Intensa la primera semana de la gobernadora, Delfina Gómez Álvarez, en el ejercicio de su administración. Como ocurre en cualquier arranque, hay un proceso de aprendizaje y reestructura.
La pelea de la semana pasada en Ecatepec -entre simpatizantes, militantes y líderes de distintos grupos de morena-, durante la primera gira de la gobernadora, obligó a poner un alto en su estrategia de recorridos y aplicaron el modelo del anterior gobierno: eventos privados y mesas de trabajo.
El zafarrancho de Ecatepec se originó en la búsqueda de espacios de poder para sus grupos, con la mira puesta en las elecciones del próximo año y por no verse incorporados en el primer gabinete. Fue una clara acción de presión -interna- hacia su administración, aunque con visibilidad mediática.
Adicionalmente, el pasado lunes se registraron varias manifestaciones en la capital mexiquense. Personas pensionadas del ISSEMyM exigieron sus pagos retrasados desde hace dos años. Vecinos de San Felipe Tlalmimilolpan pidieron la expropiación de un área verde que ha sido invadida por particulares. Desde Nezahualcóyotl, una organización de maestros vino a Toluca para exigir al gobierno estatal el mejoramiento de 12 escuelas, en la zona oriente de la entidad.
Ese mismo día, repartidores de alimentos por aplicaciones se manifestaron para exigir el cese de los robos y asaltos en su contra, y el colectivo “No Al Tarifazo” demandó un transporte público digno. Otro grupo de la comunidad mazahua de San Felipe de la Rosa pidió que esa localidad sea un nuevo municipio, para garantizar los servicios básicos a sus pobladores.
Además, madres y padres de familia exigieron la destitución de un director de primaria en Santiago Miltepec, Toluca, y el fin de semana, habitantes de Temoaya cerraron la vialidad conocida como El Trébol (que afectó las autopistas Toluca-Valle de Bravo y Toluca-Atlacomulco), para exigir el abastecimiento de agua.
Todo ello es muestra de la complejidad del ejercicio del poder y en virtud de que la administración estatal apenas se está acomodando, las personas que se movilizaron tomaron “fuera de base” a la autoridad, como se dice en el béisbol.
En buena medida, el activismo político está motivado por la expectativa que generó la propia gobernadora en su toma de protesta: “Gobierno que no atiende las necesidades de los más humildes, es un Gobierno condenado al fracaso (…) que nadie se quede atrás y nadie se quede afuera”. Ya tocan a su puerta.
Para acreditar que es “un gobierno de territorio no un gobierno de escritorio”, el 11 de octubre será importante, porque -como ella lo anunció- encabezará una primera audiencia en Palacio de Gobierno, junto con su gabinete. Así lo hacían algunos gobernadores el siglo pasado.
PERCEPCIÓN
El rediseño del escudo del Estado de México -como imagen del nuevo gobierno- ya tiene cambios con respecto al de la semana antepasada.
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAEMéx.
Presidente del Consejo Ciudadano del Sistema Mexiquense de Medios Públicos. Twitter: @RJoyaC
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