Previo a la llegada de los Reyes Magos la venta de juguetes bélicos se realizó de forma deliberada en tianguis, mercados, placas comerciales y puestos ambulantes de la capital mexiquense.
De acuerdo con comerciantes consultados este tipo de juguete es comprado recurrentemente para niños de entre 8 y 14 años de edad, quienes se ven atraídos por la gran similitud de los artefactos con armas reales.
“Cada año hay buenas ventas por lo mismo de que a los niños les atrae su función y el hecho de su parecido con una arma real”, destacó Carlos Medina, comerciante.
Tras una revisión de los empaques por parte de esta casa editorial, se constató que en algunos casos hay datos como medidas y calibres de las armas de juguete, lo que les da un mayor realismo.
De acuerdo con el psicólogo clínico por la Máxima Casa de Estudios mexiquense, Erick Arturo Escandón Pérez, este tipo de juguetes sí pueden incitar a la violencia, sin embargo, aseguró que no representan un riesgo para la salud mental de los menores siempre y cuando los utilicen bajo la supervisión de un adulto.
Explicó que este tipo de juguetes pueden ser funcionales para explicar a los niños las malas conductas relacionadas con violencia, sobre sus alcances y resultados negativos, por ello la importancia de que su uso sea bajo la supervisión de alguien mayor de edad.
“Los juguetes bélicos no siempre representan un peligro, hay que recordar que quien educa es la familia más no un juguete, en el caso de los juguetes bélicos se pueden utilizar de apoyo para enseñar al niño lo que no se debe de hacer. Si se maneja de la forma adecuada, este tipo de juguetes pueden ser hasta didácticos”, precisó el psicólogo clínico.
Sin embargo, si se tiene previsto regalar a un niño un juguete lo ideal es elegir los didácticos, pues estos contribuyen en el desarrollo de habilidades y destreza mental de los niños, no obstante se debe tomar en cuenta que éste sea acorde a la edad del menor.
Para concluir, el especialista en salud mental hizo un llamado a los padres de familia para fomentar valores en sus hijos y siempre supervisar sus juegos, pues en éstos se reflejan las conductas agresivas y trastornos de los menores.
