Toluca, México.- El llanto se hizo grito. Kilómetros a pie en busca de justicia. "Es aquí en esta cruce de donde salía a diario mi hijo",dice don Carlos. El caso de Jair ha provocado la inconformidad en contra de la autoridad en redes. El sentimiento se reiteró en una movilización masiva que caminó hasta palacio junto a la familia Soto Garduño.
"¡La justicia no se compra!", gritó el contingente, sobre todo de estudiantes. Todos con sus uniformes y mochilas cargando. Fieles a su compañero. Se lo gritaron al adolescente de 15 años que permanece en una cama de terapia intensiva.
"¡Todos con Jair!", Prosiguió la movilización estudiantil.
Don Carlos no dejó de gritar. Se hincó al llegar al semáforo ubicado en el cruce de Tollocan con Tecnológico. Allí fue el punto donde cambió la vida de su hijo.
Hincado le hizo una promesa: encontrar la justicia y obligarla a que le cumpla.
La hilera de jóvenes caminó con su reproche por delante, en los carriles de baja velocidad de Paseo Tollocan.
Al frente siempre don Carlos y su familia, los ojos cansados y la playera manchada de tierra por hincarse y llorar la rabia en aquel semáforo.
Recordó el anhelo de su hijo: "Quería ser químico laboratorista para darnos una vida mejor".
La marcha no va sola. La vigilan tres patrulleros que abanderan, también los encubiertos de la Fiscalía y de la Unidad de Análisis Criminal. Uno de ellos se le acerca a don Carlos y le da su celular para acepte una llamada: le piden que cambie el rumbo de su movilización y acepte una reunión con el fiscal.
Quieren que nos reunamos a las diez, pero yo ya no quiero hablar con el fiscal", dice don Carlos, "quiero al gobernador
La mañana avanza, pero las voces de los jóvenes son más fuertes.
En breve más información.