Expresiones urbanas como el parkour o el freestyle cada vez ganan más aceptación en este municipio, por lo que, la práctica del skateboarding se ha convertido en una novedad entre los jóvenes vallesanos.
En entrevista con este medio, Nicolás Rodríguez, skater que lo practica desde los 11 años de edad, explicó la sensación de subirse a una tabla con ruedas y andar sobre las aceras.
"Es una experiencia increíble, diferente para cualquiera, pero cuando sacas un truco nuevo, cuando estás practicando ya después de un buen rato, cuando tienes esa primera caída, esa experiencia lograda, es lo más bonito que te puede pasar", explicó el skater.
Patinar con la brisa del lago pegando el el rostro, o con el desgaste producido por el sol de Valle de Bravo, hace una experiencia inolvidable para los skaters que se reúnen en el bowl de la Alameda Bicentenario.
"Se ve reflejada tu dedicación y constancia, y verlo logrado es una de las mejores emociones que puedes sentir", reiteró Nicolás Rodríguez.
Por ello, son una nueva comunidad que cada día se hace más grande, teniendo el fin común del gusto por la patineta y el apoyo, compañerismo y motivación para jalar unos a otros en esta práctica deportiva.
"No hay un equipo conformado con un nombre, o un club, pero cuando nos juntamos todos es como una familia, la comunidad del skate es de las más unidas porque se logran muchísimas cosas", aseguró.
Skatemania
Por tal motivo, él junto con demás amigos han logrado crear skatemania, una tipo escuela que da clases desde hace 5 años, a los niños de Valle de Bravo.
"Mi objetivo es brindar, a las nuevas generaciones, que puedan apropiarse de este espacio y se puedan desarrollar tanto física como personalmente", refirió.
En esta nueva escuela, se apoya a niños que ni pensaban subirse a una tabla, pero con la experiencia y la práctica diaria, en un mes ya están montando sus primeros trucos de nivel básico e intermedio.
En Valle de Bravo se cuenta con 20 deportistas locales que practica el skateboarding, formando una red de 50 personas entre principiantes y deportistas que conviven en la Alameda Bicentenario.
"Que tengan un apoyo, un facilitador, profesor que los vaya ayudando de la mano para que en futuro lo hagan por su cuenta".
"Es un sentimiento de alegría y gozo porque cada logro de ellos es un logro mío", concluyó Nicolás Rodríguez.
Retos sociales en Valle de Bravo
Sin embargo, este nuevo deporte está estigmatizado por un sector de la sociedad vallesana, al catalogar a los patinadores como delincuentes que se dedican a consumir sustancias dañinas para el cuerpo humano.
"He visto deportistas dedicados que no han probado ninguna sustancia así, y se ve su calidad de deportistas", refirió Nicolás Rodríguez.
Esta visión es compartida por la comunidad del skate en Valle de Bravo, pues el patinador Santiago Barcenas consideró al skateboarding como un arte más que un deporte, teniendo como principal reto convencer a la gente que no es una práctica dañina para la sociedad.
"El estigma social en el skateboarding si es un tema complicado, inclusive hasta para mi como practicante, pues cuando empecé a venir al bowl había mucha banda en adicciones, hasta me daba miedo bajar", explicó.
"Si existe el problema de las adicciones en algunos skaters pero la mayoría somos personas limpias, las olimpiadas nos ayudaron a mejorar la imagen", concluyó.
Por lo que, pidió a la sociedad vallesana a aceptar esta nueva práctica deportiva como una alternativa para alejar a los jóvenes de los vicios.
"No es justo porque esas acciones dan una cara diferente al deporte que es en realidad, pero no es así. Acérquense, platiquen con nosotros, vean lo que hacemos un deporte donde se cansa uno, se cae, sudamos, nos divertimos", invitó.