/ jueves 9 de abril de 2020

"Sal" Sánchez, un accidente apagó a la estrella mundial del boxeo

Nacido en Santiago Tianguistenco es considerado como uno de los boxeadores mexicanos más grandes de los tiempos; murió siendo campeón mundial

Salvador "Sal" Sánchez vivió una historia de éxito súbito que terminó de la misma forma con su muerte, en la cima del éxito y con apenas 23 años de edad.

Nacido en Santiago Tianguistenco, el púgil Salvador Sánchez Narváez tuvo un ascenso meteórico cuando la escuela del boxeo en México vio nacer a sus primeros grandes protagonistas.

"Sal", como era conocido, fue uno de los "diamantes" del ring que comenzó a mostrar su calidad cuando apenas había cumplido los 16 años.

El mexiquense rápidamente acaparó los reflectores gracias a su calidad y que con apenas dos años como profesional acumuló 18 victorias, todas por la vía del nocaut.

VICTORIA TRAS VICTORIA

Con el invicto intacto y señalado como una de las grandes promesas mexicanas, en el año de 1977 Salvador Sánchez vio frenada su buena racha deportiva ante Antonio Becerra, con quien disputó el título de peso gallo, mismo que perdió por decisión dividida, siendo éste el único capítulo adverso en su prolífica y corta carrera.

Sánchez no volvió a perder. En su trayectoria y hasta su sorpresiva muerte, el de Santiago Tianguistenco sumó 44 victorias, un empate y una caída. En 1980, "Sal" alcanzó la gloria al convertirse en campeón de peso pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el estadounidense Danny "Coloradito" López. De ahí vinieron 9 defensas de las que salió airoso y dando cátedra de buen boxeo.

Muchos fueron los enfrentamientos de Sánchez Narváez, aunque dos son especialmente recordados por la expectativa que levantaron en su momento, gracias a los rivales y las "cuentas pendientes" que el mexicano tenía con el puertorriqueño Wilfredo Gómez y con el ghanés Azumah Nelson, que sin saberlo, fue su último contrincante.

A Gómez lo enfrentó en 1981 en el Caesars Palace de las Vegas. El mexicano no se guardó nada y literalmente hizo que el boricua se "comiera" sus palabras e insultos previos a golpes, pues desde el primer asalto lo mandó a la lona. El enfrentamiento llegó a los 8 rounds, pero "Sal" no tuvo rival y mantuvo a salvo su poderío.

Un año más tarde, el Madison Square Garden de Nueva York abrió sus puertas para recibir al campeón mexicano sin saber que esta sería la última ocasión que estaría en un ring. Azumah Nelson fue el rival emergente, ya que Mario Miranda, quien era el retador oficial, sufrió una lesión que le impidió estar en la pelea.

En julio de 1982, Sánchez vivió una de sus más épicas defensas. Nelson sorpresivamente resultó ser un "hueso duro de roer" y obligó a que el combate se alargara hasta los 15 episodios y fue hasta el final que el boxeador mexiquense logró la victoria por la vía del cloroformo.

LA SORPRESIVA MUERTE

Convertido en ídolo, Salvador Sánchez de 23 años de edad se preparaba para su décima defensa cuando lo sorprendió la muerte.

El 11 de agosto de 1982 un paseo vespertino condujo a la muerte a la estrella del boxeo nacional.

Amante de la velocidad, "Sal" abandonó su cuartel de entrenamiento en San José Iturbe, Guanajuato para visitar Querétaro y a su regreso, en la madrugada del 12 de agosto perdió la vida cuando chocó de frente su Porsche con una camioneta al intentar rebasar a un camión de carga.

El peritaje al cuerpo del campeón mundial determinó que falleció de manera instantánea.

La muerte de Salvador Sánchez Narváez conmocionó al boxeo mundial y con su pérdida, el nacido en Santiago Tianguistenco comenzó a escribir su leyenda.

Lo que debes de saber:

"Sal" era entrenado por Enrique "Patillas" Huerta y su médico de cabecera era José Luis Valenzuela.

El mexicano peleó por última vez en julio de 1982, en Nueva York.

Salvador Sánchez es considerado uno de los más grandes boxeadores mexicanos, junto a Julio César Chávez.

Salvador "Sal" Sánchez vivió una historia de éxito súbito que terminó de la misma forma con su muerte, en la cima del éxito y con apenas 23 años de edad.

Nacido en Santiago Tianguistenco, el púgil Salvador Sánchez Narváez tuvo un ascenso meteórico cuando la escuela del boxeo en México vio nacer a sus primeros grandes protagonistas.

"Sal", como era conocido, fue uno de los "diamantes" del ring que comenzó a mostrar su calidad cuando apenas había cumplido los 16 años.

El mexiquense rápidamente acaparó los reflectores gracias a su calidad y que con apenas dos años como profesional acumuló 18 victorias, todas por la vía del nocaut.

VICTORIA TRAS VICTORIA

Con el invicto intacto y señalado como una de las grandes promesas mexicanas, en el año de 1977 Salvador Sánchez vio frenada su buena racha deportiva ante Antonio Becerra, con quien disputó el título de peso gallo, mismo que perdió por decisión dividida, siendo éste el único capítulo adverso en su prolífica y corta carrera.

Sánchez no volvió a perder. En su trayectoria y hasta su sorpresiva muerte, el de Santiago Tianguistenco sumó 44 victorias, un empate y una caída. En 1980, "Sal" alcanzó la gloria al convertirse en campeón de peso pluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el estadounidense Danny "Coloradito" López. De ahí vinieron 9 defensas de las que salió airoso y dando cátedra de buen boxeo.

Muchos fueron los enfrentamientos de Sánchez Narváez, aunque dos son especialmente recordados por la expectativa que levantaron en su momento, gracias a los rivales y las "cuentas pendientes" que el mexicano tenía con el puertorriqueño Wilfredo Gómez y con el ghanés Azumah Nelson, que sin saberlo, fue su último contrincante.

A Gómez lo enfrentó en 1981 en el Caesars Palace de las Vegas. El mexicano no se guardó nada y literalmente hizo que el boricua se "comiera" sus palabras e insultos previos a golpes, pues desde el primer asalto lo mandó a la lona. El enfrentamiento llegó a los 8 rounds, pero "Sal" no tuvo rival y mantuvo a salvo su poderío.

Un año más tarde, el Madison Square Garden de Nueva York abrió sus puertas para recibir al campeón mexicano sin saber que esta sería la última ocasión que estaría en un ring. Azumah Nelson fue el rival emergente, ya que Mario Miranda, quien era el retador oficial, sufrió una lesión que le impidió estar en la pelea.

En julio de 1982, Sánchez vivió una de sus más épicas defensas. Nelson sorpresivamente resultó ser un "hueso duro de roer" y obligó a que el combate se alargara hasta los 15 episodios y fue hasta el final que el boxeador mexiquense logró la victoria por la vía del cloroformo.

LA SORPRESIVA MUERTE

Convertido en ídolo, Salvador Sánchez de 23 años de edad se preparaba para su décima defensa cuando lo sorprendió la muerte.

El 11 de agosto de 1982 un paseo vespertino condujo a la muerte a la estrella del boxeo nacional.

Amante de la velocidad, "Sal" abandonó su cuartel de entrenamiento en San José Iturbe, Guanajuato para visitar Querétaro y a su regreso, en la madrugada del 12 de agosto perdió la vida cuando chocó de frente su Porsche con una camioneta al intentar rebasar a un camión de carga.

El peritaje al cuerpo del campeón mundial determinó que falleció de manera instantánea.

La muerte de Salvador Sánchez Narváez conmocionó al boxeo mundial y con su pérdida, el nacido en Santiago Tianguistenco comenzó a escribir su leyenda.

Lo que debes de saber:

"Sal" era entrenado por Enrique "Patillas" Huerta y su médico de cabecera era José Luis Valenzuela.

El mexicano peleó por última vez en julio de 1982, en Nueva York.

Salvador Sánchez es considerado uno de los más grandes boxeadores mexicanos, junto a Julio César Chávez.

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