El fin de semana pasado más de 17 mil alumnos fueron aceptados para estudiar una licenciatura en alguno de los planes universitarios de la UAEMéx; sin embargo, un número considerable de jóvenes fueron rechazados, tal es el caso de Sofía y Erik.
Aunque ambos no consiguieron entrar, su realidad es diferente; para ella no existe alternativa para ingresar al nivel superior por falta de recursos mientras que él podría tejerse un plan “B” que le permita cumplir el sueño de ser contador público.
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Sofía aseguró que aún cuando se preparó con meses de anticipación para presentar el examen de admisión en la carrera de Derecho no fue seleccionada; “no, no quedé en la UAEM”, contó con un sentimiento de tristeza.
La joven, quien es hija de una madre soltera, explicó que al abrir su correo electrónico y ver un resultado que no esperaba significó un “duro golpe” a su estado de ánimo porque sabe que su mamá no puede pagar una universidad privada.
Ahora solo le resta terminar el semestre en la preparatoria; “lo voy a platicar con mi mamá y ver qué podemos hacer”.
Por su parte, Erik, quien no fue aceptado en la licenciatura de Contaduría Pública, reveló que su rechazo cambió sus expectativas y las de sus padres.
Reconoció que tal vez exista la posibilidad de revisar más opciones educativas para inscribirse a una universidad privada y así alcanzar el sueño de ser contador; sin embargo él y sus padres “están digiriendo la noticia pues no es fácil asimilarlo”, dado que se considera como un “estudiante cumplido”.
Reconoció que sus papás le han apoyado; “me dan ánimo para que le eche ganas, pues me dicen que somos muchos los aspirantes a obtener un lugar en esa universidad”.
Apoyo familiar
Ante esta situación, la psicóloga clínica, Mayela Sánchez García, señaló que es importante que el núcleo familiar esté unido, porque el impacto muchas veces no es solo para el joven sino para los padres y demás integrantes.
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Por tanto, es necesario motivarlos en sus habilidades y capacidades, además de estar cerca de ellos para evitar se depriman, agregó Sánchez García.
“Es invitarlos a reflexionar que hay más opciones y no se cierra el mundo si se organizan como familia, que la vida va más allá del resultado de un examen y pronto llegará su tiempo para estar en la universidad”, concluyó.
