"Ser funerario es un don de Dios y él nos protege", refiere Ricardo García, un funerario que relata su convivencia diaria con el virus en el traslado de cadáveres con Covid-19.
A diario, señaló, hay uno o dos traslados de cadáveres de un hospital a la casa de los deudos y por ello, dijo, "somos el último eslabón de la cadena".
Platicó que para realizar esta labor tienen primero que ser bendecidos por Dios y luego tomar todas las medidas sanitarias para realizar su labor.
El virus no me da miedo, pues si aplicamos todas las medidas sanitarias, no pasa nada. Además esta labor la tiene que hacer alguien", añadió el funerario.
Explicó que desde el inicio de la pandemia, tuvieron que ensayar en la aplicación del protocolo.
"Poco a poco los muertos fueron creciendo al grado que hoy no hay un día que no se muera alguien en el hospital donde laboramos", asentó Ricardo García.
Es una labor difícil porque se convive a diario con el dolor de los familiares, pero también reconforta el saber que gracias a nosotros se pueden despedir del fallecido, aunque haya muerto por Covid-19.
Detallaron que la instrucción de las autoridades sanitarias es que si la muerte ocurre temprano, se lleva al panteón; de no ser así se crema.
"Llegamos al hospital y nos ponemos el equipo de protección que incluye doble par de guantes, botas de hule y caretas", agregó.
Antes de entrar al hospital, dijo, se desinfectan puertas, pasillo y camilla para luego proceder a bañar el cuerpo con hipoclorito de sodio y se introduce a la bolsa de traslado que se emplaya y se vuelve rociar ya con el cadáver. Finalmente, agregó, se introduce el cadáver al féretro.
Una vez que la tarea finaliza, informó Ricardo García, se retira el traje y se desinfecta con el hipoclorito de sodio para luego darse un baño y esperar el llamado de otra persona para darle el servicio.
"Yo creo yo que sin nosotros los familiares no podrían tener a su ser querido y poder dar cristiana sepultura. Tenemos un papel importante en este tiempo de pandemia, pero nadie se acuerda de nosotros", aseveró el trabajador funerario.
A estas alturas de la pandemia, finalizó, no ve cuando llegue el fin de esta pandemia y por lo mismo, su convivencia con este virus, aceptó, va para largo.