Con la llegada de la Cuaresma el consumo de pescados y mariscos aumentan significativamente, razón por la que la Secretaría de Salud del Estado de México emitió una serie de recomendaciones a considerar, para verificar que estos alimentos se encuentran en un estado óptimo y son seguros para consumo humano.
Tanto pescados como mariscos pueden contaminarse de virus, bacterias o parásitos, mismos que pueden ocasionar severas infecciones e intoxicaciones en caso de ser consumidos, por ello, siempre se sugiere que la cocción de los mismos sea correcta.
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Al momento de comprar este tipo de alimentos en crudo es necesario considerar que no emanen un olor desagradable, pútrido o rancio, pues serían indicios de que se encuentran en estado de descomposición. Tampoco deben tener piel flácida, ni presentar agallas oscuras, viscosas o verdosas.
Por el contrario, la piel debe ser firme, su olor será más fresco, y con agallas de color rojo intenso.
Cualquier tipo de pescado o marisco debe estar en refrigeración, por lo que no se deben comprar si se encuentran expuestos al medio ambiente. Para garantizar que se encuentren en una correcta cadena de frío, deben estar sobre una cama de hielo cubiertos con el mismo en su totalidad, o bien en refrigeración a una temperatura igual o menor a 4 grados centígrados.
Una recomendación útil para verificar que un pescado es fresco, es verificar que no tenga desprendimiento de escamas fácilmente.
Si tanto pescados como mariscos se encuentran congelados, se debe evitar hacer el proceso de descongelamiento a temperatura ambiente pues eso ocasionará el crecimiento de bacterias; lo ideal es colocarlos en refrigeración para iniciar el proceso de manera adecuada.
La dependencia estatal subrayó que cualquier alimento crudo no debe estar en contacto con alimentos cocinados, además de que su almacenamiento debe realizarse, preferentemente, en toperes con tapa, pues con ello se evitará la contaminación cruzada.
