El cubrebocas ha sido parte esencial para combatir el Covid-19, pero gracias a la efectividad de las vacunas y las medidas adoptadas cada vez más países ya no exigen su uso obligatorio a la población, aunque mucha gente lo celebra hay quienes tendrán emociones encontradas.
La razón es que se ha convertido en una segunda naturaleza para mucha gente y es posible que descubran que no utilizarlas en público les hará sentir fuera de lugar, no mostrar la cara en los protocolos sociales ha resultado reconfortante porque el cubrebocas sirve como escudo al aliviar algunas de las presiones sociales, entre ellas la apariencia.
Pero a todo esto hay una razón psicológica, el uso del cubrebocas durante la pandemia del Covid-19 ha aumentado la lucha con la ansiedad social, la cual se caracteriza por el miedo a ser observado y juzgado por otros, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Waterloo dirigido por David A. Moscovitch.
El no utilizar la mascarilla en la nueva normalidad puede hacer sentir a la persona que las habilidades sociales no son eficaces, sentirse cohibido cuando se interactúa de cerca con más gente.
La ansiedad social se intensificó por el hecho de permanecer mucho tiempo encerrados, encerrado en casa y aislado de los demás ha ocasionado que en el regreso a la nueva normalidad se sienta nuevamente el temor de interactuar.
Esta situación se intensifica en los jóvenes, según el estudio, la adolescencia se ha definido por mucho tiempo por la inseguridad sobre la imagen corporal, la presión social por adquirir una identidad, por lo que al no utilizar los cubrebocas en escuelas comenzará a aparecer la ansiedad por la preocupación del coronavirus, timidez e imperfecciones del rostro.
Otro aspecto es la audiencia imaginaria, quitarse el cubrebocas representa una transición social y muchas personas estarán preocupadas por lo que los demás puedan pensar de ellos, situación que aumenta cuando los estándares de belleza una vez más se vuelven importantes, ahora para ganar o perder reflectores influirá la forma de vestirse, hablar en grupo y las expresiones del rostro ya sin cubrebocas.