/ sábado 9 de junio de 2018

A cuatro días del tercer debate la capital yucateca va despertando su espíritu electoral

En la sede del debate ya son instalados los espacios para la prensa nacional e internacional

MÉRIDA, YUCATÁN.- A cuatro días del tercer debate presidencial, la capital yucateca apenas va despertando su espíritu electoral. Mientras los organizadores ya preparan los detalles del encuentro entre José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez, el resto de la ciudad continúa su rutina a sabiendas que al menos el martes, serán el foco de atención nacional.A las afueras del Gran Museo del Mundo Maya, trabajadores instalan lo que será parte del área donde la prensa esperará a los candidatos y sus invitados desfilar la tarde del martes, mientras que al interior del inmueble el acceso ya está restringido debido a las labores de instalación del set ya que a más tardar el lunes en la mañana deberá estar listo para recibir a los candidatos que deseen ensayar previo al encuentro.

Ese ambiente de calma, antes de la tormenta, se extiende por toda la zona que comprende el Centro de Convenciones de la Ciudad Blanca, cuya dinámica aún sigue su propia lógica, fuera de los conflictos electorales.

Roberto, un joven taxista de aproximadamente 20 años de edad, cuenta que la ciudad poco a poco se llena de personas que vienen al debate. Organizadores, periodistas o parte del equipo de campaña de los candidatos arriban a cuenta gotas en estos días, pero el trabajador del volante confía en que este fin de semana ya se note más el ambiente electoral.

Mientras uno se adentra más al centro de la ciudad, el debate queda en segundo plano. En el zócalo la gente pasea en calma, aunque se nota de inmediato quién es turista y quien originario de Mérida. Los primeros buscan con desesperación una sombra para resguardarse del sol, los segundos caminan con la mayor naturalidad del mundo.

Para fortuna de los turistas, las nubes les hacen tregua y así pueden descansar o tomarse una foto junto a las letras multicolor de “Mérida”.

En cambio, los habitantes de la capital yucateca siguen su jornada como si nada, muchos de ellos van a comprar su mandado a los mercados San Benito o al Lucas de Gálvez. Entre los colores rosados de las pitayas, el rojo del mango petacón o el blanco del coco pelado, la gente completa lo que será su despensa para los próximos días.

Como si la política no existiera, y eso que autos y edificios muestran de manera generosa propaganda electoral, el debate sólo acaba de prender motores, habrá que esperar al lunes para saber cuál es el estilo yucateco de la contienda electoral.


MÉRIDA, YUCATÁN.- A cuatro días del tercer debate presidencial, la capital yucateca apenas va despertando su espíritu electoral. Mientras los organizadores ya preparan los detalles del encuentro entre José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez, el resto de la ciudad continúa su rutina a sabiendas que al menos el martes, serán el foco de atención nacional.A las afueras del Gran Museo del Mundo Maya, trabajadores instalan lo que será parte del área donde la prensa esperará a los candidatos y sus invitados desfilar la tarde del martes, mientras que al interior del inmueble el acceso ya está restringido debido a las labores de instalación del set ya que a más tardar el lunes en la mañana deberá estar listo para recibir a los candidatos que deseen ensayar previo al encuentro.

Ese ambiente de calma, antes de la tormenta, se extiende por toda la zona que comprende el Centro de Convenciones de la Ciudad Blanca, cuya dinámica aún sigue su propia lógica, fuera de los conflictos electorales.

Roberto, un joven taxista de aproximadamente 20 años de edad, cuenta que la ciudad poco a poco se llena de personas que vienen al debate. Organizadores, periodistas o parte del equipo de campaña de los candidatos arriban a cuenta gotas en estos días, pero el trabajador del volante confía en que este fin de semana ya se note más el ambiente electoral.

Mientras uno se adentra más al centro de la ciudad, el debate queda en segundo plano. En el zócalo la gente pasea en calma, aunque se nota de inmediato quién es turista y quien originario de Mérida. Los primeros buscan con desesperación una sombra para resguardarse del sol, los segundos caminan con la mayor naturalidad del mundo.

Para fortuna de los turistas, las nubes les hacen tregua y así pueden descansar o tomarse una foto junto a las letras multicolor de “Mérida”.

En cambio, los habitantes de la capital yucateca siguen su jornada como si nada, muchos de ellos van a comprar su mandado a los mercados San Benito o al Lucas de Gálvez. Entre los colores rosados de las pitayas, el rojo del mango petacón o el blanco del coco pelado, la gente completa lo que será su despensa para los próximos días.

Como si la política no existiera, y eso que autos y edificios muestran de manera generosa propaganda electoral, el debate sólo acaba de prender motores, habrá que esperar al lunes para saber cuál es el estilo yucateco de la contienda electoral.


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