/ jueves 20 de octubre de 2022

Banco de Alimentos: 25 años combatiendo el hambre 

En la actualidad su llamado sigue siendo el mismo que usó desde el primer día: "apoyarlo con donativos para que pueda ayudar a la población más necesitada"

Este 20 de octubre el Banco de Alimentos del Estado de México (BAEM) cumplió 25 años esta institución de asistencia privada encargada de ayudar a combatir el hambre en el Estado de México.

El banco se dedica a acopiar alimentos y hacerlos llegar, en buenas condiciones, a familias marginadas e Instituciones de Asistencia Social del Estado de México, en busca de contribuir a una mejor alimentación.

Detrás de esa institución hay un grupo de personas, principalmente empresarios, quienes decidieron crear el banco para apoyar a quienes sufren carencias alimentarias. También les capacitan para ayudarles a ser autosuficientes.

En la actualidad el llamado del Blanco de Alimentos sigue siendo el mismo: apoyarlo con donativos para que pueda ayudar a la población más necesitada.

El proyecto

En el año 1997, tras conocer la labor de los Bancos de Alimentos, por parte de Ricardo Bon, presidente de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos de México, un grupo de empresarios mexiquenses decidió crear el Banco de Alimentos en Toluca.

Eligieron a sus integrantes del patronato en el mes de julio, y en octubre del mismo año el BAEM fue presentado en una cena denominada “de la esperanza”.

Poco a poco fueron logrando apoyos como: donaciones en efectivo, vehículos y bodegas en comodato, y en 1998, sus integrantes decidieron enriquecer la actividad primaria del banco de entregas de despensas subsidiadas, con la impartición de programas encaminados a promover la independencia alimentaria de los beneficiarios, mejorar su cultura e higiene nutricional y contribuir a un mejor aprovechamiento de su ingreso familia.

En el año 2002 se creó el Consejo Consultivo, para el 2003 Grupo La Moderna ofreció un terreno en comodato a 25 años para construir las instalaciones del banco, obtuvieron donaciones y realizaron una campaña de recaudación.

Este banco también ha participado en apoyos para damnificados y en concursos para obtener recursos e imparte cursos y talleres.

Trabajo social

A través del área de trabajo social el banco atiende tres programas: la atención a comunidades vulnerables, los casos especiales e instituciones.

A familias de escasos recursos se les ofrece una plática informativa, en el caso de las instituciones que respaldan pueden ser casas hogar de niños, ancianos, comedores infantiles, grupos AA, congregaciones religiosas, entre otras donde se realiza un estudio.

Los apoyos a casos especiales son las familias que además de una mala situación económica tienen un problema como: discapacidad, enfermedad, terminal o crónica, situación de calle y niños con cáncer; por ello, visitan sus domicilios para aplicar un estudio, valorar su situación y asignar una cuota apropiada.

La mayoría de las personas atendidas son comunidades rurales en un 95% y el restante 5% de conurbadas.

El banco también realiza visitas de supervisión donde imparte capacitaciones para elaborar platillos, huertos orgánicos, aprovechamiento de materiales reciclados y llevan a cabo programas de coinversión en comunidades, como programas de nutrición en niños, desayunos, elaboración de huertos y otros.

Historia

El señor Jorge Garcés, quien es integrante del patronato, comentó que su familia decidió contribuir a construir un puente entre la escasez de quienes padecen hambre y alimentos que se desperdician y quien los inspiró fue el señor Ricardo Bon, fundador de los bancos de alimentos y quién llegó a Toluca a buscar empresarios que quisieran invertir en ese proyecto a través de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).

En su caso, explicó, como se dedican a la compra venta de alimentos es una misión que se les da muy natural. Su padre fue parte de los fundadores y él estuvo presente en la fundación del banco.

Destacó que un factor muy importante es la institucionalidad, pues no hay deseos de protagonismo de nadie y existe un patronato formado por personas de buena voluntad que están muy relacionadas con el mundo de los alimentos; la mayoría son gente de empresa que buscan soluciones y cómo hacer que las cosas funcionen de una manera eficiente, clara, transparente y sostenible.

Eso, dijo, ha permitido que el banco crezca y tenga una visión empresarial y profesional y pasar de ser un par de bodegas a una institución con muy buena infraestructura para beneficio de personas con carencias alimentarias.

Es una institución muy profesional, muy eficiente que está al nivel de los mejores bancos de alimentos de México y de Latinoamérica.

Confió en que el banco tiene mucho futuro, pero resaltó que la ayuda es temporal, pues no buscan que se convierta en una dádiva permanente que pueda hacer daño a quien lo recibe.

La visión, dijo, es que sea temporal y subsidiaria, es decir, solo por el tiempo en el que la persona se vuelva independiente y pueda acceder al consumo con sus propios recursos. "Ayudar en lo necesario, pero no más allá para no generar dependencia", explicó.

Por ello, dijo, buscan capacitar a las personas, pero también hay casos especiales dónde las personas no pueden ser independientes.

El enfoque del banco, dijo, no es asistencialista; sino de apoyo subsidiario y temporal para ayudar a la gente a salir adelante por sí misma, si está en condiciones de hacerlo.

Ahora que el banco cumple 25 años señaló, siente mucha satisfacción y alegría, pues el proyecto empezó de manera muy incipiente, pero con mucha buena voluntad ahora es una institución que continúa con mucha buena voluntad, muy buenas personas y un manejo muy profesional.

Subrayó que es una obra institucional, pero no de una sola persona. El mérito, dijo, es de la comunidad que está detrás de ella.

Agradeció el apoyo de la opinión pública y a El Sol de Toluca el respaldo permanente a ese banco.

Testimonio

Ana Baltazar, quien comenzó a trabajar en el año 2000 platicó a El Sol de Toluca que los primeros ofrecimientos de apoyos fueron por parte de don Gabriel y don Jorge Garcés Cruz al dejar bodegas en comodato y de don Eduardo Monroy Cárdenas, quien dió apoyo en efectivo. Esas familias siguen apoyando.

Eduardo Monroy, platicó, fue el primer presidente del Consejo del Banco, el segundo fue Julio García, el tercero Isidoro Pérez López y el último Gabriel Bello Hernández.

En tanto, Alejandro Yáñez Estrada fue el primer director, después Isabel Santos y el tercero y actual Alberto Canul Juárez.

La primera camioneta, recordó, fue donada por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, posteriormente Kellog`s donó otro vehículo que les ayudó mucho, y en solo un año triplicaron la población beneficiada. Además, Guapo La Moderna les ofreció un terreno en comodato.

Todos estos años, explicó, fueron haciendo la colecta anual por el Día Mundial de la Alimentación.

Ella ascendió como coordinadora y aunque al inicio su primer escritorio era una mesa de plástico, poco a poco fueron creciendo.

Les donaron un Volkswagen, crecieron en más de 20 municipios y actualmente son 10 personas en Servicio Social, atienden a 30 mil familias, es decir 130 mil personas, a quienes de manera quincenal entregan un apoyo alimentario.

El banco, aseguró Ana Baltazar, ya es autosuficiente y entregan a 456 comunidades de la zona poniente y buscan participar en convocatorias para obtener más recursos, y así, dar más apoyos a las familias, pues llevan varios programas avalados por diferentes instituciones como el Monte de Piedad, Kellog's y otras.

También platicó que dan capacitaciones, atienden a muchos niños y tienen un programa de construcción de huertos libres de agrotóxicos junto con la Universidad Intercultural del Estado de México, y eso, les permite preparar a las siguientes generaciones, pues también alimentan a familias de alrededor que compran las verduras con las y los emprendedores.

Las personas, dijo, firman un compromiso de trabajar por cinco años los huertos, y tras ese plazo, se les entrega todo para que sigan trabajando.

Destacó la transparencia y seriedad con que trabajan, los cuales dan garantías a los donadores de la labor que realizan, pero advirtió que tienen gente en espera, porque mucha población requiere apoyos y necesitan que se unan más empresas.

La pandemia, explicó, les afectó porque bajaron los donativos, aunque entregaron muchos apoyos, pero no es suficiente, pues hay gente en espera y requieren más respaldo, ya que la demanda sigue creciendo y son uno de los 54 bancos que existen, y uno de los más importantes.

Invitó a que más personas se unan con donativos que permitan alimentar sonrisas a ser empáticos porque dar, subrayó, multiplica.

Este 20 de octubre el Banco de Alimentos del Estado de México (BAEM) cumplió 25 años esta institución de asistencia privada encargada de ayudar a combatir el hambre en el Estado de México.

El banco se dedica a acopiar alimentos y hacerlos llegar, en buenas condiciones, a familias marginadas e Instituciones de Asistencia Social del Estado de México, en busca de contribuir a una mejor alimentación.

Detrás de esa institución hay un grupo de personas, principalmente empresarios, quienes decidieron crear el banco para apoyar a quienes sufren carencias alimentarias. También les capacitan para ayudarles a ser autosuficientes.

En la actualidad el llamado del Blanco de Alimentos sigue siendo el mismo: apoyarlo con donativos para que pueda ayudar a la población más necesitada.

El proyecto

En el año 1997, tras conocer la labor de los Bancos de Alimentos, por parte de Ricardo Bon, presidente de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos de México, un grupo de empresarios mexiquenses decidió crear el Banco de Alimentos en Toluca.

Eligieron a sus integrantes del patronato en el mes de julio, y en octubre del mismo año el BAEM fue presentado en una cena denominada “de la esperanza”.

Poco a poco fueron logrando apoyos como: donaciones en efectivo, vehículos y bodegas en comodato, y en 1998, sus integrantes decidieron enriquecer la actividad primaria del banco de entregas de despensas subsidiadas, con la impartición de programas encaminados a promover la independencia alimentaria de los beneficiarios, mejorar su cultura e higiene nutricional y contribuir a un mejor aprovechamiento de su ingreso familia.

En el año 2002 se creó el Consejo Consultivo, para el 2003 Grupo La Moderna ofreció un terreno en comodato a 25 años para construir las instalaciones del banco, obtuvieron donaciones y realizaron una campaña de recaudación.

Este banco también ha participado en apoyos para damnificados y en concursos para obtener recursos e imparte cursos y talleres.

Trabajo social

A través del área de trabajo social el banco atiende tres programas: la atención a comunidades vulnerables, los casos especiales e instituciones.

A familias de escasos recursos se les ofrece una plática informativa, en el caso de las instituciones que respaldan pueden ser casas hogar de niños, ancianos, comedores infantiles, grupos AA, congregaciones religiosas, entre otras donde se realiza un estudio.

Los apoyos a casos especiales son las familias que además de una mala situación económica tienen un problema como: discapacidad, enfermedad, terminal o crónica, situación de calle y niños con cáncer; por ello, visitan sus domicilios para aplicar un estudio, valorar su situación y asignar una cuota apropiada.

La mayoría de las personas atendidas son comunidades rurales en un 95% y el restante 5% de conurbadas.

El banco también realiza visitas de supervisión donde imparte capacitaciones para elaborar platillos, huertos orgánicos, aprovechamiento de materiales reciclados y llevan a cabo programas de coinversión en comunidades, como programas de nutrición en niños, desayunos, elaboración de huertos y otros.

Historia

El señor Jorge Garcés, quien es integrante del patronato, comentó que su familia decidió contribuir a construir un puente entre la escasez de quienes padecen hambre y alimentos que se desperdician y quien los inspiró fue el señor Ricardo Bon, fundador de los bancos de alimentos y quién llegó a Toluca a buscar empresarios que quisieran invertir en ese proyecto a través de la Unión Social de Empresarios de México (USEM).

En su caso, explicó, como se dedican a la compra venta de alimentos es una misión que se les da muy natural. Su padre fue parte de los fundadores y él estuvo presente en la fundación del banco.

Destacó que un factor muy importante es la institucionalidad, pues no hay deseos de protagonismo de nadie y existe un patronato formado por personas de buena voluntad que están muy relacionadas con el mundo de los alimentos; la mayoría son gente de empresa que buscan soluciones y cómo hacer que las cosas funcionen de una manera eficiente, clara, transparente y sostenible.

Eso, dijo, ha permitido que el banco crezca y tenga una visión empresarial y profesional y pasar de ser un par de bodegas a una institución con muy buena infraestructura para beneficio de personas con carencias alimentarias.

Es una institución muy profesional, muy eficiente que está al nivel de los mejores bancos de alimentos de México y de Latinoamérica.

Confió en que el banco tiene mucho futuro, pero resaltó que la ayuda es temporal, pues no buscan que se convierta en una dádiva permanente que pueda hacer daño a quien lo recibe.

La visión, dijo, es que sea temporal y subsidiaria, es decir, solo por el tiempo en el que la persona se vuelva independiente y pueda acceder al consumo con sus propios recursos. "Ayudar en lo necesario, pero no más allá para no generar dependencia", explicó.

Por ello, dijo, buscan capacitar a las personas, pero también hay casos especiales dónde las personas no pueden ser independientes.

El enfoque del banco, dijo, no es asistencialista; sino de apoyo subsidiario y temporal para ayudar a la gente a salir adelante por sí misma, si está en condiciones de hacerlo.

Ahora que el banco cumple 25 años señaló, siente mucha satisfacción y alegría, pues el proyecto empezó de manera muy incipiente, pero con mucha buena voluntad ahora es una institución que continúa con mucha buena voluntad, muy buenas personas y un manejo muy profesional.

Subrayó que es una obra institucional, pero no de una sola persona. El mérito, dijo, es de la comunidad que está detrás de ella.

Agradeció el apoyo de la opinión pública y a El Sol de Toluca el respaldo permanente a ese banco.

Testimonio

Ana Baltazar, quien comenzó a trabajar en el año 2000 platicó a El Sol de Toluca que los primeros ofrecimientos de apoyos fueron por parte de don Gabriel y don Jorge Garcés Cruz al dejar bodegas en comodato y de don Eduardo Monroy Cárdenas, quien dió apoyo en efectivo. Esas familias siguen apoyando.

Eduardo Monroy, platicó, fue el primer presidente del Consejo del Banco, el segundo fue Julio García, el tercero Isidoro Pérez López y el último Gabriel Bello Hernández.

En tanto, Alejandro Yáñez Estrada fue el primer director, después Isabel Santos y el tercero y actual Alberto Canul Juárez.

La primera camioneta, recordó, fue donada por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, posteriormente Kellog`s donó otro vehículo que les ayudó mucho, y en solo un año triplicaron la población beneficiada. Además, Guapo La Moderna les ofreció un terreno en comodato.

Todos estos años, explicó, fueron haciendo la colecta anual por el Día Mundial de la Alimentación.

Ella ascendió como coordinadora y aunque al inicio su primer escritorio era una mesa de plástico, poco a poco fueron creciendo.

Les donaron un Volkswagen, crecieron en más de 20 municipios y actualmente son 10 personas en Servicio Social, atienden a 30 mil familias, es decir 130 mil personas, a quienes de manera quincenal entregan un apoyo alimentario.

El banco, aseguró Ana Baltazar, ya es autosuficiente y entregan a 456 comunidades de la zona poniente y buscan participar en convocatorias para obtener más recursos, y así, dar más apoyos a las familias, pues llevan varios programas avalados por diferentes instituciones como el Monte de Piedad, Kellog's y otras.

También platicó que dan capacitaciones, atienden a muchos niños y tienen un programa de construcción de huertos libres de agrotóxicos junto con la Universidad Intercultural del Estado de México, y eso, les permite preparar a las siguientes generaciones, pues también alimentan a familias de alrededor que compran las verduras con las y los emprendedores.

Las personas, dijo, firman un compromiso de trabajar por cinco años los huertos, y tras ese plazo, se les entrega todo para que sigan trabajando.

Destacó la transparencia y seriedad con que trabajan, los cuales dan garantías a los donadores de la labor que realizan, pero advirtió que tienen gente en espera, porque mucha población requiere apoyos y necesitan que se unan más empresas.

La pandemia, explicó, les afectó porque bajaron los donativos, aunque entregaron muchos apoyos, pero no es suficiente, pues hay gente en espera y requieren más respaldo, ya que la demanda sigue creciendo y son uno de los 54 bancos que existen, y uno de los más importantes.

Invitó a que más personas se unan con donativos que permitan alimentar sonrisas a ser empáticos porque dar, subrayó, multiplica.

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