Soportan toluqueños el frío por unos cuantos litros de gasolina

En las cientos de hileras, la espera ha sido de hasta tres días durmiendo al aire libre

Por Filiberto Ramos

  · jueves 10 de enero de 2019

Foto: Luis Rodríguez.

Toluca, México.- Las noches han sido frías en las hileras de la estación de Paseo Matlazincas. Un pedazo de cartón y un café caliente ha sido el mejor remedio para aminorar la espera.

Los cuerpos se mantienen arrullados con cobijas, chamarras que cubren la mitad de los rostros, sentados sobre sus galones que llevan dos días sin poderse llenar.

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Aquí nos hemos dormido, sentados con esta cobijita, allá está mi garrafón en la fila.Doña Pánfila, proveniente de Calixtlahuaca.


Foto: Luis Rodríguez.


-¿Y no se ha ido a su casa?”, se le cuestiona.

“¡No, para nada, ¿y si nos vamos y llega la gasolina? No va a valer la pena la espera”, enfatiza la mujer de 51 años de edad.

La estampa de cuerpos cansados y atrofiados por el frío, se repite en Matlazincas y otros puntos a las afueras de Toluca donde se han abierto las estaciones de abasto de combustible. La crisis no tiene fecha, ni la espera tiene tiempo de cansarse.

El desabasto ha desplazado a los ciudadanos a las calles. En las filas se miran mujeres con bolsos, maquilladas y tacones, pues nadie programó esperar tantas horas. Ancianos con sombrero que llegan desde las rancherías de Villa Victoria y se desplazan más de 80 kilómetros para llegar a una estación de abasto.

Venimos desde Temoaya, traje mi garrafoncito porque no podemos mover los tractores”, explica doña Paula, quien se mantiene a un lado de una gasolinería desde el miércoles por la mañana.

Aunque los anuncios oficiales del Gobierno federal han sido reiterativos en las conferencias de prensa matutinas del Presidente Andrés López Obrador, el mensaje es poco verosímil para los que esperan en las filas.

El Presidente dice que tengamos paciencia, que venga con nosotros a pasar una noche.Don Felipe de Jesús.

El usuario ha pasado tres días durmiendo a bordo de su coche, un viejo Estratus color gris que le regalaron en la empresa donde se jubiló el año pasado.

Foto: Luis Rodríguez.


El asiento ha sido mi habitación tres días, aquí estoy con mi cobija y mi galón.

La espera no ha llegado a la desesperación, pero sí a la desilusión. Pese a que el ayuntamiento de Toluca anunció que costeará los gastos de transportación de las pipas a este municipio, las filas no se disipan.

-¿De dónde van agarrar tantas pipas para abastecer? reprocha don Felipe.

Faltan más horas por aguardar. “¡Que ya van a llegar las pipas!