Con más de 350 piezas miniatura y un gasto promedio de 3 mil 500 pesos para su instalación, la familia Ruiz Vargas instaló por 31 años consecutivos el nacimiento monumental en la comunidad de San Lorenzo Coacalco.
Los señores Débora Vargas y Luis Ruiz fueronquienes iniciaron la colocación del nacimiento para conmemorar el nacimiento del Niño Jesús en la delegación Álvaro Obregón en la Ciudad de México en el año de 1985 pero poco tiempo después se mudaron al Pueblo Mágico.
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Pese a que los fundadores de dicho nacimiento ya no viven, actualmente sus hijos, hijas, nietos y nietas, continúan con la tradición.
“Nos preparamos con un mes de anticipación, porque debemos de adecuar el escenario, verificar el estado de las piezas, comprar piezas nuevas, checar e instalar las series de luces y si alguna ya no sirve hay que reemplazarla, y más o menos destinamos entre 3 mil y 3 mil 500 pesos cada año para instalar el nacimiento”, mencionó Érika Jazmín Ruiz Vargas.
Escenario extraordinario
A simple vista el monumental nacimiento es sumamente llamativo pues cuenta con un extenso desierto, montañas, ríos y chozas, todos ellos cubiertos por un gran cielo azul con nubes algodonosas y brillantes estrellas.
Además de haber escenas específicas como la Matanza de Herodes, el bautismo de Jesús de Nazareth y el recorrido de los Tres Reyes Magos y por supuesto, la recreación del pesebre en el que se dio el nacimiento de Jesús.
“Es una tradición que con los años se ha ido perdiendo y lo que nosotros queremos es preservarla, que nuestras generaciones más jóvenes conozcan de dónde viene, por qué se pone, a quien se venera, qué elementos lleva, etcétera. Para nuestra familia es muy importante el nacimiento, porque además es una tradición que nos inculcaron nuestros padres, que ya murieron, y de esta manera también los recordamos y los mantenemos vivos”, explicó la entrevistada.
Previo al encendido del nacimiento, los cristales que protegen el escenario a lo largo de 10 metros permanecen cubiertos en su totalidad.
Si bien durante el 2020 y el 2021 este nacimiento no fue colocado debido a la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, desde el 2018 se realiza el encendido ante decenas de vecinos de la localidad, a quienes se les ofrece ponche, atole y café, tamales de diversos sabores, galletas y dulces.
Es a partir de este momento que el nacimiento puede ser visto por cualquier persona que transita por el lugar.
“Todo lo realizamos entre nosotros como familia, somos siete, pero a veces hay vecinas y vecinos que nos apoyan con tamales, o el atole para dar en el encendido, este año lo hicimos el 2 de diciembre pasado y nos acompañaron más o menos como 250 personas”, agregó Érika Ruiz.
El nacimiento es retirado hasta el 3 de febrero de cada año, luego de celebrarse la presentación del Niño Jesús.