Por segunda ocasión en este año habitantes de Valle de Bravo marcharon por el bajo nivel de almacenamiento que mantiene la presa Miguel Alemán Valdés.
La principal queja es la crisis hídrica en la que se encuentra la cuenca donde está el embalse, el cual forma parte del Sistema Cutzamala.
Asimismo, protestaron ante la supuesta falta de atención de parte de las autoridades gubernamentales de los tres niveles de gobierno debido al bajo nivel que mantienen la presa, que apenas supera el 36% de su capacidad.
Cabe destacar que la presa, además de ya no tener suficiente agua para mandar a la Ciudad de México y 13 municipios de la entidad mexiquense, es la fuente principal de empleo para las familias que se dedican al turismo en el Pueblo Mágico.
Fueron más de 500 personas las que marcharon este 25 de noviembre, iniciando el recorrido desde el Embarcadero Municipal hasta la glorieta del hotel El Santuario. Todos, en vehículos y motocicletas.
Al llegar a este lugar, centenares de personas caminaron poco más de 6 kilómetros hasta llegar a la compuerta de la presa Miguel Alemán, en el paraje conocido como "La Boquilla".
El recorrido finalizó en la compuerta de la presa. En el lugar, Esther Carrillo, vocera de la organización "Pueblo y Sociedad Civil Organizada para Salvar el Lago", leyó el pliego petitorio que la sociedad civil hizo llegar a las autoridades de los tres niveles de gobierno.
Durante su intervención, Esther Carrillo mencionó que desde la década de los 70's, las familias vallesanas se han dedicado al turismo, por lo que se convirtió en la fuente principal de empleo.
En 2010, recordó de la primera movilización que realizaron como prestadores de servicios turísticos, la razón: el bajo nivel de la presa.
"En ese momento pensamos que estábamos viendo el peor momento de la presa y para el municipio, nos equivocávamos. Hoy estamos a un tercio de la capacidad de la presa", enfatizó.
"Este es el mínimo histórico que ha alcanzado la presa en los últimos 25 años", precisó.
Peticiones
Los protestantes denunciaron la extracción de volúmenes de agua mayores, a los flujos de entrada que recibe la presa; así como el deterioro ambiental provocado por los cambios de uso de suelo y por la disminución de la cobertura boscosa en la zona.
También denunciaron el desvío ilegal de caudales (aguas arriba de la cuenca), la apertura ilegal de pozos en la cuenca alta y la construcción ilegal de bordos para uso recreativo de particulares.
Reconocieron las variaciones en los patrones de lluvia debido al deterioro ambiental y por el cambio climático, por lo que, incitaron a darle la atención necesaria al embalse.
"En la marcha que hicimos el 2 de septiembre pasado dijimos fuerte y claro que sin el lago, el pueblo de Valle de Bravo se muere".
"Pero la autoridad contestó con evasivas a las denuncias, pues para la Conagua, lo más importante es seguir enviando agua a la nada sustentable zona metropolitana del Valle de México", enfatizó Esther Carrillo.
A decir de los propios manifestantes, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) seguirá mandando agua a la capital del país, y los municipios mexiquenses del valle de México, a costa del equilibrio ambiental y económico de Valle de Bravo.
"Valle de Bravo vive del turismo que hay alrededor del lago y la vida y el crecimiento económico del municipio es tan importante y valiosa como la de cualquier otro municipio a donde se está llevando el agua", enfatizaron.
Por lo que, solicitarán a las instancias involucradas en el tema de la Conagua, mesas de trabajo con la sociedad civil organizada para exigir niveles óptimos en la presa, pues el agua se necesita para vivir tanto en el centro del país, como en el sur de la entidad mexiquense.
Coincidieron en que debe de encontrar un punto medio, pues "tampoco se trata de dejar a la metrópoli sin agua potable, ni mucho menos, secar la presa de Valle de Bravo".
Por lo que, solicitarán que el embalse se mantenga a un mínimo al 60% en los próximos meses.
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