El cartel con un aro ilustrado en el que dice Vida Van México está estampado en la parte lateral trasera de la camioneta. También otras señas de las redes sociales de la familia viajera de Jonathan e Ingeboor. Hace unos días llegaron a Toluca y en pocos días continuarán su viaje.
Desde adentro la camioneta tiene forros térmicos y de ventilación que sirven para estabilizar la temperatura, como si fueran las paredes de una casa. Hay una cama de fondo que ocupa la mitad de la batea de la Van, el resto lo ocupa un mueble para la estufa, el fregadero y debajo el cilindro de gas y los contenedores de agua.
Estéticamente y funcionalmente, todo es correcto. Ingeboor no lo dice pero se siente satisfecha del funcionamiento de su casa rodante. Durante dos meses ha sido su hogar y lo seguirá siendo en los siguientes dos.
“No es que vivamos todo el tiempo en la Van, en realidad estamos más afuera”, explica Jonathan Guaida.
VIDA VAN MÉXICO
Los viajes comenzaron hace dos meses, cuando la pandemia permitió vivir en una casa rodante y se recolectaron los recursos, explica la pareja de viajeros.
Antes de eso, su vida sedentaria estaba en Cancún, Quinta Roo, donde tenían empleos y una casa como otras familias de su edad.
“Allá en Cancún teníamos nuestro empleo y nuestra casa pero perdimos todo con la crisis”, explica Ingeboor.
Jonathan es quien tiene más experiencia en viajar. Desde niño quiso hacerlo, irse de mochilero y darle el mejor rostro a la vida, dice Ingeboor. Pero este viaje lo planearon juntos. Medir solo lo necesario y obligado como adecuar la camioneta, cubrir las necesidades de su pequeña y el resto dejarlo al rumbo que los lleve.
“Nos dimos cuenta que no hay nada asegurado en la vida y decidimos comenzar a viajar”, explaya la pareja, quienes también son influencers y sus viajes los van documentando.
“Hemos estado en pocos lugares, porque apenas llevamos dos meses pero nuestro objetivo es llegar a Argentina, es un sueño”, sonríen los viajeros.
ADAPTARSE A DONDE LLEGAN
Con ellos, la pareja de Jonathan e Ingeboor va la suerte montada en la Van y unas cajas con mercancía referida a pulseras, anillos y otros accesorios que venden en cada lugar donde se detienen por unos días.
“Es mercancía que conseguimos en la Ciudad de México, y la tenemos que vender para sacar dinero para el viaje”, explica Jonathan.
Hasta el momento la pareja sigue su viaje. No hay trabas en los lugares donde se han detenido, la inseguridad no les ha cobrado factura y esperan seguir viajando.