/ sábado 4 de julio de 2020

Vox Populi | El primer cuarto del AMLO

El pasado 1 de julio de 2020, el gobierno mexicano conmemoró el segundo aniversario del histórico triunfo de AMLO en la elección presidencial de 2018. Me recordó las celebraciones de partido como actos de gobierno. Inconscientemente, pisaron una delgada línea entre ser partido o gobierno, como lo hacía el PRI, partido en el que militaron connotados miembros del partido gobernante y del gabinete como Muñoz Ledo, Barlett, Marcelo Ebrard, y el presidente López Obrador.

También se cumplieron 18 meses de gobierno, es decir el primer cuarto del sexenio. Al estilo de un partido de futbol americano, hemos visto transcurrir el primer cuarto del juego en el que el Presidente ha destacado por el control de la narrativa, y como fino operador para controlar a sus adversarios y a una oposición que luce desarticulada y débil, incapaz hasta ahora de generar una oferta política diferenciadora del proyecto del Presidente.

AMLO ha sido consistente con su agenda de gobierno, con los mismos temas que lo llevaron a ganar la Presidencia: combate a la corrupción, férrea crítica al abuso de las élites, legitimidad superior del “pueblo”, reducir la desigualdad. Sin embargo, durante este primer cuarto de gobierno, la pandemia del coronavirus, una crisis económica, y una crisis de seguridad pública amenazan la viabilidad de la autoproclamada 4a transformación.

En el primer primer cuarto de juego, la aprobación de AMLO ha registrado una tendencia a la baja, lo cual es lógico considerando que todo gobierno inicia con un periodo de luna de miel en el que la opinión pública mantiene expectativas altas sobre el desempeño del gobernante. En este contexto, AMLO registró un máximo histórico en la evaluación presidencial de México con 82% de aprobación en febrero-marzo de 2019 (combate al huachicoleo, robo de gasolina).

De acuerdo a diversas encuestas, el nivel mínimo de aprobación para el Presidente se registra en junio de este año, y ronda entre 47-60%. Sin duda, la crisis del coronavirus, y la crisis económica han afectado su nivel de aprobación, pero también es cierto que el Presidente ha tenido la capacidad de amortiguar esta caída, que podría haber sido más fuerte. Lo malo para el país en general, es que la crisis apenas comienza.

En la encuesta de parametro.com.mx, 54.4% de los mexicanos aprueban al Presidente AMLO. El discurso polarizarte en medio de la pandemia, al estilo de estas conmigo o contra mi, ha contribuido a endurecer su base de apoyo social. Los segmentos que mayormente apoyan a AMLO por edad son las personas de más de 66 años, quienes lo aprueban con 81.3%. Por edad, quienes lo aprueban menos son los jóvenes de 18 a 29 años de edad con 40%. Y por género, son los hombres quienes ligeramente aprueban más con 56%, por encima del 52% de las mujeres.

De cara a la elección intermedia del 2021, AMLO se enfrenta a una cruda realidad: es probable que exista una evaluación más severa a mediano plazo de la gestión de la crisis del coronavirus y sus muertes, asimismo serán más visibles los efectos de la crisis económica y sus efectos como quiebre de empresas y desempleados, asi como de una crisis de seguridad pública más severa, pero regionalizada.

En el segundo cuarto del sexenio, en pleno proceso electoral, continúa en juego el control de la agenda. Como todo político, AMLO quiere ganar la próxima elección, y tratará de seguir controlando la conversación pública, polarizando con los temas que más le favorecen: combate a la corrupción, la crítica al abuso de las élites y proclamando la legitimidad superior del pueblo. Veremos que temáticas pesan más en la opinión pública: el manejo de las crisis y sus efectos; o la corrupción como el origen de todos los males.



El pasado 1 de julio de 2020, el gobierno mexicano conmemoró el segundo aniversario del histórico triunfo de AMLO en la elección presidencial de 2018. Me recordó las celebraciones de partido como actos de gobierno. Inconscientemente, pisaron una delgada línea entre ser partido o gobierno, como lo hacía el PRI, partido en el que militaron connotados miembros del partido gobernante y del gabinete como Muñoz Ledo, Barlett, Marcelo Ebrard, y el presidente López Obrador.

También se cumplieron 18 meses de gobierno, es decir el primer cuarto del sexenio. Al estilo de un partido de futbol americano, hemos visto transcurrir el primer cuarto del juego en el que el Presidente ha destacado por el control de la narrativa, y como fino operador para controlar a sus adversarios y a una oposición que luce desarticulada y débil, incapaz hasta ahora de generar una oferta política diferenciadora del proyecto del Presidente.

AMLO ha sido consistente con su agenda de gobierno, con los mismos temas que lo llevaron a ganar la Presidencia: combate a la corrupción, férrea crítica al abuso de las élites, legitimidad superior del “pueblo”, reducir la desigualdad. Sin embargo, durante este primer cuarto de gobierno, la pandemia del coronavirus, una crisis económica, y una crisis de seguridad pública amenazan la viabilidad de la autoproclamada 4a transformación.

En el primer primer cuarto de juego, la aprobación de AMLO ha registrado una tendencia a la baja, lo cual es lógico considerando que todo gobierno inicia con un periodo de luna de miel en el que la opinión pública mantiene expectativas altas sobre el desempeño del gobernante. En este contexto, AMLO registró un máximo histórico en la evaluación presidencial de México con 82% de aprobación en febrero-marzo de 2019 (combate al huachicoleo, robo de gasolina).

De acuerdo a diversas encuestas, el nivel mínimo de aprobación para el Presidente se registra en junio de este año, y ronda entre 47-60%. Sin duda, la crisis del coronavirus, y la crisis económica han afectado su nivel de aprobación, pero también es cierto que el Presidente ha tenido la capacidad de amortiguar esta caída, que podría haber sido más fuerte. Lo malo para el país en general, es que la crisis apenas comienza.

En la encuesta de parametro.com.mx, 54.4% de los mexicanos aprueban al Presidente AMLO. El discurso polarizarte en medio de la pandemia, al estilo de estas conmigo o contra mi, ha contribuido a endurecer su base de apoyo social. Los segmentos que mayormente apoyan a AMLO por edad son las personas de más de 66 años, quienes lo aprueban con 81.3%. Por edad, quienes lo aprueban menos son los jóvenes de 18 a 29 años de edad con 40%. Y por género, son los hombres quienes ligeramente aprueban más con 56%, por encima del 52% de las mujeres.

De cara a la elección intermedia del 2021, AMLO se enfrenta a una cruda realidad: es probable que exista una evaluación más severa a mediano plazo de la gestión de la crisis del coronavirus y sus muertes, asimismo serán más visibles los efectos de la crisis económica y sus efectos como quiebre de empresas y desempleados, asi como de una crisis de seguridad pública más severa, pero regionalizada.

En el segundo cuarto del sexenio, en pleno proceso electoral, continúa en juego el control de la agenda. Como todo político, AMLO quiere ganar la próxima elección, y tratará de seguir controlando la conversación pública, polarizando con los temas que más le favorecen: combate a la corrupción, la crítica al abuso de las élites y proclamando la legitimidad superior del pueblo. Veremos que temáticas pesan más en la opinión pública: el manejo de las crisis y sus efectos; o la corrupción como el origen de todos los males.