Es necesario que se diseñen políticas públicas para que los maestros puedan identificar la vulnerabilidad de los niños y determinar los casos de quienes que sufren o ejercen violencia, lo que sólo será posible determinar con la convivencia de los hijos con sus padres en los espacios escolares, señaló la maestra Cristina Pablo Dorantes, docente y especialista en temas de seguridad ciudadana.
Para ello es necesario contar con políticas creativas para buscar que los padres se acerquen a los maestros en las instituciones educativas de los hijos en donde casi nunca hacen acto de presencia, pues ya sabemos que ambos trabajan porque así los obliga la situación económica del país y reconoció que hay padres y madres trabajadoras que hacen esfuerzos y asisten a juntas, actividades compartidas con sus hijos y apoyan a los maestros con faenas, pero son los menos.
Dijo que para prevenir y evitar episodios trágicos en las escuelas se requieren diagnósticos de vulnerabilidad de los niños y para ello se requieren especialistas en temas de seguridad, quien una vez identificada la vulnerabilidad podrá canalizarlos con los especialistas, desde el psicólogo para que les brinde tratamiento.
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Cristina Pablo refirió que a través de estos especialistas, que pueden ser rotados en los planteles pues no formarían parte del equipo docente, se podría proponer una reingeniería de acercamiento de los núcleos de autoridad basadas en una cultura de paz que permita a los docentes entablar una relación de mayor acercamiento y empatía con niños y adolescentes con problemas de vulnerabilidad.
Precisó que es en la familia donde se ha desviado los valores como el respeto, pues el niño no nace odiando, no nace discriminando, es algo que va siendo formado por los adultos, aunque no es necesariamente los niños y adolescentes repten estas conductas que ven en sus padres, sí es necesario incorporar a los planes de estudio los temas de la cultura de paz.
También destacó la importancia de contar en las escuelas con esquemas de mediación para que aprendan a ser tolerantes tanto con sus semejantes como consigo mismos, pues a veces esa intolerancia parte del hogar y se acrecienta en la escuela, lo cual se comprueba con los niños que no asisten a la escuela, pues ellos no discriminan,
En síntesis, así como hay maestros -de educación física y educación artística- que sólo acuden una o dos veces por semana, los planes de estudio deben contemplar un espacio para que un especialista hable con los niños de mediación, y de tolerancia en un programa de estudios de cultura de paz, concluyó.