/ domingo 3 de septiembre de 2023

Me robaron mi cartera...


-El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés

Pues total. No se si me pasa por ser verdaderamente tonta, o porque no me doy cuenta de lo que sucede a mi alrededor, o porque se que como casi no tengo nada que me puedan robar, me la paso papaloteando. Pero lo que les voy a contar, me pasó hace dos horas, el día de hoy sábado 2 de septiembre de este valiosísimo año, yo todavía viva y son nada que me de como ningún bicho raro, pero me pasó y punto.

Fue en Wall Mart, a la una de la tarde. Yo traía mi bolsa colgada del cuello, y mi cartera y teléfono adentro. Allí iba muy campante a comprar el super el sábado que está lleno de gente, pero necesitaba un Drano. Lo compré al fin.

Encontré a un amigo y me puse a platicar con él. Y de repente sentí que alguien detrás de mí, estaba cogiendo una bolsa para poner fruta o verduras. Sentí un pequeño empujoncito. No más. Pero cuando fui a la caja a pagar, cuál no sería mi sorpresa, que ya no tenía la cartera en donde cargaba TODAS mis tarjetas, y mis credenciales: Licencia, Elector, Isemym, Tercera edad… bueno, lo que le diga a usted es poco.

Por supuesto que las que pude, las cancelé llegando al coche. Todavía creí que de alguna forma, podía yo tener la cartera en el coche, o que se me hubiera caído llegando al Wall Mart. Pero la cartera ya no estaba.

Me tomó mis datos, todos, con gran amabilidad, el subgerente Carlos, de la tienda. Me dijo que me hablaría un abogado para poder ir al ministerio público a hacer el reporte. Llegó mi hijo, que gracias a Dios, aparte de ser abogado, y buen abogado, se dedica a litigar. No es fácil que esto suceda, pero gracias de nuevo a Dios, que estaba cerca y llegó. Por todos lados por donde se preguntó por la cartera, nos cercioramos de que no estaría.

De verdad, esto ha sido muy difícil y nada entendible. Solo quiero dejar patente, que todos los días me despierto, me levanto, vivo y oigo miles de tragedias que suceden con la gente grande como yo. O les roban, o las secuestran, o las matan, o las descuartizan o las tiran a las barrancas, o las deshacen en ácido… Total. Todo es impresionante. Sin valores, sin virtudes, sin nada más que como va… sin un sentimiento, mas que de rabia, por no poder tener ellos mismos, quienes lo hacen, nada. Absolutamente nada más que unos papeles que no necesitan y una gran desventaja: de nada les sirven mas que a mi, mis tarjetas. Están bloqueadas. No tienen por qué tener mi licencia, a menos de que se roben un carro, o de que quieran hacerle daño a alguien. Que difícil para quien quiera hacerlo. Porque además estoy más que protegida por el gran Arquitecto del Universo, el gran yo soy, y mi Dios, a través de Jesús, es mi guía, mi retén, mi fortaleza, mi primero y único. Mi todo y mi gran cuidador. De él estoy tomada de la mano. El me tiene en la palma de su mano. Mi guía y mi fortaleza. ¿A quién temeré?

Lo escribo aquí, porque es mi manera más perfecta, que he encontrado para blindarme. Total, si alguien quiere a mi nombre pedir algo, no puede, porque está escrito: yo Gilda, fue tristemente asaltada en un super, que creo, debería de tener más observadores, por lo menos, los sábados y domingos. También días festivos. Y hacer sonar a los ruidos esos tan espantosos, cuando se meta un ratero. La cara de ellos debe ser horrenda. Que así sea.

gildamh@hotmail.com



-El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. Eclesiastés

Pues total. No se si me pasa por ser verdaderamente tonta, o porque no me doy cuenta de lo que sucede a mi alrededor, o porque se que como casi no tengo nada que me puedan robar, me la paso papaloteando. Pero lo que les voy a contar, me pasó hace dos horas, el día de hoy sábado 2 de septiembre de este valiosísimo año, yo todavía viva y son nada que me de como ningún bicho raro, pero me pasó y punto.

Fue en Wall Mart, a la una de la tarde. Yo traía mi bolsa colgada del cuello, y mi cartera y teléfono adentro. Allí iba muy campante a comprar el super el sábado que está lleno de gente, pero necesitaba un Drano. Lo compré al fin.

Encontré a un amigo y me puse a platicar con él. Y de repente sentí que alguien detrás de mí, estaba cogiendo una bolsa para poner fruta o verduras. Sentí un pequeño empujoncito. No más. Pero cuando fui a la caja a pagar, cuál no sería mi sorpresa, que ya no tenía la cartera en donde cargaba TODAS mis tarjetas, y mis credenciales: Licencia, Elector, Isemym, Tercera edad… bueno, lo que le diga a usted es poco.

Por supuesto que las que pude, las cancelé llegando al coche. Todavía creí que de alguna forma, podía yo tener la cartera en el coche, o que se me hubiera caído llegando al Wall Mart. Pero la cartera ya no estaba.

Me tomó mis datos, todos, con gran amabilidad, el subgerente Carlos, de la tienda. Me dijo que me hablaría un abogado para poder ir al ministerio público a hacer el reporte. Llegó mi hijo, que gracias a Dios, aparte de ser abogado, y buen abogado, se dedica a litigar. No es fácil que esto suceda, pero gracias de nuevo a Dios, que estaba cerca y llegó. Por todos lados por donde se preguntó por la cartera, nos cercioramos de que no estaría.

De verdad, esto ha sido muy difícil y nada entendible. Solo quiero dejar patente, que todos los días me despierto, me levanto, vivo y oigo miles de tragedias que suceden con la gente grande como yo. O les roban, o las secuestran, o las matan, o las descuartizan o las tiran a las barrancas, o las deshacen en ácido… Total. Todo es impresionante. Sin valores, sin virtudes, sin nada más que como va… sin un sentimiento, mas que de rabia, por no poder tener ellos mismos, quienes lo hacen, nada. Absolutamente nada más que unos papeles que no necesitan y una gran desventaja: de nada les sirven mas que a mi, mis tarjetas. Están bloqueadas. No tienen por qué tener mi licencia, a menos de que se roben un carro, o de que quieran hacerle daño a alguien. Que difícil para quien quiera hacerlo. Porque además estoy más que protegida por el gran Arquitecto del Universo, el gran yo soy, y mi Dios, a través de Jesús, es mi guía, mi retén, mi fortaleza, mi primero y único. Mi todo y mi gran cuidador. De él estoy tomada de la mano. El me tiene en la palma de su mano. Mi guía y mi fortaleza. ¿A quién temeré?

Lo escribo aquí, porque es mi manera más perfecta, que he encontrado para blindarme. Total, si alguien quiere a mi nombre pedir algo, no puede, porque está escrito: yo Gilda, fue tristemente asaltada en un super, que creo, debería de tener más observadores, por lo menos, los sábados y domingos. También días festivos. Y hacer sonar a los ruidos esos tan espantosos, cuando se meta un ratero. La cara de ellos debe ser horrenda. Que así sea.

gildamh@hotmail.com