El pago de impuestos puede ocasionar “verdaderos dolores de cabeza” a los contribuyentes, como es el caso de doña Teresita, de 80 años de edad, como la conocen sus vecinos en la colonia en donde habita en Aguascalientes, ya que el Sistema de Administración Tributaria (SAT) pretendía cobrarle una cantidad impagable, argumentando que se dedicaba al giro de juegos y sorteos, cuando únicamente es propietaria de una pequeña tienda.
Lo anterior, se desprende del libro presentado recientemente por la Prodecon “101 Historias de Terror Vividas por Contribuyentes en México”, para el cual se seleccionaron los casos más comunes que se han presentado ante el organismo en sus casi ocho años de existencia.
Con este asunto, seguramente se identifican muchas personas en el país, ya que sin imaginarlo de un día para otro les llega algún requerimiento a su pequeño negocio por parte de las autoridades hacendarias, en el cual se les indica que tienen que cumplir con el pago de multas hasta por 12 mil pesos.
Dicha situación tomó por sorpresa a la persona de la tercera edad, quien contaba con un pequeño negocio que nada tenía que ver con el giro de juegos y sorteos que el SAT le atribuía. La cantidad solicitada por el Gobierno Federal sobrepasaba por mucho el monto que mensualmente obtenía doña Teresita en su negocio, por lo que ante ello, su hija Esmeralda decidió recurrir al Prodecon con el propósito de que le explicarán los motivos de la multa.
Cuál sería la sorpresa de que la contribuyente afectada que el SAT pretendía cobrarle un Impuesto Especial de Bienes y Servicios (IEPS), situación que de no aclararse podrían ocasionarle la pérdida del patrimonio que había formando desde hace varios años, y el cual esperaba le brindará cierta tranquilidad durante esta etapa de su vida.
El Prodecon detectó que las maquinitas de videojuegos de la tienda había sido consideradas como juegos o concursos de destreza (como si se tratara de un Casino), situación que el Prodecon aclaró con oportunidad, y que pudieron evitar que doña Teresita se quedará sin patrimonio.
Casos similares viven las medianas empresas
Las medianas empresas también corren riesgos ante un posible embargo que sea autorizado por la autoridad tributaria, como le pasó a Eduardo, quien estuvo a punto de perder su compañía “Nueva Era”.
En este caso, el empresario también se enfrentó ante la posibilidad de perder el patrimonio que habían forjado sus antepasados, debido a que hace algunos años se había multado a su negocio por supuestas infracciones ambientales, situación que no fue aclarada con oportunidad.
Sin embargo, las multas ascendían a 16 mil pesos, y ahora el SAT pretendía cobrarle 5 millones de pesos. Ante esta triste realidad, don Eduardo acudió al Prodecon, en donde realizaron una investigación minuciosa del asunto, y por lo que no solamente se salvaron de ser embargados, sino que los empleos que proporcionan ya no corrieron riesgos.
