Aunque no existe un registro porcentual, un alto número de personas de la comunidad LGBT+ que habitan tanto en la Ciudad de México como la entidad mexiquense están en situación de calle, afirmó la activista Victoria Romero Sámano.
El tema fue presentado y discutido durante las Jornadas de Estudios Trans realizadas al interior de la facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), este martes.
La especialista expuso que se trata de una de las condiciones más comunes, sobre todo entre las mujeres trans por ser más vulnerables a la discriminación.
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Explicó que hace dos años comenzó con un albergue en su propio departamento en la Ciudad de México, en el que otorgaba refugio a personas de la comunidad que dormían en la calle.
“A través de esto es como yo comencé a saber de esta problemática, fue entonces que me di cuenta que ser una persona en situación de calle siendo de la comunidad LGBT+ es aún mucho más difícil”, señaló Romero en su presentación.
Perfiles de grupos vulnerables
La activista informó que los grupos de personas LGBT+ en situación de calle la componen mujeres trans, personas de la tercera edad, niños y personas con discapacidad.
En algunos casos, agregó, son personas aisladas y con problemas en el consumo de sustancias nocivas.
Son personas expulsadas de sus hogares y que llegan a tener problemas de consumo de drogas.Victoria Romero, activista.
Su característica es que dichos grupos de personas presentan consumo de drogas y eso se toma como pretexto por parte de las autoridades para negarles el acceso a centros de salud y albergues.
La mayoría de personas LGBT+ que viven en situación de calle ejerce la prostitución y su nivel escolar es de primaria y secundaria, abundó la especialista.
“Esta condición de no tener escolaridad impide que puedan acceder a empleos formales, pero el trabajo sexual debe ser reconocido por la Ley Federal del Trabajo para tener protección y garantías”, estableció la activista.
Albergues improvisados
Victoria Romero expuso que los albergues que existen se hacen de forma informal, entre los propios integrantes de la comunidad, por lo que no son seguros y es difícil mantenerlos abiertos.
Los albergues son escasos, en la Ciudad de México está la Casa de las Muñecas y el que yo abrí, lo debí cerrar a finales del año pasado por falta de apoyo.
Victoria Romero, activista.
Estos espacios requieren de modelos de atención integral, y los que hay para el público en general no son aptos para las personas LGBT debido a la falta de empatía y capacitación del personal que los atiende. Por esa situación, la comunidad abre sus propios espacios.
“Se requiere que los apoyos no se queden solo en abrir los albergues, también darles seguimiento y disponer de especialistas para atención psicológica”, dijo.
La activista señaló que las condiciones de la comunidad LGBT+ que vive en situación de calle en la Ciudad de México y los grupos que habitan en el estado de México están en circunstancias diferentes, por la legislación local.
Mientras que en la Ciudad de México el Gobierno establece los albergues, en zonas como el valle de Toluca no existe una ley que lo respalde.
