Naucalpan, Mexico.- El tránsito vehicular es la fuente más grave de ruido ambiental, y es un problema que todos los días se incrementa debido a los más de cinco millones de automóviles que circulan por la zona metropolitana del Valle de México, afirmó Fausto Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En segundo lugar se ubica la circulación aérea seguida por los trenes de carga y la actividad industrial que en conjunto configuran una parte del gran trastorno acústico que padecen más de 5 millones de habitantes del Estado de México que incide en la salud pública y que reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mencionó el investigador universitario que este problema puede ocasionar daños físico y mentales, e incluso perdida del oído y generación de estrés, a grado tal que podría provocar infartos.
Dijo que este problema auditivo se conoce ya como la “urbanofonia” , que es un efecto sonoro producido por la presencia de la ciudad, es decir que no son sonidos simples del tránsito terrestre o aéreo, sino la combinación de todos, los cuales son absorbidos por el oído.
Fausto Rodríguez planteo la necesidad de controlar el otorgamiento de licencias en el Valle de México, para obras públicas, conforme al impacto del ruido que hacen, además de que las empresas deberían de tomar acciones para mitigarlo cuando este sea excesivo.
Los límites máximos permisibles de emisiones sonoras de acuerdo con la Norma Ambiental son de 65 decibeles durante el día y de 62 en el horario nocturno.
Naucalpan, Mexico.- El tránsito vehicular es la fuente más grave de ruido ambiental, y es un problema que todos los días se incrementa debido a los más de cinco millones de automóviles que circulan por la zona metropolitana del Valle de México, afirmó Fausto Rodríguez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En segundo lugar se ubica la circulación aérea seguida por los trenes de carga y la actividad industrial que en conjunto configuran una parte del gran trastorno acústico que padecen más de 5 millones de habitantes del Estado de México que incide en la salud pública y que reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mencionó el investigador universitario que este problema puede ocasionar daños físico y mentales, e incluso perdida del oído y generación de estrés, a grado tal que podría provocar infartos.
Dijo que este problema auditivo se conoce ya como la “urbanofonia” , que es un efecto sonoro producido por la presencia de la ciudad, es decir que no son sonidos simples del tránsito terrestre o aéreo, sino la combinación de todos, los cuales son absorbidos por el oído.
Fausto Rodríguez planteo la necesidad de controlar el otorgamiento de licencias en el Valle de México, para obras públicas, conforme al impacto del ruido que hacen, además de que las empresas deberían de tomar acciones para mitigarlo cuando este sea excesivo.
Los límites máximos permisibles de emisiones sonoras de acuerdo con la Norma Ambiental son de 65 decibeles durante el día y de 62 en el horario nocturno.
