/ sábado 18 de septiembre de 2021

Dossier Mexiquense | Hacia un Gobierno de coalición; entre la resistencia y elasticidad legislativa

Si algo aprendió a realizar nuestra clase política mexiquense, es que con independencia del rol que jueguen los partidos políticos en la cámara de diputados, son las negociaciones que acompañan la aprobación anual del presupuesto las que arrojan diversos ganadores. Aún más, dicha negociación someterá a prueba la resistencia y elasticidad de los bloques de oposición-gobierno 34 y 37, respectivamente, frente a la capacidad de chantaje de los partidos bisagra, MC- 2 o PVEM-2 pues serán dichos partidos minoritarios los que generen bloques mayoritarios. Es bien sabido que el PT y NA podrían abandonar su posición actual si la recompensa ofrecida es lo suficientemente atractiva, y ahí el poder ejecutivo, siempre ha encontrado la medida para tales apetitos.

MORENA contó con una mayoría constitucional por 3 años, que muy poco sirvieron para hacer sentir un cambio real en el poder legislativo y ahora cuenta con la mayor fracción parlamentaria (29 contra 23 del PRI) que le permitirá mantener la presidencia de la JUCOPO y una buena parte del pastel en el poder legislativo. Por su parte el PRI, por sí mismo no podrá ni contener una reforma constitucional en la cámara, pero logró aglutinar un bloque de gobierno que lo coloca a nada de una mayoría simple y ahí comenzaran los primeros síntomas de la resistencia y elasticidad en los partidos políticos bisagra; entre más lejos del poder ejecutivo, mejores condiciones de negociación pero con equilibrios muy inestables, por ejemplo; si el PVEM privilegia su negociación nacional tendría que sumarse al bloque opositor con lo que llevarían 36 votos y aun así necesitarían los dos de MC para ganarle una votación al bloque de gobierno. Al bloque del PRI/Gobierno solo le falta un diputado para mayoría simple. Quién tiene más que ofrecer y hasta dónde podrían estirar las negociaciones, será determinante tanto para medir la eficiencia terminal del delfín (Elías Rescala) del Gobernador del Mazo, como para calcular si el Prof. Mauricio Hernández también tiene capacidad de sumar activos al margen de su jefe político, que con frecuencia resta más de lo que suma.

La posición de privilegio que gozarán los 4 diputados bisagra; los 2 del PVEM y los 2 DE MC podrá evaluarse cuando sus fracciones negocien la integración de comisiones y culminen con la aprobación o no del presupuesto 2022. Entre más equidistantes de los 2 bloques legislativos, mejores condiciones tendrán para negociar, romper con el gobierno sería un suicidio presupuestal, ceder para garantizar una mayoría simple al ejecutivo sería adelantar vísperas rumbo al 2023. Sea cual fuese su decisión, será muy interesante observar cómo se comportan tanto los bloques mayoritarios como los partidos bisagra.

A mi juicio, la salida más pulcra para todos los simpatizantes con el bloque de gobierno sería constituirse en un gobierno de coalición como lo previene la fracción XLVIII del Art. 77 de nuestra Constitución Local: “optar en cualquier momento por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en la legislatura local”.

Hacerlo ahora, garantizaría a todos los integrantes un incentivo político mucho más allá que los beneficios personalizados del atávico modelo de negociación parlamentaria en nuestra entidad. Pero acaso, como reza el dicho juvenil; “no están preparados para esta discusión”. El tema de fondo será distinguir que privilegia nuestra clase política al negociar; sus intereses personales o los fines institucionales, veremos…


Si algo aprendió a realizar nuestra clase política mexiquense, es que con independencia del rol que jueguen los partidos políticos en la cámara de diputados, son las negociaciones que acompañan la aprobación anual del presupuesto las que arrojan diversos ganadores. Aún más, dicha negociación someterá a prueba la resistencia y elasticidad de los bloques de oposición-gobierno 34 y 37, respectivamente, frente a la capacidad de chantaje de los partidos bisagra, MC- 2 o PVEM-2 pues serán dichos partidos minoritarios los que generen bloques mayoritarios. Es bien sabido que el PT y NA podrían abandonar su posición actual si la recompensa ofrecida es lo suficientemente atractiva, y ahí el poder ejecutivo, siempre ha encontrado la medida para tales apetitos.

MORENA contó con una mayoría constitucional por 3 años, que muy poco sirvieron para hacer sentir un cambio real en el poder legislativo y ahora cuenta con la mayor fracción parlamentaria (29 contra 23 del PRI) que le permitirá mantener la presidencia de la JUCOPO y una buena parte del pastel en el poder legislativo. Por su parte el PRI, por sí mismo no podrá ni contener una reforma constitucional en la cámara, pero logró aglutinar un bloque de gobierno que lo coloca a nada de una mayoría simple y ahí comenzaran los primeros síntomas de la resistencia y elasticidad en los partidos políticos bisagra; entre más lejos del poder ejecutivo, mejores condiciones de negociación pero con equilibrios muy inestables, por ejemplo; si el PVEM privilegia su negociación nacional tendría que sumarse al bloque opositor con lo que llevarían 36 votos y aun así necesitarían los dos de MC para ganarle una votación al bloque de gobierno. Al bloque del PRI/Gobierno solo le falta un diputado para mayoría simple. Quién tiene más que ofrecer y hasta dónde podrían estirar las negociaciones, será determinante tanto para medir la eficiencia terminal del delfín (Elías Rescala) del Gobernador del Mazo, como para calcular si el Prof. Mauricio Hernández también tiene capacidad de sumar activos al margen de su jefe político, que con frecuencia resta más de lo que suma.

La posición de privilegio que gozarán los 4 diputados bisagra; los 2 del PVEM y los 2 DE MC podrá evaluarse cuando sus fracciones negocien la integración de comisiones y culminen con la aprobación o no del presupuesto 2022. Entre más equidistantes de los 2 bloques legislativos, mejores condiciones tendrán para negociar, romper con el gobierno sería un suicidio presupuestal, ceder para garantizar una mayoría simple al ejecutivo sería adelantar vísperas rumbo al 2023. Sea cual fuese su decisión, será muy interesante observar cómo se comportan tanto los bloques mayoritarios como los partidos bisagra.

A mi juicio, la salida más pulcra para todos los simpatizantes con el bloque de gobierno sería constituirse en un gobierno de coalición como lo previene la fracción XLVIII del Art. 77 de nuestra Constitución Local: “optar en cualquier momento por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en la legislatura local”.

Hacerlo ahora, garantizaría a todos los integrantes un incentivo político mucho más allá que los beneficios personalizados del atávico modelo de negociación parlamentaria en nuestra entidad. Pero acaso, como reza el dicho juvenil; “no están preparados para esta discusión”. El tema de fondo será distinguir que privilegia nuestra clase política al negociar; sus intereses personales o los fines institucionales, veremos…


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