En prácticamente todas las universidades del mundo han tenido lugar protestas por la invasión de Israel a territorio palestino. Los estudiantes han sido lo suficientemente valientes para manifestar ante el mundo un discurso políticamente incorrecto frente al discurso de los gobiernos que siempre, y por razones históricas hasta hace un tiempo compensables, por o sucedido en el holocausto. Pero la historia particular de los pueblos no da derecho a ningún Estado a masacrar al otro. Los excesos de Israel han sido evidentes en su venganza contra Hamás…los gobiernos de Israel siempre han requerido para justificar sus acciones de construir a un enemigo identificado (bouc émmisaire) para la justificación de su narrativa y de la violencia.
El título de este artículo se inspiró en un espléndido análisis de Alejandro Espinoza Yáñez (El Universal, 7 junio 2024) y cuyas ideas principales reproduzco.
1. 1. Despojo del territorio palestino. “El gobierno de Israel ha despojado a la población palestina de 1200 hectáreas, todo esto durante 2024 -ubicándose este hecho como el despojo más grande desde 1993 a la fecha (desde los Acuerdos de Oslo). Cisjordania es el centro de operaciones.”
2. 2. No mencionar para negar la existencia del pueblo palestino. “Cuando se le preguntaba a Golda Meir (quien fuera primera ministra de Israel) sobre los palestinos, decía: “¿Palestinos? No sé lo que es eso”. …Miguel Galante, que gran parte de su formación escolar la hizo en escuelas judías, recordaba que siempre le enseñaron que los palestinos no existían, que eran jordanos o egipcios, en concordancia con lo planteado por Golda Meir”.
3. 3. Simulación para negar la existencia de pueblo palestino. “Desde hace un cuarto de siglo la política oficial del Estado de Israel consiste en simular que los palestinos son jordanos, egipcios, sirios o libaneses que se han vuelto locos y dicen que son palestinos, pero además pretenden volver a las tierras de las que se fueron voluntariamente en 1948, o que les fueron quitadas no tan voluntariamente en las guerras de 1956 y 1967”.
4. 4. La legitimidad de la invasión basada en la mentira. “En la maniobra se declaran como tierras estatales -ése es su bautismo de legitimidad-, para proceder a expulsar a la población palestina. Las toneladas de bombas, la entrada del ejército israelí a cualquier espacio, sean escuelas, hospitales, centros de refugiados; les importa un cuerno si hay niñas y niños, mujeres embarazadas, médicos, docentes, discapacitados o población de la tercera edad. O quizá sí les importa, para romper la línea de aprovisionamiento de vida y recursos palestinos, para borrar cualquier vestigio de memoria, de vida ahora en el vientre, de chavitos que han envejecido a fuerza del terror de balas y bombas, de la memoria de los viejos.
5. 5. La ONU actúa sin ningún efecto en la política de la región. “La ONU, por su parte, acusa a Israel de "abuso sexual" y de "deshumanizar" a prisioneros palestinos. Se trata de una historia vieja; ya hace muchos años la Histradut, central sindical judía, prohibía a las empresas judías que compraran materiales hechos por los árabes … así como la prohibición a las mujeres judías de comprar productos a los árabes, limones, huevos, tomates, nada, alimentando el odio hacia el otro. Si se sorprendía a una “mujer judía que ha comprado huevos a un árabe […] se los rompe en la canasta”, inoculando el odio y la desconfianza.
Hasta aquí las reflexiones de Alejandro Espinoza. Solo agregar que la historia, esa historia infinita de pueblo palestino tarde o temprano tendrá que ser reconocida como otro holocausto pero ahora promovido por quien lo padeció. La ambición por el poder del Primer Ministro de Israel esta llevando a que la historia del Israel pierda frente a la historia.
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