Toluca, México .- En papel de boxeador, el candidato al senado de la coalición Por México al Frente, Juan Zepeda planteó la muerte civil a empresas o a funcionarios que incurran en prácticas de corrupción, es decir, que no vuelvan a ser contratados, ni tener cargos, y garantizar que la figura del fiscal anticorrupción y del fiscal general de justicia sean imparciales y propuestos por ciudadanos.
El perredista lanzó golpes a dos botargas de ratones que simulaban la corrupción y antes propuso evitar que los contratos se asignen de manera directa, pues advirtió que en este momento el 80 por ciento son adjudicaciones de ese tipo; propuso crear un observatorio ciudadano, prohibir el uso de efectivo en pagos o transacciones y reprochó que solo el uno por ciento de los casos que se denuncian son sancionados, pero el 99 por ciento queda en la impunidad y eso genera corrupción. También criticó al candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
En un evento colorido, Zepeda se colocó unos guantes de box amarillos con su nombre y lanzó golpes a botargas: gancho al hígado y recto al mentón. Con facilidad venció a los ratones, posó para las cámaras, accedió a platicar y a tomarse fotografías con la gente. Se comió tres tortas en los portales, unas palomitas y se tomó una garapiña.
Ofreció trabajar para combatir la corrupción, en medio de letreros de prácticas que deben ser combatidas, entre ellas: el nepotismo, la colusión, los abusos, el desvío de recursos públicos.
Durante un evento en el andador Constitución, acompañado de líderes, candidatos a diputados federales y aspirantes locales, Zepeda afirmó que el ganador del debate presidencial fue el abanderado del frente: Ricardo Anaya y quien perdió de manera estrepitosa fue el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Criticó al tabasqueño por quedarse a pegar estampitas, en lugar de prepararse para el debate y dijo que dio "pena ajena" cuando no podía responder con coherencia temas como el de la supuesta amnistía. Incluso lo comparó con Enrique Peña Nieto hace seis años cuando se empantanó con el tema de los tres libros.
Zepeda lanzó datos para señalar que la corrupción es un cáncer que carcome la vida pública y privada: dijo que se calcula que el 10 por ciento del PIB se va a la corrupción y eso es insostenible; por lo cual enumeró varias propuestas, como sanciones a quienes incurran en esas prácticas, garantizar fiscales imparciales, una mayor participación de los ciudadanos, establecer un observatorio; prohibir a los gobiernos asignar contratos de manera directa; así como el uso de efectivo para pagos o transacciones.
Destacó la eliminación del fuero que en algunos casos fue refugio de corruptos. Anticipó que en el Senado y donde gobiernan PRD y PAN votarán a favor de la reforma, a fin de acabar con la corrupción y sonriente señaló que estaba “bien y de buenas” porque traen al mejor candidato que ganó el debate con las mejores propuestas, sin rehuir cuestionamientos.
Después del mensaje, Zepeda caminó por los portales, saludó a las personas, se comió tres tortas: de alambre, de estopa y de chile macho. También se tomó una garapiña y comió palomitas de maíz con salsa.
Además del líder estatal del PRD, Omar Ortega, estuvo acompañado de los dirigentes municipales, candidatos federales y locales.
