Santa María Rayón, México.- El adiestramiento canófilo en el Campo Militar número 22-A es esencial para el desempeño de sus funciones en la salvaguarda de la seguridad de la ciudadanía en operativos en la entidad mexiquense y el resto del país.
En el campo militar antes mencionado, el cual se ubica sobre la carretera Toluca-Tenango, inmediaciones del municipio de Santa María Rayón, hay cinco elementos caninos, quienes desde los dos meses fueron asignados por la Secretaría de la Defensa Nacional en la Ciudad de México, para su adiestramiento, informó el Teniente de Arma Blindada, Guillermo Arturo López, Comandante de la Sección de Policía Militar y Asesor Canófilo.
Cada animal está encuadrado en las funciones operativas, son elementos propiamente de trabajo y a donde quiera que vaya su unidad ellos también asisten para hacer su trabajo
Selección de los elementos caninos
Para sorpresa de muchos, trascendió que la Sedena cuenta con un criadero en el campo militar de San Miguel de los Jagüeyes, en el cual nacen los héroes “peludos” que durante largos años serán parte de la milicia y por tanto, serán tratados como un elemento humano más.
“Desde el inicio cada perro es asignado a un soldado. A los dos meses se comienza con su adiestramiento, el cual para ellos es como un juego, todo es un juego para ellos, tanto la obediencia como su especialización, por tanto hay que compensarlos de alguna manera, ya sea con una pelota o un atractor que también podría ser una toalla”.
A diario el adiestramiento canófilo es constante, el cual puede prolongarse de dos a ocho meses de acuerdo al temperamento del perro y su capacidad de aprendizaje. En el caso de los perros de búsqueda de enervantes puede prolongarse desde un año a dos.
En el caso de los cinco elementos caninos de este campo militar, cuatro pertenecen al equipo de búsqueda de enervantes y uno en búsqueda de explosivos.
“El olfato de los animales, principalmente el de los perros, es muy sensible. Ellos cuando detectan un enervante, por ejemplo, marcan el área en la que posiblemente podría estar el enervante y tan sensible que es su olfato, que inclusive pueden detectar cuando una persona consumió alguna droga dentro de las 24 horas previas”, especificó Guillermo Arturo López, Comandante de la Sección de Policía Militar y Asesor Canófilo.
Jubilación y muerte del can
En el caso de la jubilación de un perro depende del tiempo que estuvo en sus funciones y salud física, por lo que el criadero de la Sedena sólo reproduce una mínima cantidad de perros, entre los cuales destaca la raza Pastor Alemán Malinois, pues lo que se busca es la calidad y no la cantidad de ejemplares.
Cuando un elemento canino militar pierde la vida se deben realizar diversos trámites, entre ellos una necropsia a través de la cual se investiga la causa exacta del deceso. Una vez que se concluyen los requerimientos militares, el can es sepultado y despedido tal y como se indica en el programa militar.
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