/ martes 13 de junio de 2023

Crece violencia digital en menores de edad

Juana Inés Jiménez, asesora del Infoem, explicó que la violencia digital es cualquier tipo de vulneración de derechos de las personas, a través de las tecnologías de la información

La violencia digital se presenta en diversas formas y afecta tanto a adultos, como a menores; por lo cual es necesario proteger los datos personales y tener cuidado, pues no solo ha crecido el sexting sin consentimiento, incluso en estudiantes de primaria; sino que además hay grupos donde se incita a conductas dañinas y se hacen recomendaciones para cuestiones como los trastornos alimenticios.

Juana Inés Jiménez Perdomo, asesora del Infoem, explicó que la violencia digital es cualquier tipo de vulneración de derechos de las personas, a través de las tecnologías de la información, pero hay muchos tipos, pues puede ser laboral, educativa y se debe visibilizar para garantizar los derechos de las personas y sensibilizar que lo virtual es real.

Destacó que madres y padres deben proteger a sus hijas e hijos, sin violentar su derecho a la intimidad.

Durante el ciclo de conferencias de protección de datos personales y tipos de violencia digital, organizado por el Instituto de Transparencia local y el Instituto Electoral del Estado de México sostuvo que falta mucho por avanzar y pidió quitarse de la cabeza que la violencia no se puede realizar por Telegram o WhatsApp, pues sí se puede dar mediante aplicaciones.

Sugirió que en lugares públicos no se active el bluetooth, pues es muy fácil acceder al teléfono a través de él y de redes públicas.

Tipos

Entre las formas de violencia digital, destacó el stockear o acechar, consistente en seguir y amedrentar a las personas, a través del envío de mensajes e imágenes para que se sientan amenazadas y temerosas.

En el flameo o flaming se insulta a una persona para tratar de exponerla en las tecnologías de la información y puede ser a una institución o empresa. También se pueden crear flame wars, es decir, discusiones entre distintas personas.

Incluso, ahora hay guerras santas relativas a religiones o ideologías, incluso políticas.

Explicó que también hay incitación a conductas dañinas en foros y webs, donde se muestran contenidos digitales que incitan a la autolesión, webs de promoción de trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia que explican técnicas de cómo vencer las ganas de comer, realizarse cortes y mantener en secreto sus comportamientos, e incluso, de acceder a drogas; por lo cual pidió tener mucho cuidado.

También señaló que existe el sexting sin consentimiento, es decir, el intercambio de mensajes o material online con contenido sexual que se ve mucho no solo entre adultos; sino entre adolescentes, e incluso, se está dando entre niñas y niños de los primeros años de primaria.

Alertó que en el momento en que el mensaje es enviado se escapa del control del usuario y el contenido puede ser compartido.

Otro tipo de acoso son las ciberturbas o multitudes inteligentes, cuando grupos en línea publican contenido ofensivo y destructivo para avergonzar a alguien en internet.

También el doxxing, donde a través de piratería se extrae la información personal y alertó que algunas extensiones no se deben abrir, pues existe el riesgo del robo de identidad cuando los datos personales son utilizados de manera engañosa para hacerse pasar por alguien y ha habido casos donde llegan a vender sus propiedades.

Asimismo, existe la porno venganza o porno vengativo, es decir la distribución de imágenes sexuales de personas sin su consentimiento y la extorsión donde se exige dinero a cambio de no revelar imágenes o videos.

El grooming, agregó, es una acción a través de la cual una persona adulta busca ganar la confianza de una menor para obtener información sexual, mientras el shaming busca avergonzar a una persona a través de insultos, intimidación sexual o comentarios sexistas.

También mencionó el happy slapping, el cual consiste en grabar una agresión física verbal o sexual y difundirla online, y en ocasiones se vuelve viral.

El fraping, dijo, es un troleo a través de las redes sociales de una persona.

En tanto, el cracking es una práctica que consiste en atacar sistemas informáticos y software con intención maliciosa y el robo de contraseñas; por lo cual recomendó cambiarlas constantemente y colocar alfanuméricas que no sean fáciles de hackear.

También señaló los deepfakes ultra falsos, es decir, vídeos que intercambian la cara de una persona con la de otra y es material falso que crece exponencialmente, por lo cual pidió tener cuidado con la información y con las direcciones.

La violencia digital se presenta en diversas formas y afecta tanto a adultos, como a menores; por lo cual es necesario proteger los datos personales y tener cuidado, pues no solo ha crecido el sexting sin consentimiento, incluso en estudiantes de primaria; sino que además hay grupos donde se incita a conductas dañinas y se hacen recomendaciones para cuestiones como los trastornos alimenticios.

Juana Inés Jiménez Perdomo, asesora del Infoem, explicó que la violencia digital es cualquier tipo de vulneración de derechos de las personas, a través de las tecnologías de la información, pero hay muchos tipos, pues puede ser laboral, educativa y se debe visibilizar para garantizar los derechos de las personas y sensibilizar que lo virtual es real.

Destacó que madres y padres deben proteger a sus hijas e hijos, sin violentar su derecho a la intimidad.

Durante el ciclo de conferencias de protección de datos personales y tipos de violencia digital, organizado por el Instituto de Transparencia local y el Instituto Electoral del Estado de México sostuvo que falta mucho por avanzar y pidió quitarse de la cabeza que la violencia no se puede realizar por Telegram o WhatsApp, pues sí se puede dar mediante aplicaciones.

Sugirió que en lugares públicos no se active el bluetooth, pues es muy fácil acceder al teléfono a través de él y de redes públicas.

Tipos

Entre las formas de violencia digital, destacó el stockear o acechar, consistente en seguir y amedrentar a las personas, a través del envío de mensajes e imágenes para que se sientan amenazadas y temerosas.

En el flameo o flaming se insulta a una persona para tratar de exponerla en las tecnologías de la información y puede ser a una institución o empresa. También se pueden crear flame wars, es decir, discusiones entre distintas personas.

Incluso, ahora hay guerras santas relativas a religiones o ideologías, incluso políticas.

Explicó que también hay incitación a conductas dañinas en foros y webs, donde se muestran contenidos digitales que incitan a la autolesión, webs de promoción de trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia que explican técnicas de cómo vencer las ganas de comer, realizarse cortes y mantener en secreto sus comportamientos, e incluso, de acceder a drogas; por lo cual pidió tener mucho cuidado.

También señaló que existe el sexting sin consentimiento, es decir, el intercambio de mensajes o material online con contenido sexual que se ve mucho no solo entre adultos; sino entre adolescentes, e incluso, se está dando entre niñas y niños de los primeros años de primaria.

Alertó que en el momento en que el mensaje es enviado se escapa del control del usuario y el contenido puede ser compartido.

Otro tipo de acoso son las ciberturbas o multitudes inteligentes, cuando grupos en línea publican contenido ofensivo y destructivo para avergonzar a alguien en internet.

También el doxxing, donde a través de piratería se extrae la información personal y alertó que algunas extensiones no se deben abrir, pues existe el riesgo del robo de identidad cuando los datos personales son utilizados de manera engañosa para hacerse pasar por alguien y ha habido casos donde llegan a vender sus propiedades.

Asimismo, existe la porno venganza o porno vengativo, es decir la distribución de imágenes sexuales de personas sin su consentimiento y la extorsión donde se exige dinero a cambio de no revelar imágenes o videos.

El grooming, agregó, es una acción a través de la cual una persona adulta busca ganar la confianza de una menor para obtener información sexual, mientras el shaming busca avergonzar a una persona a través de insultos, intimidación sexual o comentarios sexistas.

También mencionó el happy slapping, el cual consiste en grabar una agresión física verbal o sexual y difundirla online, y en ocasiones se vuelve viral.

El fraping, dijo, es un troleo a través de las redes sociales de una persona.

En tanto, el cracking es una práctica que consiste en atacar sistemas informáticos y software con intención maliciosa y el robo de contraseñas; por lo cual recomendó cambiarlas constantemente y colocar alfanuméricas que no sean fáciles de hackear.

También señaló los deepfakes ultra falsos, es decir, vídeos que intercambian la cara de una persona con la de otra y es material falso que crece exponencialmente, por lo cual pidió tener cuidado con la información y con las direcciones.

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