/ domingo 23 de julio de 2023

Forence Nightingale

Me encontré el otro día en la columna de un muy querido amigo mío la referencia de una mujer de excelencia, que ayudó a la humanidad entera. Ella se llamó Florence Nightingale, quien nació en Florencia en 1820, pero vivió y estuvo todo el tiempo en Londres, donde murió en agosto del 1910. Luego averigüé más y me enteré por Wikipedia. Así las cosas, lo transmito. Mi hermana es enfermera, mi bisabuela fue médico cirujano partero. Así con “o”, decían sus recetas. Por eso me importó. Venimos de un gran linaje.

Florence fue una célebre enfermera, escritora y estadística británica, considerada una de las pioneras de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Se destacó desde muy joven en matemáticas, y aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la estadística sanitaria. Fue la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, y miembro honorario de la American Statistical Association.

Nightingale sentó las bases de la profesionalización de la enfermería con el establecimiento, en 1860, de su escuela de enfermería en el Hospital Saint Thomas de Londres, actualmente parte integrante del King's College de Londres y del NHS. Fue la primera escuela laica de enfermería en el mundo. Su trabajo fue la fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja y autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la Convención de Ginebra.[]

De fe anglicana, Nightingale creía que Dios la había inspirado para ser enfermera. Alcanzó fama mundial por sus trabajos pioneros de enfermería en la asistencia a los heridos durante la Guerra de Crimea. A partir de ese momento fue conocida como «La Dama de la Lámpara», por su costumbre de realizar rondas nocturnas con una lámpara para atender a sus pacientes.

En 1883, la Reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja, y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden de Mérito del Reino Unido.[] En 1908, le fueron otorgadas las Llaves de la Ciudad de Londres.[]

El Juramento Nightingale efectuado por las enfermeras al graduarse, fue creado en su honor en 1893. Y el Día Internacional de la Enfermería se celebra en la fecha de su cumpleaños.

Inspirada por lo que ella interpretó como una llamada de Dios, Florence anunció en febrero de 1837, mientras se encontraba en Embley Park, su decisión de dedicarse a la enfermería a partir de 1844. Esta decisión constituía un desafío para las convenciones sociales de la época, donde la mujer estaba destinada a cumplir con el rol de esposa y madre.

Tras muchos sacrificios y la fuerte oposición de su familia, en especial de su madre y de su hermana, Nightingale logró formarse como enfermera. El escritor y poeta Richard Monckton Milnes, Primer Baron de Houghton llegó a proponerle matrimonio, pero ella lo rechazó, convencida de que el matrimonio interferiría con su decisión de consagrarse a la enfermería.

Nightingale continuó sus viaje por Grecia y Egipto. Sus escritos acerca de Egipto son testimonio de su proceso de aprendizaje, habilidades literarias y filosofía de vida. En Tebas escribió que había sido “llamada a Dios”, y una semana más tarde, cerca de El Cairo, anotó en su diario: «Dios me llamó en la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre, sin buscar reputación».7

En 1850, visitó la comunidad religiosa luterana de Kaiserswerth en Alemania y observó al Pastor Theodor Fliedner y a sus asistentes trabajando para los enfermos y marginados. Ella destacó esa experiencia como un hito decisivo, y publicó sus vivencias en forma anónima en 1851, en su primer trabajo editado: La Institución de Kaiserswerth del Rin para el Entrenamiento Práctico de Diaconisas. En esa institución recibió cuatro meses de entrenamiento médico que constituyeron la base para su trayectoria posterior.

Según Mark Bostridge, uno de los mayores logros de Nightingale fue la introducción de enfermeras entrenadas para el cuidado de enfermos a domicilio en Inglaterra y en Irlanda a partir de 1860. Esto significó que los enfermos pobres podrían acceder a ser cuidados por personal capacitado, en lugar de ser cuidados por otras personas de buena salud, pero también de escasos o nulos recursos como para acceder a una formación adecuada en la materia. Esta innovación es vista como el antecedente del Servicio Nacional de Salud británico, establecido cuarenta años después de su muerte.

Suele afirmarse que Nightingale «se fue a la tumba rechazando la teoría microbiana de la enfermedad o teoría de los gérmenes. Mark Bostridge, uno de sus biógrafos, rechazó esta afirmación diciendo que en realidad ella se opuso a una teoría microbiana conocida como “contagionismo”, que sostenía que las enfermedades sólo podían ser transmitidas por contacto físico. Antes de los experimentos de Louis Pasteur y de Joseph Lister, a mediados de los años 60 del siglo XIX, difícilmente alguien podía considerar seriamente la teoría de los gérmenes, e incluso después, muchos practicantes médicos no estaban convencidos.

A inicios de los años 80, Nightingale escribió un artículo para un libro de texto en el cual abogaba por la toma de estrictas precauciones para eliminar los gérmenes. Dicho trabajo sirvió como inspiración para las enfermeras que actuaron en la Guerra de Secesión Estadounidense. El gobierno de la Unión solicitó su consejo para la organización de la sanidad militar. A pesar de que sus ideas se toparon con el rechazo de la oficialidad, igualmente inspiraron el cuerpo de voluntarios de la Comisión Sanitaria de Estados Unidos.

gildamh@hotmail.com


Me encontré el otro día en la columna de un muy querido amigo mío la referencia de una mujer de excelencia, que ayudó a la humanidad entera. Ella se llamó Florence Nightingale, quien nació en Florencia en 1820, pero vivió y estuvo todo el tiempo en Londres, donde murió en agosto del 1910. Luego averigüé más y me enteré por Wikipedia. Así las cosas, lo transmito. Mi hermana es enfermera, mi bisabuela fue médico cirujano partero. Así con “o”, decían sus recetas. Por eso me importó. Venimos de un gran linaje.

Florence fue una célebre enfermera, escritora y estadística británica, considerada una de las pioneras de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Se destacó desde muy joven en matemáticas, y aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a la estadística sanitaria. Fue la primera mujer admitida en la Royal Statistical Society británica, y miembro honorario de la American Statistical Association.

Nightingale sentó las bases de la profesionalización de la enfermería con el establecimiento, en 1860, de su escuela de enfermería en el Hospital Saint Thomas de Londres, actualmente parte integrante del King's College de Londres y del NHS. Fue la primera escuela laica de enfermería en el mundo. Su trabajo fue la fuente de inspiración de Henri Dunant, fundador de la Cruz Roja y autor de las propuestas humanitarias adoptadas por la Convención de Ginebra.[]

De fe anglicana, Nightingale creía que Dios la había inspirado para ser enfermera. Alcanzó fama mundial por sus trabajos pioneros de enfermería en la asistencia a los heridos durante la Guerra de Crimea. A partir de ese momento fue conocida como «La Dama de la Lámpara», por su costumbre de realizar rondas nocturnas con una lámpara para atender a sus pacientes.

En 1883, la Reina Victoria le otorgó la Real Cruz Roja, y en 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden de Mérito del Reino Unido.[] En 1908, le fueron otorgadas las Llaves de la Ciudad de Londres.[]

El Juramento Nightingale efectuado por las enfermeras al graduarse, fue creado en su honor en 1893. Y el Día Internacional de la Enfermería se celebra en la fecha de su cumpleaños.

Inspirada por lo que ella interpretó como una llamada de Dios, Florence anunció en febrero de 1837, mientras se encontraba en Embley Park, su decisión de dedicarse a la enfermería a partir de 1844. Esta decisión constituía un desafío para las convenciones sociales de la época, donde la mujer estaba destinada a cumplir con el rol de esposa y madre.

Tras muchos sacrificios y la fuerte oposición de su familia, en especial de su madre y de su hermana, Nightingale logró formarse como enfermera. El escritor y poeta Richard Monckton Milnes, Primer Baron de Houghton llegó a proponerle matrimonio, pero ella lo rechazó, convencida de que el matrimonio interferiría con su decisión de consagrarse a la enfermería.

Nightingale continuó sus viaje por Grecia y Egipto. Sus escritos acerca de Egipto son testimonio de su proceso de aprendizaje, habilidades literarias y filosofía de vida. En Tebas escribió que había sido “llamada a Dios”, y una semana más tarde, cerca de El Cairo, anotó en su diario: «Dios me llamó en la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre, sin buscar reputación».7

En 1850, visitó la comunidad religiosa luterana de Kaiserswerth en Alemania y observó al Pastor Theodor Fliedner y a sus asistentes trabajando para los enfermos y marginados. Ella destacó esa experiencia como un hito decisivo, y publicó sus vivencias en forma anónima en 1851, en su primer trabajo editado: La Institución de Kaiserswerth del Rin para el Entrenamiento Práctico de Diaconisas. En esa institución recibió cuatro meses de entrenamiento médico que constituyeron la base para su trayectoria posterior.

Según Mark Bostridge, uno de los mayores logros de Nightingale fue la introducción de enfermeras entrenadas para el cuidado de enfermos a domicilio en Inglaterra y en Irlanda a partir de 1860. Esto significó que los enfermos pobres podrían acceder a ser cuidados por personal capacitado, en lugar de ser cuidados por otras personas de buena salud, pero también de escasos o nulos recursos como para acceder a una formación adecuada en la materia. Esta innovación es vista como el antecedente del Servicio Nacional de Salud británico, establecido cuarenta años después de su muerte.

Suele afirmarse que Nightingale «se fue a la tumba rechazando la teoría microbiana de la enfermedad o teoría de los gérmenes. Mark Bostridge, uno de sus biógrafos, rechazó esta afirmación diciendo que en realidad ella se opuso a una teoría microbiana conocida como “contagionismo”, que sostenía que las enfermedades sólo podían ser transmitidas por contacto físico. Antes de los experimentos de Louis Pasteur y de Joseph Lister, a mediados de los años 60 del siglo XIX, difícilmente alguien podía considerar seriamente la teoría de los gérmenes, e incluso después, muchos practicantes médicos no estaban convencidos.

A inicios de los años 80, Nightingale escribió un artículo para un libro de texto en el cual abogaba por la toma de estrictas precauciones para eliminar los gérmenes. Dicho trabajo sirvió como inspiración para las enfermeras que actuaron en la Guerra de Secesión Estadounidense. El gobierno de la Unión solicitó su consejo para la organización de la sanidad militar. A pesar de que sus ideas se toparon con el rechazo de la oficialidad, igualmente inspiraron el cuerpo de voluntarios de la Comisión Sanitaria de Estados Unidos.

gildamh@hotmail.com