Desde hace 53 años el Pueblo Mágico de Tepotzotlán revive una de las tradiciones decembrinas más populares, las famosas Pastorelas que este año inician del 16 al 23 de diciembre en el patio de la Hostería del Museo Nacional del Virreinato.
Esta representación de la lucha entre el bien y el mal que intenta develar el misterio del nacimiento de Jesús, es una creación del escritor novohispano José Joaquín Fernández de Lizardi, quien a través del teatro explicaba la evangelización, en el siglo XVIII.
Las famosas pastorelas de Tepotzotlán inician en punto de las siete de la noche. A su llegada, los asistentes son recibidos con un ponche caliente, para después disfrutar de un recital de música de mariachi. Posteriormente inicia la obra de teatro.
Las pastorelas forman parte de las tradiciones decembrinas desde hace más de 50 años. La obra tiene un reconocimiento a nivel nacional, ya que se caracteriza por conservar el formato tradicional del género y por la dinámica en la que los actores hacen partícipe de la historia al público presente.
Como parte de la celebración se llevará a cabo una tradicional posada en la que se podrá presenciar un espectáculo de pirotecnia y música de mariachi en vivo.
Roberto Sosa, director del montaje desde hace 30 años, consideró que ante la avasalladora mercadotecnia de la temporada, la pastorela lucha por conservar una tradición que nos reconcilia con nuestra mexicanidad.
“La pastorela trata de conservar esa tradición eso que de repente se empieza a diluir y ni siquiera lo notamos; cuando la gente viene aquí se identifica con ese pasado que tiene, lo goza y disfruta mucho porque no sólo encuentra la diversión sino el misticismo, la religiosidad y la fe en el ser humano, entonces no solo es gozoso, espiritualmente es un bálsamo para el año que viene”, explica Sosa.
Habitantes de Tepotzotlán interpretan a diversos personajes entre éstos a los pastores que cuentan con vestimenta indígena originaria del Estado de México, e incluso se observan animales vivos como borregos, palomas, un caballo y un burro.
El director de la obra explica que además de conservar esta tradición que es muy auténtica de la religiosidad y la devoción está la picardía del mexicano de jugar con los pecados.
“Se trata de un género que no es farsa y no es comedia, es el género pastorela, es decir, hablamos de muchas bromas, pero siempre guardando esta religiosidad que tiene el mexicano y que no se pierde”, comentó
A 53 años de distancia, el espectáculo ha contado con la participación de actores e intérpretes como Lilia Aragón, Guadalupe Pineda, Claudia Ramírez, Julio Bracho, Héctor Bonilla, Edith González, Ernesto Anaya y Julieta Venegas.
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