La violencia digital se presenta en diversas formas y afecta tanto a adultos, como a menores; por lo cual es necesario proteger los datos personales y tener cuidado, pues no solo ha crecido el sexting sin consentimiento, incluso en estudiantes de primaria; sino que además hay grupos donde se incita a conductas dañinas y se hacen recomendaciones para cuestiones como los trastornos alimenticios.
Juana Inés Jiménez Perdomo, asesora del Infoem, explicó que la violencia digital es cualquier tipo de vulneración de derechos de las personas, a través de las tecnologías de la información, pero hay muchos tipos, pues puede ser laboral, educativa y se debe visibilizar para garantizar los derechos de las personas y sensibilizar que lo virtual es real.
Destacó que madres y padres deben proteger a sus hijas e hijos, sin violentar su derecho a la intimidad.
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Durante el ciclo de conferencias de protección de datos personales y tipos de violencia digital, organizado por el Instituto de Transparencia local y el Instituto Electoral del Estado de México sostuvo que falta mucho por avanzar y pidió quitarse de la cabeza que la violencia no se puede realizar por Telegram o WhatsApp, pues sí se puede dar mediante aplicaciones.
Sugirió que en lugares públicos no se active el bluetooth, pues es muy fácil acceder al teléfono a través de él y de redes públicas.
Tipos
Entre las formas de violencia digital, destacó el stockear o acechar, consistente en seguir y amedrentar a las personas, a través del envío de mensajes e imágenes para que se sientan amenazadas y temerosas.
En el flameo o flaming se insulta a una persona para tratar de exponerla en las tecnologías de la información y puede ser a una institución o empresa. También se pueden crear flame wars, es decir, discusiones entre distintas personas.
Incluso, ahora hay guerras santas relativas a religiones o ideologías, incluso políticas.
Explicó que también hay incitación a conductas dañinas en foros y webs, donde se muestran contenidos digitales que incitan a la autolesión, webs de promoción de trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia que explican técnicas de cómo vencer las ganas de comer, realizarse cortes y mantener en secreto sus comportamientos, e incluso, de acceder a drogas; por lo cual pidió tener mucho cuidado.
También señaló que existe el sexting sin consentimiento, es decir, el intercambio de mensajes o material online con contenido sexual que se ve mucho no solo entre adultos; sino entre adolescentes, e incluso, se está dando entre niñas y niños de los primeros años de primaria.
Alertó que en el momento en que el mensaje es enviado se escapa del control del usuario y el contenido puede ser compartido.
Otro tipo de acoso son las ciberturbas o multitudes inteligentes, cuando grupos en línea publican contenido ofensivo y destructivo para avergonzar a alguien en internet.
También el doxxing, donde a través de piratería se extrae la información personal y alertó que algunas extensiones no se deben abrir, pues existe el riesgo del robo de identidad cuando los datos personales son utilizados de manera engañosa para hacerse pasar por alguien y ha habido casos donde llegan a vender sus propiedades.
Asimismo, existe la porno venganza o porno vengativo, es decir la distribución de imágenes sexuales de personas sin su consentimiento y la extorsión donde se exige dinero a cambio de no revelar imágenes o videos.
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El grooming, agregó, es una acción a través de la cual una persona adulta busca ganar la confianza de una menor para obtener información sexual, mientras el shaming busca avergonzar a una persona a través de insultos, intimidación sexual o comentarios sexistas.
También mencionó el happy slapping, el cual consiste en grabar una agresión física verbal o sexual y difundirla online, y en ocasiones se vuelve viral.
El fraping, dijo, es un troleo a través de las redes sociales de una persona.
En tanto, el cracking es una práctica que consiste en atacar sistemas informáticos y software con intención maliciosa y el robo de contraseñas; por lo cual recomendó cambiarlas constantemente y colocar alfanuméricas que no sean fáciles de hackear.
También señaló los deepfakes ultra falsos, es decir, vídeos que intercambian la cara de una persona con la de otra y es material falso que crece exponencialmente, por lo cual pidió tener cuidado con la información y con las direcciones.