueron recreados de inmigrantes realesde Centroamérica y mexicanos en la instalación, que supone laprimera gran experiencia de realidad virtual que exhibe Cannescoincidiendo con el 70 aniversario del certamen más prestigiado anivel mundial que se cumple en esta edición que comenzó ayer.
Según González Iñárritu, quien regresa a Cannes con estapieza siete años después de competir con “Biutiful”, la obraha sido creada en realidad virtual para tener un gran impacto enuna sociedad cada vez menos sensible a imágenes sobre dramas comoel de los inmigrantes.
“Qué triste que una realidad tan real y tan dolorosa hatenido que ser interpretada de manera virtual para poder serrelevante”, comentó González Iñárritu en entrevista exclusivacon Notimex en Cannes.
“La realidad ya no es suficiente para nosotros. La cantidad deinformación sobre esas personas ya no nos genera ningún interés.Hubiera podido filmar un corto de diez minutos y nadie hubieravenido, lo hubieran visto diez personas”, dijo al explicar lamotivación que lo llevó a hacerlo con la nueva técnica.
“Aquí estoy yo, es una pieza mía, una instalación, es unaforma que es una expresión personal de una situación mundial y laherramienta tecnológica da la posibilidad, te deja entrar alsubconsciente inclusive de los personajes”, añadió Iñárritu,quien dijo que “no es un trabajo militante ni político, eshumano”.
“Es una experimentación. Mi intención era poder jugar conesta tecnología experimental, explorar esa condición humana yponer a la tecnología al servicio de la humanidad”, subrayósobre el montaje que explicó que era “costoso” en términosfinancieros.
El premiado director, quien asistió personalmente al montajeen Cannes, que incluye un pedazo de la valla fronteriza que separaMéxico de Estados Unidos, explicó que para realizar lo quecalificó de “pieza artística” tuvo que volver a aprenderdiversas técnicas como la de iluminación.
Según el cineasta, la realidad virtual rompe “la gramáticadel cine” tradicional porque no tiene marco ni secuencias, entreotras diferencias.
Por ello, la experiencia de cada individuo en “Carne yarena” es totalmente distinta, según Iñárritu, y depende de suforma de ser según constató siguiendo a los participantes que yala han visto.
La instalación, de la que no pueden hacerse fotos ni videos,será vista próximamente en la fundación Prada en Italia,posteriormente en el museo Lacma de Los Angeles, y despuésviajará a la Ciudad de México.
Pese a su corta duración, de menos de siete minutos, perodebido a que es una experiencia individual, en Cannes se calculaque “Carne y Arena” podrá ser vista en 11 días de exhibiciónsolamente por alrededor de 700 personas, una tercera parte delprincipal auditorio del Palacio de Festivales.
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