Extraordinaria poeta, novelista, cuentista, periodista, memorialista, dramaturga y valiente activista, ella y sus legiones de admiradoras apreciamos los méritos literarios de su obra, pero sigue siendo “ella”, la “sombra”, la figura incómoda y perversa para muchos. Garro es presa de una sentencia de “muerte civil” tan eficiente como inexplicable porque su genial obra es —parece ser hasta hoy—, una ofensa imperdonable.
Es cierto, su hija Helena Paz Garro menciona en sus memorias una personalidad difícil, incluso con patologías psicológicas, pero ¿Qué artista no es hipersensible? Aquí el inconveniente es que lo negativo de la genialidad es disculpada en el género masculino pero intolerable en el caso de la escritora más completa en la historia de México. Elena Garro continúa siendo leída y apreciada por sus lectoras e investigadoras. Ignorarla es un grave error de estrategia política y cultural en este siglo, el siglo de las mujeres.
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Elena Garro no tejió durante toda su vida una red de contactos e influencias para ganar el Nobel de Literatura, ella escribió una obra original, mágica y atractiva. Elena Garro tampoco vendió sus opiniones al mejor postor, ni posó sonriente junto a los vencedores, todo lo contrario, permaneció con los débiles, las víctimas de quienes detentan algún tipo de poder. Uno de sus mejores libros es lo que ella recuerda de su viaje a España:
Memorias de España 1937
Este libro es magnífico, tiene lo que tantos carecen: es interesante y se vuelve inolvidable su lectura. Incluso la edición a cargo de una editorial más bien pequeña, Paralelo 21, es hermosa porque la lectura incluye los sentidos del tacto y el olfato tan bien como la vista.
Memorias de España 1937 es la crónica autobiográfica de un congreso en España. Garro tenía diecisiete años. Décadas después, en 1980, Elena Garro rescata del olvido su experiencia en la cruel guerra civil española y usa con maestría la ironía para burlarse de la legión de artistas e intelectuales que solo deseaban ser vistos para pavimentar sus caminos hacia la fama y el reconocimiento posteriores.
¿Cómo sería hoy Elena Garro? ¿Cuál sería la recepción de su obra en la época del #MeToo y de todos los movimientos reivindicatorios del talento femenino? ¿Sería un póstumo Premio Nacional de Literatura? ¿Cuándo tendremos un “Año de Elena Garro”? Lee Memorias de España 1937, son los mágicos recuerdos de Elena Garro.