Durante el periodo de aislamiento o confinamiento generado por la pandemia de Covid-19, fueron el sector de los adolescentes y jóvenes en quienes recayó un impacto mayor y negativo, el cual se vio reflejado al retomar sus actividades habituales con cuadros de ansiedad, incluso fobia social, resaltó Jared Salazar Alcántara, psicólogo clínico del hospital general regional 220 del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicado en Toluca.
Al momento, refirió el especialista, el área de Psicología de la institución recibe diariamente a pacientes jóvenes, en su mayoría adolescentes con situaciones de adaptación o de interacción, donde parte del tratamiento que brinda ha sido la orientación a la reinserción social.
“Puede incluso sonar un poco fuerte la parte de reinserción porque regularmente se utiliza para otro tipo de situaciones que van incluso en contra de la sociedad, pero en este caso es muy necesario usar el término reinserción precisamente por las situación en la que la funcionalidad social se ve comprometida”.
Cuando algún miembro de la familia de las y los adolescentes se dio cuenta de las manifestaciones de ansiedad en reuniones o convivencias sociales, de sensaciones de temor o el deseo de salir corriendo, agregó, llevaron a los pacientes para recibir atención.
En el periodo de aislamiento de la pandemia, explicó el psicólogo clínico del IMSS, el mayor impacto fue para los adolescentes por ser un grupo en transición, donde se va formando el autoconcepto, la autoestima y la autoimagen, proceso que se vio interrumpido, dijo.
“A raíz de que hubo este aislamiento, los jóvenes salen a un mundo en donde no saben cómo relacionarse con su grupo de iguales y al no saber cómo relacionarse con ellos, comienzan a tener cuadros de ansiedad e incluso fobia social”.
El especialista comentó que, de manera general y tomando en consideración la situación particular de cada caso, la reinserción social constituyó la piedra angular del tratamiento, además del enfoque de cada profesional de la salud mental y también la valoración de los sentimientos, las actitudes y los pensamientos del paciente en lo individual.
“Pero como tal, en el marco de acción general siempre fue justamente pensar en la reinserción saludable al ámbito social”.
Refirió que el universo de los pacientes atendidos, en general requirió de uno a tres meses de tratamiento y actualmente, solo una minoría presenta una recuperación tardía.
Asimismo, también mencionó que el apoyo de la familia ha sido clave en la recuperación de jóvenes y adolescentes al ser un núcleo primario. Detalló que se dio una orientación para padres de familia y demás integrantes sobre cómo resignificar la relación y relacionarse de forma diferente, pues ya no eran suficientes la frases con buena intención y no repercutían en el ámbito asimilativo de los pacientes.