Toluca, Méx.- Para Jovani, Esmer yGael, tres migrantes centroamericanos, que buscan cruzar a EstadosUnidos, la llegada de Donald Trump es de temerse, de perderesperanzas en el sueño que vienen buscando desde hace 40 días,cuando salieron de Tierra Blanca, Honduras.
-¡Con la llegada del güero Trump,se acabó el sueño!-, dice Gael, frustrado y cansado por el andarque hizo desde Honduras hasta Toluca.
Los tres jóvenes aseguraron que searriesgarán en su viaje a la frontera norte y aunque saben quetienen pocas esperanzas de establecerse, no tienen de otra, puessalieron de Honduras huyendo de las mafias de Los Maras.
"En Tierra Blanca hay mucha mafia,por eso vamos a seguir, sabemos que incluso para ustedes losmexicanos es difícil y para nosotros es más, pero no tenemos deotra forma", relató Jovani.
"Si el güero va a deportar a losmexicanos, imagínate a nosotros que somos de Honduras", lamentaronlos migrantes, quienes afirmaron que si hay oportunidad de quedarseen Toluca a trabajar, optarán por no seguir.
La ruta de la capital del Edomex,desde hace unos meses se ha convertido en una nueva ruta migrante,por estar apartada de la zona donde controlan Los Zetas yLos Maras; aunque las decenas decentroamericanos que se paran en los cruceros, en La Maquinita yduermen en las vías del tren, sólo permanecen unos días y luegovuelven a tomar su camino hacia Querétaro o Ecatepec, donde pasa"La Bestia", el tren carguero de los migrantes.
"Aquí la gente nos da ropa, comida,y hasta hemos hecho unos trabajitos para ganar unas monedas, norobamos, ni nada de eso, pero ya sabe que por uno pagan todos",dice Esmer, quien se salvó de los Maras hace unos días enLechería, donde los asaltaron, golpearon y a él casi lomatan.
-¡Me pisaron la cara y me dejarontodo abierto, el ojo también lo traía cerrado! -relata Esmer,junto con sus otros dos compañeros de camino, quienes desde hacedos días llegaron a Toluca.
La promesa hecha por el presidenteelecto de Estados Unidos es hacer una deportación de 3 millones demigrantes latinos en la primera etapa, negar visas y cancelar losprogramas de apoyo a hijos de migrantes nacidos en tierranorteamericana.
Jovani, Esmer y Gael son de lasdocenas de migrantes que comenzaron a llegar a Toluca a partir de2016, en su mayoría huyendo de las rutas cortas, donde controlanel paso las mafias del narco; su recorrido hasta la frontera nortese duplica en casi mil 500 kilómetros a bordo de la bestia pasandopor el desierto de Altar, Sonora o bordeando por cerros y ciudadespequeñas.
“Vamos de puebloen pueblo, hay zonas como en Tabasco, donde duramos hasta tresdías sin detenernos y sin comer, pero tenemos que aguantar”,dicen los jóvenes que no pasan de los 23 años de edad, y quienesven una esperanza en la capital mexiquense para evitar continuar sucamino hacia el norte.