Toluca, México.- Al advertir que la Cuarta Transformación no será fácil, ni de la noche a la mañana y costará mucho trabajo, el sociólogo y especialista en temas religiosos, Bernardo Barranco advirtió que existe preocupación por la clericalización en la política, pues algunas iglesias ya son parte de la clase política.
Al presentar el libro “AMLO y la tierra prometida” donde participan diversos analistas coincidió con Ana Saiz, quien también es colaboradora de esa obra, en que los partidos deben entrar a la transparencia, rendir cuentas y la fiscalización debe mejorar, pues solo pasa por revisar cuentas de bancos de las fuerzas políticas, pero no el dinero en efectivo.
El libro, refirió Barranco, aborda diferentes temas como el uso de programas con tintes políticos, análisis de las redes sociales para generar debates, los contrapesos al actual gobierno, sobre todo en la sociedad civil, la violencia en los procesos electorales del año pasado y la duplicidad de funciones entre el INE y los órganos electorales locales.
El título, explicó, es una metáfora donde el pueblo judío guiado por Moisés tardó 40 años en llegar a la tierra prometida, pero no era un lugar físico y pasó de ser un pueblo nómada a sedentario; por lo cual refiere a un cambio en la cultura política que no será fácil, ni de la noche a la mañana.
Tampoco vendrá de un guía, ni de un tlatoani, sino de la conjunción de la sociedad y advirtió que las tres transformaciones anteriores del país fueron sangrientas, tardaron décadas en madurar y han sido cambios importantes, por lo cual el título remite a no caer en grandes ilusiones, pues la cuarta transformación podría no concluir con Andrés Manuel López Obrador. “Pero va a costar trabajo y mucho”, vaticinó.
Sin embargo, aseguró que hay futuro para esta etapa, pues hay elementos importantes como el combate a la corrupción, los programas para atender la pobreza, pero habrá que ver si hay paciencia para ver los cambios ofrecidos.
“El problema es hasta cuándo va a haber paciencia para esos cambios y que no solamente son cambios de arriba hacia abajo, sino tienen que ser desde abajo con la sociedad, con los medios de comunicación, de los analistas, de la sociedad civil; sino hay esto puede ser una cuarta vacía o una cuarta que llegue a un momento de frustración social”.
Los momentos de mayor frustración social, recordó, provocan movimientos irracionales y de ultra conservadores; por lo cual hay que tener mucho cuidado, pues se juega mucho y se requiere fortalecer a la sociedad civil y al presidente, Andrés Manuel López Obrador le falta un mejor diagnóstico de la sociedad civil organizada.
La división iglesia- Estado y los riesgos de las iglesias
Bernardo Barranco advirtió que hay una avalancha en América Latina de partidos con un voto disciplinado que pueden determinar elecciones y en México el partido Encuentro Social ofreció el voto evangélico, pero como ciudadanos, de tal forma que no votaron por el PES y esa fuerza no alcanzó el registro; por lo cual existe un creciente voto evangélico, pero no tiene cabeza, ni representatividad.
Otros políticos se encomiendan a figuras religiosas y el tema es la laicidad en el Estado y la separación Iglesia - Estado, pues si antes se decía que las iglesias irrumpían electoral y políticamente, ahora, explicó, son también de la clase política que busca congraciarse o utilizar políticamente los recursos.
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Barranco consideró que en el gobierno actual existen riesgos porque el presidente ha señalado que no se meterá con las iglesias, pues en aras de la unidad no las quiere irritar, el Estado tiene la obligación de atender a las víctimas de abusos, pues de no hacerlo se corre el riesgo de caer en complicidades, de mecanismos de protección y encubrimiento, ya que lo religioso goza de cierto fuero ante el Estado y se revictimiza a las víctimas, por lo cual es necesario hacer cumplir las leyes y que quien comete un delito, sin importar si es sacerdote, sea sancionado.
