Toluca, México.- La jornada paraLilia, Miriam y Sandra comienza desde las cinco de la mañana,cuando salen de sus domicilios, se despiden de sus hijos, les echanla bendición y toman camino a Toluca desde Temoaya. La entrada ala Oficina Postal es a las 8:00 horas y ellas cumplen su regla deoro como un cronómetro.
-¡Hay que madrugar todos los días para estar atiempo! –dice Sandra.La rutina conlleva varios procesos:hay que seleccionar la correspondencia y clasificarla por calles enlas pichoneras, luego empaquetar con ligas y sellar en bolsas, paradespués salir montadas en bicicleta o a pie.
"Yo tengo mi bicicleta y cuandoandan mal de las refacciones, me voy caminando, es más cansandoporque los paquetes pesan entre veinte a treinta kilos y unasquinientas cartas", explicó Lilia Gloria Gómez, una de las cincomujeres que desde hace tres años forman el equipo de las carterasde entrega.
Lilia, a diario recorre desdeValentín Gómez Farías, Paseo Tollocan, hasta José María PinoSuárez y Benito Juárez. En total le corresponden unas 30 callesen su perímetro.
La cartera tiene dos hijos, uno enla prepa y otro en la secundaria; al igual que sus compañeras ellaes madre soltera.
El proceso que se sigue comienza conel llenado de los sacos que ya van etiquetados con la ruta de cadauno de los 45 carteros de la Oficina Postal.
Para tomar en cuenta:
5 carteras laboran en la Oficina Postalde Toluca
25 Años tiene la empleada con másantigüedad
Unas 500 piezas entregan pordía
Hasta 30 kilos cargan en subicicleta
Y es una regla obligada para lascarteras, saber de memoria los códigos postales, nombres de callesy los números exteriores e interiores, se deben conocer conexactitud.
Miriam Becerril, lleva 11 años enla Oficina Postal, tiene más experiencia que sus compañeras; ellaaprendió el oficio por herencia, inició en la Ciudad de México,donde su madre y su hermana eran carteras.
“Yo empecé en elDistrito (Ciudad de México), pero aquí en Toluca es más pesado,yo aquí reparto con motocicleta en la zonaindustrial”.
A Miriam le corresponden trescolonias y de 30 a 40 calles que debe recorrer a diario.
“Si se puede,porque nosotras lo demostramos, somos mamás solteras, somos lasque llevamos las riendas de la casa y claro que sí se puede”,externó la cartera.
A las cinco de la mañana, Miriam,como Lilia y Sandra se levantan para prepara desayuno, losuniformes y mochilas de sus hijos.
Sandra Zetina, lleva tres años enla Oficina Postal, ella recorre toda su zona a pie, y cuantificapor día de 5 kilómetros diarios caminando.
Con silbato color oro en mano,parecido a las armónicas con las que llama a sus receptores, y susuniformes rosa mexicano y verde limón; las tres carteras salen adiario a realizar sus entregas, a sabiendas que realizan uno de losoficios más antiguos, que con los correos digitales y el internet,pareciera que están en peligro de desaparecer.
“Es muy cansadoya se a pie o en bicicleta, pero aquí tenemos la consigna de quellueve, truene o relampagueé el correo tiene que llegar”, diceSandra, orgullosa de ser cartera.
