/ miércoles 8 de mayo de 2024

Rompecabezas geopolítico | ¿Vivir o sobrevivir?

Recientemente, se ha puesto en debate el tema de las condiciones laborales en México y la reforma laboral para la reducción de horas de trabajo a 40 horas semanales y tener dos días de descanso obligatorios. Y es que, para llegar a este punto, no debemos olvidar todo el sacrificio de las personas que han luchado por los derechos laborales, para que, en la actualidad, no de forma idónea, exista la posibilidad para algunas personas de buscar un equilibrio entre la calidad de vida y el trabajo.

Es interesante recordar que el día primero de mayo tiene sus raíces en los eventos históricos relacionados con el movimiento obrero en los Estados Unidos y otros países. Uno de los eventos más significativos que llevó a la celebración del Día del Trabajo fue la huelga de los trabajadores de la industria textil en Chicago en 1886, conocida como la Revuelta de Haymarket. Los trabajadores exigían una jornada laboral de ocho horas, ya que en ese momento era común trabajar entre 10 y 16 horas al día, seis días a la semana, en condiciones peligrosas y con bajos salarios. Durante una manifestación pacífica en la Plaza Haymarket el 4 de mayo de 1886, estallaron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, resultando en la muerte de varios manifestantes y policías. Este evento tuvo un impacto significativo en la lucha por la jornada laboral de ocho horas y en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

No obstante, con la llegada del COVID-19, se ha impulsado la modalidad home office o híbrida para beneficio de muchas personas que pueden aprovechar su espacio y evitar el tiempo de traslado de su casa hacia el lugar de trabajo, y viceversa.

Cabe recordar que no todos los países tienen las mismas condiciones laborales, destacando temas como: la desigual salarial; el trabajo infantil; las condiciones de trabajo precarias y la informalidad han puesto en duda si realmente existen condiciones que beneficien a las y los trabajadores.

Le cuento que a pesar de las mejoras desde 2020, el número de trabajadores que viven en extrema pobreza aumentó en aproximadamente un millón durante el año 2023 según los datos del Banco Mundial. La desigualdad de ingresos también se ha ampliado, lo que complica la recuperación económica sostenida. Factores como la inflación, la desigualdad y la falta de oportunidades opaca el esfuerzo de algunos que buscan mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

Por último, según datos recientes de la OCDE, se muestra que la disparidad de los salarios promedio mensuales brutos en diversos países para el año 2023, con cifras que varían desde más de $8,000 en Suiza hasta alrededor de $228 en Kirguistán, mostrando la amplia desigualdad de ingresos entre países de diferentes regiones.

En esta orden de ideas, considerando la condición actual, valdría la pena cuestionarse si se trabaja para vivir o para sobrevivir.

YU CHEN CHENG es Maestro en Ciencias de Administración por la Universidad Marítima y Portuaria de México. Profesor investigador y asociado del Programa de jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (PjCOMEXI)

Sígalo en X como @Chennie_tw

Recientemente, se ha puesto en debate el tema de las condiciones laborales en México y la reforma laboral para la reducción de horas de trabajo a 40 horas semanales y tener dos días de descanso obligatorios. Y es que, para llegar a este punto, no debemos olvidar todo el sacrificio de las personas que han luchado por los derechos laborales, para que, en la actualidad, no de forma idónea, exista la posibilidad para algunas personas de buscar un equilibrio entre la calidad de vida y el trabajo.

Es interesante recordar que el día primero de mayo tiene sus raíces en los eventos históricos relacionados con el movimiento obrero en los Estados Unidos y otros países. Uno de los eventos más significativos que llevó a la celebración del Día del Trabajo fue la huelga de los trabajadores de la industria textil en Chicago en 1886, conocida como la Revuelta de Haymarket. Los trabajadores exigían una jornada laboral de ocho horas, ya que en ese momento era común trabajar entre 10 y 16 horas al día, seis días a la semana, en condiciones peligrosas y con bajos salarios. Durante una manifestación pacífica en la Plaza Haymarket el 4 de mayo de 1886, estallaron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, resultando en la muerte de varios manifestantes y policías. Este evento tuvo un impacto significativo en la lucha por la jornada laboral de ocho horas y en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

No obstante, con la llegada del COVID-19, se ha impulsado la modalidad home office o híbrida para beneficio de muchas personas que pueden aprovechar su espacio y evitar el tiempo de traslado de su casa hacia el lugar de trabajo, y viceversa.

Cabe recordar que no todos los países tienen las mismas condiciones laborales, destacando temas como: la desigual salarial; el trabajo infantil; las condiciones de trabajo precarias y la informalidad han puesto en duda si realmente existen condiciones que beneficien a las y los trabajadores.

Le cuento que a pesar de las mejoras desde 2020, el número de trabajadores que viven en extrema pobreza aumentó en aproximadamente un millón durante el año 2023 según los datos del Banco Mundial. La desigualdad de ingresos también se ha ampliado, lo que complica la recuperación económica sostenida. Factores como la inflación, la desigualdad y la falta de oportunidades opaca el esfuerzo de algunos que buscan mejorar la calidad de vida de los trabajadores.

Por último, según datos recientes de la OCDE, se muestra que la disparidad de los salarios promedio mensuales brutos en diversos países para el año 2023, con cifras que varían desde más de $8,000 en Suiza hasta alrededor de $228 en Kirguistán, mostrando la amplia desigualdad de ingresos entre países de diferentes regiones.

En esta orden de ideas, considerando la condición actual, valdría la pena cuestionarse si se trabaja para vivir o para sobrevivir.

YU CHEN CHENG es Maestro en Ciencias de Administración por la Universidad Marítima y Portuaria de México. Profesor investigador y asociado del Programa de jóvenes del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (PjCOMEXI)

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