Toluca, México.- Imelda se levanta a diario para acarrear agua desde su pozo hasta una tina que se ubica en su lavadero. Esos 30 litros le sirven para lavar trastes, trapear y para abastecer la letrina.
En el barrio de Santa Rosa en San Andrés Cuexcontitlán en Toluca las familias cosechan y reciclan el agua para subsistir.
“El agua que sale de los trastes, cae hasta una cubeta con la que trapeamos y luego esa misma agua la usamos para el baño”, explica Imelda Martínez González, vecina del barrio.
En las delegaciones rurales de la zona norte de Toluca, la falta de agua es permanente, pese a que en la mayoría de domicilios hay tomas potables. Por lo que hacer que el líquido rinda es una cultura de todos los días.
“Ya se vienen los días duros porque se acaba el temporal de lluvias, mucha de esa que queda en la azotea nos sirve para echarle a los tambos, pero ya viene la escasez”, comentó la vecina.
En la familia de Imelda implementan varias formas para que el agua alcance. Durante todo el tiempo de lluvias usan una manguera de nivel para aprovechar el agua que se estanca en las azotea.
Asimismo, derivado a que el suministro de agua potable es cada tres días, se abastecen por completo del pozo que perforaron hace 18 años.
“El agua de la azotea nos sirve para lavar ropa y trastes, la vamos acumulando en tambos y de ahí vamos sacando para el uso diario”, agregó la ama de casa.
Este proceso que aplican las familias en la zona norte de Toluca es la cosecha de agua, que ha comenzado a practicarse en puntos urbanos como la Ciudad de México, implementados de forma estratégica innovadora ante la falta de servicio.
Del pozo de agua se mantienen tres familias que habitan en la misma casa, donde usan botes para bañarse y una letrina a la que le echan agua sobrante. De esa forma se dan abasto en una región donde el servicio de agua potable es difícil de acceder.
“Aquí nos bañamos a jicarazos, sólo con el agua necesaria, una cubetita es más que suficiente”, asegura Rosa Aurora, vecina de Imelda.
En medio de la escasez de agua, las familias de la zona norte de Toluca ponen ejemplo del aprovechamiento del vital líquido.