/ miércoles 14 de diciembre de 2022

David Toscana construye un nuevo Quijote a través de la literatura rusa

El escritor combina elementos de El Quijote con la narrativa del país asiático para crear la novela El peso de vivir en la tierra

Es 1971, aún palpita en la superficie de la tierra y el espacio las tenciones apocalípticas de la Guerra Fría. Y en un lugar al norte de México, un oficinista llamado Nicolás se ha obsesionado tanto con la literatura y la cultura rusa que ha pedido que todos sus compañeros lo llamen Nikolái Nikoláievich Pseldónimov. La noticia de la muerte de tres cosmonautas tras intentar regresar a la tierra después de estar en la estación Sályut lo incitará a emprender un delirante viaje en compañía de su esposa y otros que se suman a su camino.

Sobre esta plataforma argumentativa despega la historia de la nueva novela del mexicano David Toscana, El peso de vivir en la tierra, en cuyas páginas el escritor propone un fantástico recorrido por la literatura rusa de un modo quijotesco.

Puede interesarte: Elmer Mendoza disecciona la novela negra en la FIL Guadalajara

En entrevista con El Sol de México, Toscana cuenta el origen y pasiones que lo llevaron a escribir la novela, así como sus percepciones en torno a la literatura rusa, que se ha puesto en tela de juicio en varios países, desde la invasión que Rusia inició hacia Ucrania a principios de este 2022.

¿Cuál es el origen de esta novela?

Tengo más de 40 años leyendo literatura rusa, que es uno de mis más grandes amores, junto a las obras de los Siglos de Oro Español. Y, de pronto, se me ocurrió juntar las dos cosas a través de El Quijote. Él lee obras de caballería y quiere ser un héroe, mientras que mi personaje lee obras rusas y quiere ser un antihéroe que, junto a otros igual que él, no busca degradar su existencia, sino encontrar un significado para la vida, que es lo que nos pasa cuando leemos a ciertos clásicos como son Dostoievski o Chejov.

¿Por eso el título de la obra?

Sí, la frase viene de una cita periodística en la novela, en la que no quieren ser metafóricos. Ahí dicen que los cosmonautas no soportaron el peso de vivir en la tierra, pero Nicolás lo toma como una metáfora y le dice a su mujer que vayan a buscar algo para que sus corazones no soporten el peso de vivir en la tierra, que es esta degradación de la que hablo.

¿Por qué es tan importante para usted la figura de El Quijote?

Sobre todo me gusta su libertad para imaginar y su capacidad de elección para vivir su propia realidad. Que en el caso de los lectores como yo es la literatura, no como evasión sino como un estudio profundo de la vida. La buena literatura es filosofía: Chejov, por ejemplo, es un gran filósofo, si uno lo lee muy detenidamente nos enseña muchas cosas sobre el sentido de la vida. Todas esas lecturas de las que hablo en la novela son obras para entender el alma y el caso extremo es El Quijote.

¿Cuál es la grandeza de la literatura rusa?

Creo que su grandeza está en la actitud que tomaron los escritores rusos, pues no escribían para entretener a un público ni para ganar premios ni para que les aplaudieran. Ellos escribían porque sentían que tenían una misión que casi equiparaban con la de un profeta, razón por la que exploraban muy a fondo el alma humana, la condición del ser ruso; y también porque querían encontrar la divinidad y libertad del ser humano, en un mundo que para ellos no era libre.

Los zares siempre tuvieron un régimen persecutor y autoritario, que luego fue sustituido por el comunismo y agudizó todo. Y ahora sabemos que Rusia, después de tantos siglos, vive con un gobierno autoritario que sigue persiguiendo las libertades.

¿Qué opina de los intentos de censura de la literatura rusa en algunas academias del mundo, a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania?

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Esos intentos se reconocieron de inmediato como una tontería. Si yo tuviera que hablar de un concepto presente de Dostoievski tendría que hablar no sólo de su literatura sino de lo que vivió y cómo, por sus ideas políticas estuvo a punto de ser ejecutado y cómo es que logró cambiar su condena por algunos años de trabajos forzados.

O, si yo tuviera que hablar de Tchaikovski y su música, tendríamos que hablar de que él también fue otro perseguido, por su homosexualidad, era otro personaje que no gozó de libertad en su tierra. Todos esos creadores, deben ser reconocidos como ejemplos de la lucha contra el autoritarismo y no lo contrario.

Es 1971, aún palpita en la superficie de la tierra y el espacio las tenciones apocalípticas de la Guerra Fría. Y en un lugar al norte de México, un oficinista llamado Nicolás se ha obsesionado tanto con la literatura y la cultura rusa que ha pedido que todos sus compañeros lo llamen Nikolái Nikoláievich Pseldónimov. La noticia de la muerte de tres cosmonautas tras intentar regresar a la tierra después de estar en la estación Sályut lo incitará a emprender un delirante viaje en compañía de su esposa y otros que se suman a su camino.

Sobre esta plataforma argumentativa despega la historia de la nueva novela del mexicano David Toscana, El peso de vivir en la tierra, en cuyas páginas el escritor propone un fantástico recorrido por la literatura rusa de un modo quijotesco.

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En entrevista con El Sol de México, Toscana cuenta el origen y pasiones que lo llevaron a escribir la novela, así como sus percepciones en torno a la literatura rusa, que se ha puesto en tela de juicio en varios países, desde la invasión que Rusia inició hacia Ucrania a principios de este 2022.

¿Cuál es el origen de esta novela?

Tengo más de 40 años leyendo literatura rusa, que es uno de mis más grandes amores, junto a las obras de los Siglos de Oro Español. Y, de pronto, se me ocurrió juntar las dos cosas a través de El Quijote. Él lee obras de caballería y quiere ser un héroe, mientras que mi personaje lee obras rusas y quiere ser un antihéroe que, junto a otros igual que él, no busca degradar su existencia, sino encontrar un significado para la vida, que es lo que nos pasa cuando leemos a ciertos clásicos como son Dostoievski o Chejov.

¿Por eso el título de la obra?

Sí, la frase viene de una cita periodística en la novela, en la que no quieren ser metafóricos. Ahí dicen que los cosmonautas no soportaron el peso de vivir en la tierra, pero Nicolás lo toma como una metáfora y le dice a su mujer que vayan a buscar algo para que sus corazones no soporten el peso de vivir en la tierra, que es esta degradación de la que hablo.

¿Por qué es tan importante para usted la figura de El Quijote?

Sobre todo me gusta su libertad para imaginar y su capacidad de elección para vivir su propia realidad. Que en el caso de los lectores como yo es la literatura, no como evasión sino como un estudio profundo de la vida. La buena literatura es filosofía: Chejov, por ejemplo, es un gran filósofo, si uno lo lee muy detenidamente nos enseña muchas cosas sobre el sentido de la vida. Todas esas lecturas de las que hablo en la novela son obras para entender el alma y el caso extremo es El Quijote.

¿Cuál es la grandeza de la literatura rusa?

Creo que su grandeza está en la actitud que tomaron los escritores rusos, pues no escribían para entretener a un público ni para ganar premios ni para que les aplaudieran. Ellos escribían porque sentían que tenían una misión que casi equiparaban con la de un profeta, razón por la que exploraban muy a fondo el alma humana, la condición del ser ruso; y también porque querían encontrar la divinidad y libertad del ser humano, en un mundo que para ellos no era libre.

Los zares siempre tuvieron un régimen persecutor y autoritario, que luego fue sustituido por el comunismo y agudizó todo. Y ahora sabemos que Rusia, después de tantos siglos, vive con un gobierno autoritario que sigue persiguiendo las libertades.

¿Qué opina de los intentos de censura de la literatura rusa en algunas academias del mundo, a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania?

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Esos intentos se reconocieron de inmediato como una tontería. Si yo tuviera que hablar de un concepto presente de Dostoievski tendría que hablar no sólo de su literatura sino de lo que vivió y cómo, por sus ideas políticas estuvo a punto de ser ejecutado y cómo es que logró cambiar su condena por algunos años de trabajos forzados.

O, si yo tuviera que hablar de Tchaikovski y su música, tendríamos que hablar de que él también fue otro perseguido, por su homosexualidad, era otro personaje que no gozó de libertad en su tierra. Todos esos creadores, deben ser reconocidos como ejemplos de la lucha contra el autoritarismo y no lo contrario.

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