Toluca, en el Estado de México, como en la mayor parte del país, los corridos tumbados y narcocorridos se han convertido en una tendencia musical entre las y los jóvenes, gracias al contenido en sus letras y a su disponibilidad.
"Por moda, una vez que lo escuché, empecé a ponerle atención a la música y me gustó. De ahí, lo busqué en una plataforma, y añadí las canciones a mi playlist", señaló Roberto De Paz Reyes, un estudiante de preparatoria, de clase media y muy asiduo a la escucha de esos contenidos.
El acceso a las canciones de este género y que las plataformas han puesto al alcance de todos, se han convertido en una nueva moda musical.
Al escuchar ese género musical por los jóvenes mexiquenses, incluso, niños, se puede percibir una "suerte" de ideas aspiracionistas, pues, en las y los jóvenes se tienen una necesidad simbólica de sentirse superiores y de querer lograr cosas, principalmente, cosas que normalmente no harían, señala el investigador en Ciencias Sociales, Abraham Osorio Ballesteros.
Para el investigador con mención en Sociología de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), el que que los jóvenes consuman este tipo de géneros musicales es multifactorial, donde destaca, señala, el aspecto aspiracional que reflejan sus letras.
"El contenido de estas letras, es un contenido altamente aspiracional. Cuando uno analiza las letras de los narcocorridos o corridos tumbados, normalmente, cuentan historias de personas que prácticamente salieron de la pobreza, de la nada, lograron poder y finalmente, murieron", explicó.
Y menciona que, inconscientemente, adolescentes y jóvenes ven en este género musical una especie de moda que les da estatus al interior de los grupos de amigos al que pertenecen.
En la entidad mexiquense, a la fecha no hay ninguna ley u ordenamiento que regule los llamados narcocorridos o corridos tumbados, incluso, tampoco hay alguna iniciativa de parte de las y los legisladores para regularlos.
En tanto, al consultar si en las escuelas de la entidad mexiquense, en especial del nivel básico y medio superior, hay algún reglamento que regule la escucha de esos contenidos en en los espacios escolares, la Secretaría de Educación estatal no dio respuesta a la solicitud.
"Sí me identifico más con unas canciones que con otras, por ejemplo, me gustan más las de desamor que las de drogas y eso", explicó Roberto, mientras mostraba una lista de reproducción de títulos de Natanael Cano y Peso Pluma en su dispositivo móvil.
Roles de género y fácil acceso
Los roles de género es otro factor por el cual las y los jóvenes consumen este tipo de música, pues el tradicionalismo social continúa tanto en hombres como en mujeres, a pesar de ser una generación abierta a los temas de género, explica el académico de la UAEMex.
"En el caso de los hombres, se habla de hombres poderosos, viriles, que pueden usar armas, consumir productos y tener mujeres. Los jóvenes se sienten atrapados por estos roles de género implicados dentro de la propia música, destacando su virilidad", justificó.
Y señala que, en el caso de algunas mujeres, les llama la atención pues son ubicadas como mujeres poderosas, a lado de un hombre poderoso.
"Se sienten realizadas porque entienden que, como lo menciona la música, pueden tener un novio poderoso, con acceso a las armas, a artículos de lujo, dinero, sin lugar a duda es otro factor", precisó Osorio Ballesteros.
Roberto De Paz Reyes externó que, si bien no todas las canciones tienen implícitos los roles de género, quién se logra identificar con ellas no tiene las mismas condiciones sociales.
"Hay canciones que lo manejan con esa perspectiva y las canciones dan a pensar que tu vida será así, pero realmente no va a ser así, aunque te esfuerces", describió.
Repercusiones sociales
Osorio Ballesteros explica que, para los jóvenes del Estado de México escuchar este tipo de letras eleva la violencia de manera simbólica, pues, para ser reconocidos en sus colonias y entre los grupos de sus amigos, adoptan vestimentas, lenguajes y las mismas prácticas que sus ídolos utilizan.
"De alguna manera, quienes lo consumen, podrían alentar más a acciones violentas, este tipo de música trae muchas posturas violentas
"Es una apropiación simbólica donde se trata de enaltecer este tipo de música, y también su poder, a través de esa práctica muy común", explica.
Su impacto cualitativo, añade, se puede verificar en reuniones sociales y fiestas, las cuáles son expuestas a través de redes sociales. Para el académico e investigador impacta más en las relaciones sociales que generan las y los jóvenes, más que en la incitación a cometer actos delictivos o en el consumo de estupefacientes.
"Pues quizás no nos dan ganas de vestirnos como ellos, hablar o tener su estilo de vida, pero en las cosas prohibidas por los adultos, como consumir alcohol o drogas, pues generalmente si nos da más curiosidad.
Aunque esto siempre ha sido ¿no? Cuando uno es jóven le dan ganas de consumir lo prohibido, y no es propio de los corridos tumbados", concluyó Roberto.
Recomendaciones
Ante el incremento de esta moda musical entre las y los jóvenes, el investigador de la Universidad estatal propone adoptar estrategias de cultura de paz a través de conferencias y talleres dirigidos a las y los jóvenes de los distintos niveles educativos.
"¿Cómo el consumo de este tipo de música trae la reproducción de patrones de género que, en el fondo, no generan relaciones sociales sanas, y tiene un impacto negativo?", intuyó el investigador entrevistado.
Por lo que, recomendó a los padres entablar más diálogo con los hijos, no para prohibir, sino alertar que el consumo de este tipo de música puede traer efectos no deseados para las familias.
Alertó que niñas y niños están consumiendo este género musical por la interacción con sus mayores, lo que es un peligro social al ser en la etapa formativa de los futuros ciudadanos.
