/ lunes 15 de marzo de 2021

¿Ya salimos del hoyo?

Es indudable que 2020 supuso un reto para las mexicanas y los mexicanos en todos los sentidos, vivimos 1 año en el que la palabra clave fue “adaptación”, adaptarnos a las pequeñas oportunidades que la pandemia generada por el Covid-19 nos permitía tener, conforme conocíamos un poco más sobre el desarrollo, evolución y tratamiento de la enfermedad.

Sin embargo, dentro de esta adaptación, el sector que resultó más afectado fue el económico ya que la situación paralizó por semanas la producción, el envío de insumos y afectó seriamente a la mano de obra tan necesaria para completar las cadenas de valor.

Para darnos una idea, pese a que en febrero de este año, de acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social, se generaron 115 mil 287 empleos formales, todavía el mercado laboral está por debajo de la creación de puestos de trabajo de los últimos 10 años; es decir pese a ver una mejoría, nos mantenemos por debajo de los niveles de bienestar en que nos encontrábamos.

Ahora bien, en términos de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. INEGI, igualmente se podría hablar de una modesta recuperación del Indicador Mensual de la Actividad Industrial, IMAI, que tuvo un incremento de 0.2 por ciento respecto al mes previo. Sin embargo, al realizar la comparación anual, la Producción Industrial retrocedió 3.7% en términos reales durante el primer mes del año.

Al realizar un análisis por sectores de actividad económica, la Construcción cayó un 10.5%, la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final se contrajeron 4.8%, la Minería 3.5% y las Industrias manufactureras se redujeron 1 por ciento.

Todo esto nos lleva a un escenario en que veremos un constante juego de números, ya que se comenzará a establecer de recuperación, de cifras récord, de crecimiento económico; cuando la comparativa anual establece que nos mantenemos en estándares menores a los vistos de manera previa a la pandemia.

En el estricto sentido, se puede tener la falsa ilusión de un sólido avance hacia el mejoramiento de las condiciones económicas, sin embargo, como podemos ver, recién se presentan ligeros avances hacia la normalidad que se vivía de manera previa.

Desde cualquier sector de la sociedad mexicana, sea desde la iniciativa privada o el sector público, no podemos sentirnos tranquilos por estos números que aún no nos ponen a la par del escenario previo a la pandemia.

Este juego de números no debe emplearse para establecer un panorama de crecimiento y lanzar las campanas al vuelo, recién podemos hablar de reactivación y aún no es se puede hablar de una recuperación en forma de “V”, aún estamos lejos de ello.


Es indudable que 2020 supuso un reto para las mexicanas y los mexicanos en todos los sentidos, vivimos 1 año en el que la palabra clave fue “adaptación”, adaptarnos a las pequeñas oportunidades que la pandemia generada por el Covid-19 nos permitía tener, conforme conocíamos un poco más sobre el desarrollo, evolución y tratamiento de la enfermedad.

Sin embargo, dentro de esta adaptación, el sector que resultó más afectado fue el económico ya que la situación paralizó por semanas la producción, el envío de insumos y afectó seriamente a la mano de obra tan necesaria para completar las cadenas de valor.

Para darnos una idea, pese a que en febrero de este año, de acuerdo a cifras proporcionadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social, se generaron 115 mil 287 empleos formales, todavía el mercado laboral está por debajo de la creación de puestos de trabajo de los últimos 10 años; es decir pese a ver una mejoría, nos mantenemos por debajo de los niveles de bienestar en que nos encontrábamos.

Ahora bien, en términos de los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. INEGI, igualmente se podría hablar de una modesta recuperación del Indicador Mensual de la Actividad Industrial, IMAI, que tuvo un incremento de 0.2 por ciento respecto al mes previo. Sin embargo, al realizar la comparación anual, la Producción Industrial retrocedió 3.7% en términos reales durante el primer mes del año.

Al realizar un análisis por sectores de actividad económica, la Construcción cayó un 10.5%, la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final se contrajeron 4.8%, la Minería 3.5% y las Industrias manufactureras se redujeron 1 por ciento.

Todo esto nos lleva a un escenario en que veremos un constante juego de números, ya que se comenzará a establecer de recuperación, de cifras récord, de crecimiento económico; cuando la comparativa anual establece que nos mantenemos en estándares menores a los vistos de manera previa a la pandemia.

En el estricto sentido, se puede tener la falsa ilusión de un sólido avance hacia el mejoramiento de las condiciones económicas, sin embargo, como podemos ver, recién se presentan ligeros avances hacia la normalidad que se vivía de manera previa.

Desde cualquier sector de la sociedad mexicana, sea desde la iniciativa privada o el sector público, no podemos sentirnos tranquilos por estos números que aún no nos ponen a la par del escenario previo a la pandemia.

Este juego de números no debe emplearse para establecer un panorama de crecimiento y lanzar las campanas al vuelo, recién podemos hablar de reactivación y aún no es se puede hablar de una recuperación en forma de “V”, aún estamos lejos de ello.


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