La sociedad debe sacudirse de aquello que le entristece, le provoca dolor y pesadumbre, que es la violencia, señaló el Arzobispo de Toluca, monseñor Raúl Gómez González, quien hizo un llamado a la feligresía católica para convertir a las familias en escuelas de paz y amor.
En la misa de Año Nuevo celebrada la noche de este domingo en la Catedral de Toluca, explicó que si bien es un momento de despedida también es de bienvenida a un nuevo ciclo de vida representado por el nuevo año 2024.
En su mensaje, dijo a los fieles reunidos en este recinto religioso que es un regalo de Dios seguir escribiendo el tiempo de la historia, siempre con su pero también una presencia.
“Su presencia nos hace vivir de forma especial incluido el participar de una familia, de una comunidad y una época. Gozar de logros en diferentes aspectos de nuestra vida como laboral, vocacional profesional y en el servicio a los demás”, enfatizó.
Esto, subrayó monseñor Gómez González, ha permitido a todos forjar una sociedad en lo positivo que fortalece y que cuenta con un sentido humanitario en la empatía caridad y fraternidad.
Lamentablemente, expresó, también se ha dejado ver la debilidad del hombre y como sociedad “debemos sacudirnos de lo que nos hace sentirnos incómodos, en el fracaso, entristecidos, con pesadumbre y dolor: la violencia y confrontación”, recalcó.
Ello también, asentó la autoridad eclesiástica, ha generado una historia de dolor, de muerte, de desaparecidos, de guerra y que forma parte de la sociedad.
También, el Arzobispo de Toluca destacó el amor de María hacia su hijo Jesús, y que abraza con ternura a su hijo en una escena de ternura contraponiendo el reclamo de muchas mujeres al derecho a decidir sobre su cuerpo.
“Si ellas pudieran entender y colocar en este cuadro contemplativo en esta escena de ternura, y se pronunciaran con más cuidado para el que se gesta y nace”, añadió.
Ante este escenario, el pastor de la Arquidiócesis de Toluca hizo un llamado a los presentes para pedir por la paz, amor, reconciliación y bondad.
“Debemos procurar que las familias sean una escuela de paz, amor, cercanía y afecto para hacer una sociedad pacífica, y más que hablar de células delincuenciales se hable de células de paz”, finalizó.